En su participación en el espectáculo vía streaming “A los pájaros”, Solari interpretó “Rezando solo” y “Encuentro con un ángel amateur”
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De forma virtual, vestido por primera vez de saco oscuro, camisa al tono y con sus habituales anteojos negros, Indio Solari estrenó el sábado por la noche dos nuevas canciones en “A los pájaros”, el show por streaming que Los Fundamentalistas del Aire Acondicionado grabaron el 29 de marzo en las ruinas de Villa Epecuén. La megaproducción demandó 16 cámaras y se filmó íntegramente en el pueblo turístico situado a orillas de un lago termal que llegó a tener 1.500 habitantes y en 1985 quedó completamente sumergido bajo el agua.
A diferencia del primero, “Desde los satélites”, que la banda brindó formada en semicírculo, emulando una situación de registro en el estudio sin la amplificación de equipos de sonido, con los guitarristas Gaspar Benegas y Baltasar Comotto tocando enfrentados, esta vez el show, producido artísticamente por Pablo Sbaraglia y Benegas, tuvo carácter de recital presencial. Sin embargo, los únicos presentes fueron el equipo de técnicos y un pequeño grupo de vecinos de la ciudad cercana de Carhué que se comprometieron a guardar en secreto hasta hoy lo sucedido esa noche.
“A los pájaros que cantan sobre las selvas de Internet” fue la canción elegida para abrir el concierto –planificado desde noviembre y montado en un lugar en el que no llega ni la electricidad- justo en el comienzo de “la hora mágica”, el momento del atardecer en el que los últimos rayos del sol se esconden en el reflejo de las aguas del Lago Epecuén. Mientras la escenografía natural de fondo mostraba los edificios derrumbados, iluminados por la luz de la luna y por una ingeniería de luces que demandó cinco generadores eléctricos y más de 3.000 litros de gasoil, LFDAA se turnaban en las voces para completar una lista que recorrió la discografía solista de Solari y clásicos de los Redondos como “Héroe del whisky”, interpretada de forma magistral por Deborah Dixon.
Cerca del final, después un set de inéditos de Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota (“Rock de las abejas” y “Quema el celo”) que incluyó dos temas grabados en 1982 para un demo registrado en los estudios RCA (“Pura suerte” y “Un tal Brigitte Bardot”), y estuvo a cargo de las voces de distintos integrantes de LFDAA, Solari hizo su aparición. Por las pantallas del escenario montado en medio de las ruinas, cantó una nueva versión de “Rezando solo” (“Mis lujurias no son ingeniosas ya/ desde un póster viejo me veo gritar”), letra que en 2013 le había prestado a la Orquesta Típica Ciudad Baigón y que fue registrada como un tango con el título de “Las ventajas de rezar solo”.
La participación de Solari continuó con otra letra con sabor a despedida, compuesta especialmente en los meses previos para el show, “Encuentro con un ángel amateur” (“Un ángel sonso amateur/ me condenó al paraíso. / Solo me falta saber/ la fecha y el lugar. / Y allí iré cantando”), un folk rock condenado a convertirse en hit radial del que ya se había adelantado la primera estrofa en un spot promocional del streaming publicado en las redes sociales.
Después de una lista de 32 canciones, que contó también con la voz del Indio en “Strangerdanger” –tema por primera vez incluido en un show-, los fuegos artificiales iluminaron la noche en Villa Epecuén al término de “JiJiJi”. El gesto marcó el final de lo que fue una madrugada agitada desde la previa, por la ansiedad que despertó la posibilidad de volver a escuchar a Solari, pero también por las fallas técnicas en los servidores de Ticketek, que brindó la plataforma de transmisión del concierto. Finalmente, la producción del show decidió liberar el espectáculo en YouTube, de forma abierta y gratuita, dos horas después del horario de comienzo pautado.