“Si bien la pandemia destruyó hasta nuestra industria, que fue la primera en cerrar y será la última en volver a la normalidad, finalmente encontré el tiempo para terminar de editarlo”, dice el DJ sobre el libro que editó el mes pasado
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Contar la historia de vida de Hernán Cattáneo es dar cuenta de la evolución e historia de la música electrónica argentina e internacional de los últimos cuarenta años. Eso se ve en el libro que el DJ más relevante de la escena progressive house global editó el mes pasado, Hernán Cattáneo: El sueño del DJ. Memorias (Ed. Planeta).
De abrazarse al Winco en Caballito a los seis años cuando descubrió su vocación a montarse sobre miles de vinilos alrededor del mundo en los escenarios más disímiles y extravagantes como Burning Man, el festival que se hace en el medio del desierto de Nevada, Estados Unidos, el Teatro Colón o un aeropuerto vacío en plena pandemia, el DJ usa su carrera como eje estructural para el relato del libro. Traza una línea de tiempo donde la única constante es el fuego interior y ese llamado a compartir música y esperar el impacto que produce en otras personas. “Tener una vocación fuerte es como estar enamorado. Se puede decir mucho al respecto, pero si no lo sentís no podés hacer que otro entienda lo que sucede; creo que el máximo regalo que tuve en esta vida fue haber encontrado esta pasión de muy chico”, dice Cattáneo vía Zoom desde su casa del Gran Buenos Aires, delante de los 15.000 vinilos que forman parte de su colección.
Escrito en forma cándida y positiva y agradeciendo a cada persona que se cruzó en su camino, en el texto figuran las bisagras de su vida personal y artística, como aquella fiesta del colegio San Cirano cuando lo vio a Alejandro Pont Lezica –actual director de Radio Nacional– por primera vez y entendió que su vocación podía ser un trabajo, o cuando se reencontraron diez años más tarde y Pont Lezica lo invitó a ser DJ en Pachá Buenos Aires, la filial local del boliche ibicenco que años después se convirtió en la casa del house en Sudamérica y Top 5 del mundo.
Cattáneo hila su historia completa en torno al sonido. Usó la música como escape cuando su abuela se fue a vivir a su casa y le tocaba dormir en el sillón del living junto al sistema de audio. Usó la música como método para aprenderse de memoria los sonetos de Sor Juana Inés de la Cruz en clave rap y así lograr terminar el secundario. Usó la música como oficio, combinando el trabajo de plomo, cargando equipos y tirando cables durante los fines de semana. Es la historia de un amor dance, de expertise y oficio de quien empezó desde muy abajo y progresivamente fue construyéndose un nombre con paciencia.
Están también las anécdotas desconocidas de su trayectoria: sus inicios bajo el álter ego Santiago Olazábal, su corta experiencia como empleado de Ricardo Fort en el boliche The Probe, y “la gran Tucumán”: en 2001 en Argentina todo se venía abajo con el estallido socioeconómico y le pagaron en patacones por musicalizar una fiesta sponsoreada por una carnicería, entre desfiles de modelos que paseaban con vestidos armados con piezas de carne –una década antes de que lo hiciera Lady Gaga– en los meses previos a iniciar su carrera internacional en Londres con Paul Oakenfold.
Además, el libro explica de forma casi pedagógica los cambios en la industria y los formatos que surgieron en los últimos 30 años, los actores que forman parte de la escena, su fórmula del éxito para una carrera larga, pero también comparte sus grandes fracasos: la primera fecha internacional en la disco Folies Pigalle, en abril de 1998, cuando se quedó dormido antes de salir a tocar en París y la vez que su padre hipotecó su casa cuando Cattáneo invirtió y se endeudó hasta el cuello por el sueño de tener Sound Factory, su propia disquería.
Mientras avanza el relato, los lectores son también oyentes que pueden reproducir la experiencia con su banda sonora propia: Cattáneo sumó playlists en cada capítulo con más de 50 horas de música. Estas listas de Spotify no solo dan cuenta de lo que se escuchaba en las pistas en cada época, sino que transmiten la evolución del dance a nivel global.
Para los más jóvenes, el libro conectará desde el gusto musical y la curiosidad por el pasado, pero para quienes vivieron la escena dance argentina pre 2000 funcionará como un portal a viejos tiempos de gloria de la noche porteña, cuando la City, Paladium, Cinema, El Cielo y Pachá marcaron a fuego el ritmo nocturno y las fiestas de principios de los 90.
“Si bien la pandemia destruyó hasta nuestra industria, que fue la primera en cerrar y será la última en volver a la normalidad, finalmente encontré el tiempo para terminar de editarlo”, dice el DJ sobre el proceso de hacer su libro con el escritor José Miguel Esses. Recién a los tres meses del aislamiento Cattáneo desarmó la mochila personal que lleva a todos lados con sus sets, pasaporte y esenciales. “En los últimos 20 años, nunca estuve más de 15 días seguidos en un mismo lugar, ni siquiera en mi propia casa. Vivo con un itinerario de acá a un año para adelante ya organizado”, dice.
Ahora, Hernán arma de nuevo los bolsos y tiene la mochila al día porque se asoma una nueva normalidad, al menos en Europa y Estados Unidos, con una agenda completa de presentaciones. “En abril logramos hacer dos shows en Tulum, México, una semana que los controles se habían liberado, y fue tremenda la devolución de la gente, porque se sentía la abstinencia de música en vivo”, cuenta. “Este mes ya tengo todo el calendario bookeado, pero si suben los casos de Covid-19 se vuelve a poner el pie en el freno”.