El autor habla de su reciente incursión cinematográfica, de los videos sobre libros con su hija Nina y de sus dificultades para tomarse vacaciones
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El (¿ex?) escritor Hernán Casciari incursiona por estos días en el cine con una adaptación de La uruguaya, novela de Pedro Mairal, con un modelo de producción colaborativa (con la Comunidad Orsai). En esta entrevista cuenta cómo se lanzó a ese proyecto y comenta también cómo surgió la idea de hacer Zoom de libros, una serie de videos sobre literatura con su hija Nina, y por qué ya no escribe tanto como antes.
¿Cómo eras de adolescente?
Tengo un recuerdo mentiroso de mi adolescencia. A esta altura, la confundo con mi literatura, y en la literatura era muy antihéroe. Siempre me convino ser el peor de todos, pero no creo que haya sido tan así. Me pongo en víctima cuando escribo sobre mi adolescencia porque me conviene literariamente. A veces pierdo la noción de qué es verdad y qué es mentira, y por eso me queda un recuerdo más bien patético de mi adolescencia, que no creo que sea real. Pienso que era un chico bastante feliz, con amigos, en un pueblo. Pero mi literatura es bastante más patética.
¿Cómo surgió Zoom de libros, los videos de YouTube en los que comentás lecturas con tu hija?
No fue una idea. Fue una cosa que empezamos a hacer con Nina sin grabar, cuando empezó la pandemia y supimos que no nos veríamos tan seguido [ella vive en Barcelona y él en Buenos Aires]. Después de dos o tres meses de hacerlo semanalmente –conversar sobre libros, lo mismo que hacíamos antes de manera presencial– nos dimos cuenta de que podía ser divertido para terceros y empezamos a grabarlo.
¿Es importante que los adolescentes lean libros en papel?
No, en absoluto. Sí me parece importante que conozcan historias, pero las pueden escuchar, leer, ver en una serie. No tengo ninguna solemnidad con el formato libro. No me parece imprescindible.
Están produciendo una película a través de Orsai. ¿Por qué decidiste incursionar con esa comunidad en el mundo audiovisual?
Porque nos gusta tanto como el mundo editorial. Y tenemos la sensación de que, como en el mundo editorial, hay mucha pelotudez, mucho subsidio, mucho “papito, dame”, y queremos intentar, en el mundo audiovisual que se puede trabajar “sin papis” que den subsidios ni empresas que den publicidad.
¿Por qué elegiste adaptar la novela La uruguaya, de Pedro Mairal?
Me pareció alucinante cuando la leí, entendí que sería una excelente película y tuve la suerte de hacerme con los derechos para eso.
Con el mismo modo de producción, lanzaron la serie Canelones. ¿Es sustentable producir de esta manera a largo plazo?
No tengo la menor idea de si las cosas son sustentables para otros porque soy muy consciente de que el caso de Orsai es rentable gracias a una comunidad muy numerosa y sobre todo fervorosa. Supongo que para que haya determinada rentabilidad en cualquier proyecto hay que anticipar que es necesaria una enorme comunidad.
¿Qué creés que seduce a quienes se asocian como productores?
Es muy divertido. Yo me vería seducido muy rápidamente. Ponés cien dólares y estás un año divirtiéndote mucho. Es increíble. En la teoría sospechaba que podía ser divertido, pero la práctica superó enormemente esas expectativas.
Dirigís La Comunidad, escribís, editás, actuás, estás en radio y en YouTube. ¿Qué hacés cuando no estás haciendo nada de eso?
Esas pocas veces, en que mi mujer me obliga a tomarme vacaciones, me desespero tratando de volver. No soporto no hacer lo que hago.
Ser escritor, ¿mejora con los años?
No soy escritor desde hace mucho. Lo fui unos 15 años, pero hace tiempo que dejé de escribir. No me siento escritor, menos sabría decirte si mejora o no con los años.