El sábado por la noche, en el Colón, Páez no necesitó lucir su brazalete para confirmar que ha sido y es el general más leal del ejército SNM
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Fito Páez en el Teatro Colón, músicos amigos y ex compañeros en el CCK y la gente en las calles, en sus casas, en las plazas, en los balcones y en las terrazas. El sábado, el día que Charly García cumplió 70 años, su música sonó en toda la ciudad, una y otra vez, en las radios y en las redes sociales, en YouTube, en Spotify y en los tocadiscos de los más melómanos, y hasta logró sortear esa barrera aparentemente infranqueable llamada “grieta”, que días antes amenazó con aguar los festejos –por un momento, Ciudad y Nación parecían pelear por ver a quién le quedaba mejor el brazalete de Say No More-.
El sábado por la noche, en el Colón, Páez no necesitó lucir su brazalete para confirmar no solo que ha sido y es el general más leal del ejército SNM sino también su mejor intérprete y guardián de la obra de García. “Un día especialísimo. Vamos a celebrar a uno de los artistas más grandes de todos los tiempos. Charly García le da sentido a nuestras vidas en la Argentina. Eso es lo máximo, él convoca y embellece y dice verdades, lastima y cura. Nada mejor que eso para que nos represente, nos cuente y nos mande al futuro y al pasado. Gracias Charly García”, fueron las primeras palabras del rosarino, vestido con traje violeta, camisa blanca, corbata y botas naranjas, ni bien pisó el escenario del teatro mayor porteño. A partir de allí, un recorrido por el inmenso repertorio de su maestro, consejero y amigo, que comenzó con “Instituciones”, de Sui Generis, y cerró con “Demoliendo hoteles”, pasando por las distintas épocas y bandas que integró García, pero enfocándose en el período 70-80 del compositor, aquel que formó a Páez y, en algunos años, llegó a tenerlo como protagonista. De hecho, hubo en el setlist de veinte canciones tan solo un tema compuesto después de 1984 (“I’m Not in Love”, casi al final de la faena).
Y si probablemente Páez en el Colón hubiera sonado mejor con uno de sus clásicos conciertos de solo piano, es cierto también que el acompañamiento de su banda y de una orquesta compuesta por músicos del teatro -dirigida por Ezequiel Silberstein- le sumó épica y festividad en ciertos pasajes.
Un Páez siempre en tono y afinación le hizo justicia, sin correrse una nota, a obras populares como “Confesiones de invierno”, “Peperina”, “Cerca de la revolución”, “Los dinosaurios”, la conmovedora “Desarma y sangra” y la cantata para fogón y Colón “Canción para mi muerte”, pero también a canciones menos revisitadas en este tipo de homenajes como “Rock and Roll” (La Máquina de Hacer Pájaros), “Cinema Verité” (Serú Girán), “No te dejes desanimar” (La Máquina), “No soy un extraño” y “Viernes 3 a.m.” (Serú Girán).
“Qué emoción, estamos todos en shock. Él está muy feliz, acabo de venir de tocar con él en el CCK y todos estaban felices y llorando de emoción, qué hermosura”, dijo Páez y le volvió a agradecer a García. “Estuve estudiándolo este último mes, una locura”, se sinceró el rosarino y remató: “Los últimos veinte días me fui a una casa y me encerré y por supuesto que conocía su música, pero ahora fue más adentro y es… ¡Dios! Es Mozart y él”.
“Cuando me empiece a quedar solo” y “Estación”, ambas del dúo que formó Charly en los 70 junto a Nito Mestre, ofrecieron el primer cierre y tras un breve intervalo, el regreso a escena de Fito y compañía pusieron de pie a todo el teatro con la versión más rockera de la noche de “Demoliendo hoteles”.
El “concierto para Charly” terminó cerca de las 22 de anoche, pero su música siguió sonando hasta el amanecer, aquí, allá y en todas partes. Tanto que a la salida del teatro Colón, en la radio de un auto, todavía se escuchaba el show tributo que seguía en pie en el CCK, transmitido en vivo por FM Rock Nacional, y cuando otra radio se superpuso por la interferencia habitual en esa zona céntrica, también allí estaban pasando canciones de García, en su versión original. La confirmación fantasmagórica del influjo que ejerció, ejerce y seguirá ejerciendo la música de Charly en esta ciudad, Buenos Aires, su ciudad, por siempre.