Con el banco BSF y su pasión por el rap y el básquet, el genetista español Mariano Duque revolucionó el mercado de las semillas en España y Latinoamérica
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‘Si dan plantas que no son grandes, fuertes y rápidas, esas semillas no están en BSF”, dice Mariano Duque desde España sobre los orígenes del nombre de su banco de semillas de marihuana, Bigger Stronger Faster. Lo presentó en 2017 en la Expo Weed de Chile, luego de más de 15 años de una carrera de genetista free lance que empezó autodidacta y con la que se convirtió en uno de los hombres más buscados del mercado de breeders, los especialistas que cruzan variedades y generan las semillas que podés plantar en tu casa. En esa feria chilena, ganó sus primeras copas cannábicas, “las más importantes”, dice el español de 34 años, “porque era la primera vez que salíamos al mundo. Y desde ahí no paramos”. Hasta el día de hoy, BSF lleva 89 copas ganadas.
El rap y el básquet, otras dos pasiones de Duque, ayudaron a expandir el universo BSF. Hay dos semillas, la Green Tiger y la OBG Kush, que lanzó en colaboración con los raperos Original Juan y Akapellah, respectivamente. Esas dos están en el Hall of Fame, una categoría dedicada a las uniones con artistas. El selecto catálogo de BSF funciona como si fuera una liga de básquet. Tiene paquetes con 12 semillas −llamados los Teams−, está el Draft, donde cada año presentan las nuevas semillas −el 20 del mes pasado, fue el lanzamiento de la categoría 2021−, y las más vendidas pasan a la categoría Star Players. Ahí podés conseguir las multipremiadas Gorilla Glue y Rainbows o la Lebron Haze, una sativa con sabor a limón que, desde el juego de palabras y el púrpura y dorado de su logo, homenajea a la estrella de la NBA LeBron James.
“Esta es mi forma de activismo: hacer semillas”, señala convincente Duque. Empezó en la adolescencia, cuando vio lo difícil que era comprar semillas en Europa. Cuando pudo producir las suyas, empezó a regalar. Ya mayor de edad, se mudó a las Islas Canarias y abrió un growshop. También fundó el primer club cannábico de la zona y se unió con los dueños de clubes del País Vasco y Cataluña, y llegó a ir a la ONU con propuestas para regularizar el consumo de cannabis recreativo. Cuando volvió a su casa en Canarias, la policía había allanado sus invernaderos por tercera vez y lo detuvo. “Yo hago semillas, no hago nada malo. Facturo las semillas, pago el impuesto de las semillas; lo único en lo que hay un vacío legal es en la producción, pero al ser un cultivo la policía no diferencia. Siempre que te lo ve, te lo va a cortar, llevarte detenido... a las seis horas mi abogada me va a sacar, pero mi trabajo de meses ya se fue a la mierda”. Después de esa intervención, dejó su país.
“Me fui de España, donde me trataban como un delincuente, y llegué a Uruguay, donde me trataban como un doctor”, cuenta Duque. Arribó a Montevideo justo cuando se legalizaba la marihuana. Se reunió con el Instituto de Regulación y Control del Cannabis (el IRCCA), les donó semillas y también inauguró dos clubes. Desde allí empezó a girar por las ferias de Sudamérica y a tender puentes con todos los países.
Con Argentina, Duque tiene una larga relación. Incluso antes de BSF, varias de las semillas que se podían conseguir en el mercado venían de sus genéticas. Durante estos años también colaboró con ONG como Mamá Cultiva y grupos como Cannabis La Madrid, donando semillas de relación 1.1 de THC y CBD, que sirven para producir cannabis medicinal. Desde España, sigue atento todo lo que pasa en este lado del mundo y espera que pronto se consigan más avances camino a la legalización total. “En cuanto se pueda hacer, te aseguro que voy a ser uno de los primeros en abrir un dispensario en Argentina”.