Detrás de escena en el electrizante policial de Francia, una serie que nos dio al antihéroe más encantador de la televisión
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En 2019, cuando el showrunner George Kay estaba diseñando al protagonista para un nuevo programa policial inspirado en Arsène Lupin (el “ladrón caballero” que estaba en el centro de la popular serie de novelas de principios del siglo XX del autor francés Maurice Leblanc), había una sola característica que sabía que no podía faltar: “Una arrogancia buena”. “Es una arrogancia que no se objeta sino que se admira”, dice Kay. “Es como decir: ‘Voy a llevarme todos los ahorros de tu vida. Pero lo voy a hacer con una sonrisa tal que no te vas a dar cuenta’”. Una arrogancia buena es exactamente lo que tiene el héroe que creó, un criminal llamado Assane Diop, para sus aventuras en Lupin, la serie francesa que se volvió el éxito más inesperado de 2021. En los cinco episodios de la Primera Parte (la segunda acaba de estrenarse), Diop, interpretado por el magnético Omar Sy, se propone vengar la muerte de su padre, un chofer que se suicida cuando su jefe, un magnate de los medios, lo acusa de robarse una joya. El programa usa cada esquina de París para que Diop desarrolle su plan, canalizando a su ídolo infantil Lupin en crímenes que van del carterismo más básico en la calle al intrincado robo de un collar de 70 millones de dólares. A menos de una semana de su lanzamiento en enero, Netflix dijo que Lupin se transformó en el segundo programa más popular en Estados Unidos y el primero en una docena de países. “Es el programa perfecto para el momento perfecto con el actor perfecto”, dice el director Louis Leterrier, quien dirigió los primeros tres episodios de la serie. “Era como una historia de escapismo, en una época que necesitaba de un escape”. Sy fue el ingrediente clave. Muy famoso en Francia, empezó su carrera como comediante al terminar la secundaria, y luego pasó a la televisión y el cine. Ganó el César al Mejor Actor por Amigos intocables de 2011, una de las películas con mayor recaudación en la historia de Francia. Hace unos años, sus colaboradores de la compañía francesa Gaumont le preguntaron qué papel quería hacer. “Si fuera inglés, habría dicho James Bond”, dice Sy. “Así que dije Lupin, que es un poco lo mismo”.
Kay desayunó con el actor al poco tiempo, y se convenció de inmediato: “Terminé queriendo escribir para Omar. Si Arsène Lupin era el camino, era como un bonus. Omar es adorado en toda la sociedad, por gente de distintas edades y géneros. Es muy carismático… Omar puede hacer cualquier cosa con una sonrisa y lo vas a perdonar”.
“Todo sistema solar necesita de su estrella”, agrega Leterrier. “Y todos girábamos alrededor de Omar. Uno empieza con una buena escena en la página, pero Omar la transforma en una ópera de emociones”.
Kay usó los libros de Leblanc más como inspiración que como modelo estricto, incluyendo algunos de sus temas en la vida de Diop. También quería hacer un programa que pudiera mirar junto a su esposa y sus hijos. Para llegar a ese objetivo, Lupin casi no muestra sangre, los insultos no son muy fuertes, y podés contar los asesinatos con una sola mano (con un guante).
Cada episodio de Lupin juega con su propia historia (un secuestro, una pelea en un tren) mientras expande el relato más general de la venganza del padre de Assane. “Terminás yendo de una historia individual a otra porque hay un viaje emocional más amplio en movimiento”, dice Kay.
Ese viaje no podría estar más alejado de James Bond, cuyo comportamiento elegante y su actitud imperturbable solo comparten similitudes superficiales con Diop. Pero los creadores de Lupin humanizan a su héroe, con quien te identificás de una manera sin precedentes. Sí, Diop usa trajes caros cuando es necesario, pero lo que más le gustan son los buzos con capuchas, los jogging y las zapatillas. Y jamás lo ves a Bond pagándole la cuota alimentaria a su ex u olvidarse del cumpleaños de su hijo adolescente, como le pasa a Diop.
“Quería crear a un tipo que fuera un superhéroe en la mitad de su vida, pero que tuviera los defectos que todos tenemos en nuestras vidas personales”, dice Kay. “Fue entretenido pensar que este tipo puede entrar al Louvre y robarse un collar sin romper nada, pero no sabe cómo hablar con su hijo. Solo cuando le damos un fundamento así podemos verlo volar en otros aspectos para crear un personaje de 360 grados”.
“Los héroes en general no tienen los pies sobre la tierra”, dice Ludivine Sagnier, que hace de la ex mujer de Diop, Claire. “No tienen esposa. Están siempre escapando de la realidad. Assane es uno de los nuestros. Este héroe es frágil por su humanidad, lo que lo hace más adorable”.
Esa cualidad con los pies sobre la tierra se extiende a los métodos analógicos de Diop. Las herramientas cotidianas de Assane son los pases de mano, los engaños ingeniosos, las pistas escondidas en notas, las traiciones, las persecuciones y muchos otros trucos y disfraces. “No hay nada más aburrido que ver a alguien hackear una computadora”, dice Kay. “Lo que uno quiere es abrir un candado o trepar una pared, sentir las fuerzas de la naturaleza”.
Kay también fue muy consciente de la necesidad de actualizar los libros para una Francia “en la que Omar es una estrella adorada”. O como dice Sy: “El personaje tenía que ser un francés de hoy. Por eso tenemos a un hombre negro de ascendencia africana que vive en viviendas sociales. Es un nuevo rostro de Francia. Y todo eso abre temáticas nuevas: ¿cómo ve la gente a este tipo? ¿Cómo vivís en un país cuando sos así? ¿Cómo ganás plata?”.
Lupin confronta el racismo contra Diop de modos sutiles y otros más explícitos (“No esperaba un comprador como usted”, le dice un empleado de una subasta cuando Assane compra una piedra preciosa), pero para Sy examinar las estructuras de clase prevalentes en los libros era esencial. “George quería hablar del aspecto racial y yo estuve de acuerdo”, dice. “Pero lo más importante para mí era la parte social. Es más pobres contra ricos que blancos contra negros. El hecho de que tenemos diferentes clases no cambió [desde que los libros se escribieron]. Es el mismo camino en un mapa diferente”. La idea queda ilustrada en una escena en la que alguien le pregunta a Assane cómo puede tener éxito en un atraco planificado. “La gente de arriba no mira los de abajo”, responde.
En la Segunda Parte Lupin va a profundizar el tema del padre de Assane y su relación con su hijo, y dar más cuerpo a los personajes secundarios. “Muestra más de dónde viene Assane y cómo llegó acá, y por qué necesita terminar con esa parte de su historia”, dice Kay. (Ya empezó a escribir la Tercera Parte). Y Sy sin dudas seguirá usando la buena arrogancia de su personaje. Como hijo de inmigrantes del África Occidental, dice que es una cualidad cuyo valor conoció personalmente.
“Eso es algo muy importante en mi vida: tenés que seducir a la gente, en especial cuando venís de las clases más bajas y subís”, dice Sy. “Mi mamá es empleada de limpieza. Mi papá trabajaba en una fábrica. Por mi historia, yo tuve que ser arrogante, pero con la gente apropiada en el momento apropiado, porque tenés que venderte. Para ser aceptado a veces tenés que fingir. La arrogancia buena te ayuda”.
Este artículo fue publicado originalmente en Rolling Stone Estados Unidos.