La tecnología de los recitales crece a ritmo vertiginoso. Cuando vuelvan totalmente los shows y se supere la crisis en la que quedó sumergida la industria, la nueva ola en vivo no se parecerá a nada que hayamos visto
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Napster y Spotify eran apenas la punta del iceberg. Hoy, gracias al frenético ritmo de los avances tecnológicos y la insaciabilidad de las audiencias nacidas y criadas en internet, la industria de la música se mueve a una velocidad inédita y vertiginosa. Evoluciona, se expande y transforma de manera constante; es un verdadero paraíso para los innovadores.
Junto con los sellos discográficos y las editoriales, entre los capos del negocio ahora hay analistas de datos, emprendedores financieros, creadores de algoritmos, ingenieros, economistas; y también artistas y compositores que, de pronto, empoderados por herramientas creativas más baratas y redes sociales más fáciles de manejar, están tomando el control real de su propio imperio por primera vez. “Bravo por los artistas, porque.. están ganando”, reflexionó en 2019 Jimmy Iovine, el veterano magnate de la música. “Los músicos tienen ahora algo que nunca tuvieron antes, una comunicación directa y masiva con el público, desde su casa, su cama, su auto, cualquier lado”.
Pero no solo los artistas se benefician con las nuevas ventajas en este escenario, el negocio de la música también se vio forzado a generar formas alternativas de recaudación, a rebuscárselas en el Salvaje Oeste Digital, a rediseñar las relaciones entre artistas y fans, y a desplazar una porción de su aristocracia para hacerle lugar a figuras emergentes.
En resumen, el ADN del negocio global cambió para siempre.
Entonces, ¿cómo serán la creación, la edición y el consumo de discos en esta nueva era? ¿Cuáles serán las innovaciones más estimulantes -y las más peligrosas a esquivar- en los próximos cinco, diez, cincuenta años de música? Desde artistas de primer nivel hasta la producción en modo casero, la comercialización vía criptomonedas y los conciertos de realidad virtual, presentamos las principales disrupciones listas para tomar ese extraño y cambiante negocio de fabricar hits. Bienvenidos al futuro de la música.
En el recital de tu vida
Shaun Clair vio el futuro del rock & roll y es un cerdo en 3D. Desde los sesenta, Clair Global, la compañía cofundada por su abuelo, provee sistemas de sonido para las giras de rock más importantes, desde Elton John y los Stones hasta el The Wall de Roger Waters. Pero con los adelantos de la inteligencia artificial (AI), trucos de iluminación, robots, láseres y otras tecnologías nuevas a mano, ¿cómo será el The Wall del futuro?
Por empezar, dice Clair, la música llegará a tus oídos a través de AirPods, de modo que, cuando el avión choca contra la pared al final del show, “tendrá un sonido auténtico”, sin importar dónde estés sentado. Además, imaginate a todo el mundo con anteojos Google Glass o un dispositivo similar en la cabeza cuando aparece el cerdo. “Pero en lugar de que el cerdo sea físico y manejado por control remoto, va a estar reproducido en las lentes de todos”, sigue Clair. “El cerdo puede explotar y ser miles de cerdos y rebotar por todas partes. O puede decirte al oído: ‘Bienvenido al show. Preparate para lo que se viene’”.
Los fans no deben esperar encontrar un mundo totalmente diferente en el primer show pospandemia al que asistan. Por la prolongada falta de ganancias económicas, muchos grupos van a tomar medidas de restricción de gastos.
Pero en el esquema general, los expertos anticipan cambios vertiginosos en la experiencia de asistir a un recital. Los nerds de la tecnología que organizan recitales están trabajando para que la música en vivo sea una experiencia de inmersión más grande y audaz que nunca. Y si bien la industria de los recitales estuvo detenida durante más de un año, el tiempo libre permitió a los técnicos pensar en el futuro, como por ejemplo la realidad aumentada (AR) y la realidad extendida (XR). Aquí van algunos de los cambios que veremos en la próxima década.
Imágenes en tiempo real
Los avances tecnológicos están permitiendo que la AI reaccione a actividades espontáneas de forma automática, transformando la dinámica de las imágenes pregrabadas. Cuando Stevie Nicks cantaba “Gold Dust Woman” en la última gira de Fleetwood Mac, extendía los brazos y un pequeño tornado de polvo dorado flotaba en la pantalla detrás de ella. Estos “efectos en tiempo real” son resultado de “un programa de procesamiento más rápido e inteligente”, dice el veterano de la iluminación Paul Normandale, que trabajó en aquella gira.
En octubre de 2020, XR Studios colaboró con el estudio multimedia Moment Factory en el elogiado show por Internet de Billie Eilish, que fue “100 por ciento en vivo”, dice el diseñador de recitales Cory Fitzgerald. Su equipo fue uno de los primeros en tener un evento con cámaras múltiples de esa magnitud sin componentes pregrabados. Según dónde estuviera la estrella, aparecía una araña animada gigante que pasaba sus patas alrededor de Eilish como si fuera una jaula. En otro momento, el show se metía en las cámaras de las computadoras de los fans, y sus rostros aparecían flotando alrededor de Eilish.
Si bien los profesionales de la música en vivo llevan mucho tiempo jugando con sensores térmicos, dispositivos de seguimiento y cámaras Kinect, “este último año esto se aceleró de manera exponencial”, dice Fitzgerald. “El costo y la dificultad bajaron mucho. Si un artista se mueve en una dirección, solicita cierta reacción en el público, o canta una determinada nota, puede cambiar el color o la intensidad de un efecto”, dice. En teoría, el volumen de los gritos del público podría controlar un escenario: quizás explota una piñata virtual, y sale papel picado por todas partes, o quizás se cae y se va rebotando. Estos planes podrían animar al público a ver más de un show de la misma gira, puesto que las imágenes de cada noche podrían ser distintas.
No vale pestañear
En cuanto a los trucos 3D, con la tecnología de anteojos se puede hacer mucho, y Fitzgerald dice que “ese es sin dudas el horizonte”. Imaginate con anteojos puestos mientras Lady Gaga toca “Rain on Me”, y de repente aparece lluvia. “Esa tecnología ya estaba llegando a fines de 2019”, explica Fitzgerald, y agrega que “ya hubo conversaciones sobre tecnologías 5G que funcionan a una velocidad muy rápida”. Imagina a los asistentes conectando los anteojos con relojes o celulares para experimentar la misma realidad aumentada que ven los fans en su casa, mientras el lente replica lo que procesa la cámara.
Música para tus oídos
Las compañías como Clair están trabajando para desarrollar tecnología que permita al público recibir la música del escenario en sus oídos a través de auriculares, con un sonido mucho más claro. “Con la realidad aumentada ya inmersa en la experiencia de los recitales, esto va a ser increíblemente valioso”, dice Clair. “Van a tener el impacto del sistema de sonido general, y la sutileza y articulación de los auriculares”. Para esa tecnología, admite, todavía faltan años.
Mientras tanto, pioneros como Meyer Sound dan los primeros pasos en el desarrollo de sistemas de sonido que permitan que la música salga directo de los artistas en el escenario, y no de los parlantes que en general cuelgan sobre ellos. Tim Boot, de Meyer, que trabajó en la gira de Ed Sheeran entre 2017 y 2019, entre otras, dice: “No quiero escuchar a Ed arriba mío, quiero escuchar el sonido directo de Ed, y esta tecnología de localización lo va a permitir. Es difícil, pero estamos contentos”.
Llevá el estadio a tu habitación
Así como la creación musical se volvió más casera con la evolución de programas como Logic, Ableton y Pro Tools (incluso el GarageBand), los programas de diseño gráfico y la animación 3D también se volvieron más accesibles y listos para las laptops. Si Billie Eilish puede hacer el disco del año en su habitación, un diseñador gráfico puede diseñar una experiencia de recital del mismo modo.
Halpin dice que recibió “más emails de chicos de 16 años el año pasado” que en ningún otro momento de su carrera: los diseñadores ya no necesitan un diploma universitario ni un trabajo en una productora grande como hace 20 o 30 años. Con un panorama más amplio, los efectos visuales que en general asociamos con grupos que tocan en estadios podrían empezar a llegar al teatro o los pequeños clubes.
Los conciertos virtuales de Marshmello y Travis Scott en Fortnite fueron armados con Unreal Engine 4, una plataforma popular para diseñar videojuegos, pero donde también se pueden diseñar recitales. Los programas se están adaptando a la imaginación de los artistas visuales, con un alcance y una accesibilidad mayores. Ya no va más lo de diseñar gráficos 3D en una plataforma y después animarlos y hacer que realicen sus acciones en otra. (El “re-rendering” solía ser un proceso que llevaba muchísimo tiempo).
Unreal fue creado por gamers para gamers, pero Notch FX es la única opción creada pensando en recitales, según su fundador Matt Swoboda, quien trabajó para Sony, haciendo investigación y desarrollo para PlayStation antes de abrir Notch en 2014. “Si mirás las giras que más dinero ganan [en un año normal], te vas a dar cuenta de que Notch está en al menos dos tercios de ellas, quizás más”, dice. La célebre gira Simulation Theory Tour de Muse fue realizada con Notch.
App n’ Roll
En la gira Experience + Innocence Tour de 2018 de U2, los fans se podían bajar una app que, si se apuntaba con el celular al escenario, transformaba una resonancia del cerebro de Bono en un iceberg derritiéndose, entre otros efectos. En el futuro habrá más cosas así. Como dice un poco en broma James “Winky” Fairorth, CEO de Tait, la compañía líder en construcción de escenarios: “Llegamos a un punto en el que a la gente hay que entretenerla mientras se está entreteniendo”. Las apps de shows también pueden permitir más interacción. Cuando los Jonas Brothers hicieron su recital por Internet durante la pandemia para Lenovo, la compañía tecnológica, los fans podían pedir canciones votando online, y también enviar diseños de efectos visuales. De alguna manera, los ganadores ayudaban a dar forma al recital.
Escenarios reciclados
Durante décadas, los grupos compraban tanto los escenarios como los equipos, y luego los guardaban en depósitos al finalizar las giras. Pero considerando la situación ambiental actual, usar muchos de los elementos de un escenario para la gira de otro grupo se ha vuelto más viable. Tras una gira, Fairorth, de Tait, dice: “Debo haber visto 300 containers de mierda que habíamos construido, muchas cosas que no son precisamente renovables. Si lo pensás, es un mejor modelo comercial que los artistas alquilen. Yo estoy reciclando todas las piezas que se pueda. Los artistas tienen que preocuparse por su huella de carbono, y tienen que ser más amables con la Tierra”.
Los artistas de cerca
Los artistas principales llegarán a cada rincón del estadio. Los ascensores y grúas hidráulicas que transportan artistas por los estadios son cada vez más livianos, seguros y cómodos. Los artistas van a estar más “dispuestos a explorar y divertirse”, dice Fairorth. Mientras tanto, los proyectores mejoraron y las pantallas LED son más precisas, de modo que si el artista no vuela hasta tu ubicación, igual los vas a ver como si lo hubieran hecho.