La banda habría utilizado una ilustración de ‘La divina comedia’ de Dante Alighieri para vinilos y objetos de merchandising
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Nirvana fue demandada por infracción de derechos de autor. ¿La razón? La banda habría utilizado una ilustración de C.W. Scott-Giles que se usó en una traducción al inglés de 1949 de Infierno, del poeta italiano Dante Alighieri, para estampar en productos que se comercializaron en todo el mundo.
La demanda, a la que tuvo acceso ROLLING STONE, fue presentada por Jocelyn Susan Bundy, la nieta de Scott-Giles, quien se presenta en el documento como el “único pariente vivo y única sucesora en el título de los derechos de autor de las obras creadas por su abuela fallecida“. Junto con Nirvana LLC, entre los destinatarios de la demanda aparecen las compañías Live Nation Merchandise, Merch Traffic y Silva Artist Management.
Este medio consultó a representantes de Nirvana y Silva Artists, aunque ninguno de los dos emitió comentarios sobre la demanda. Tampoco los representantes de Live Nation y Merch Traffic decidieron brindar testimonios sobre el hecho.
El dibujo en cuestión es un diagrama del Infierno Superior: los primeros cinco círculos por los que Dante se aventura en el Infierno con su guía, el poeta romano Virgilio. Scott-Giles dibujó esta pieza y otras nueve para la traducción de Dorothy L. Sayers de la Divina Comedia de Dante, que se publicó por primera vez en el Reino Unido en 1949. En enero pasado, según la demanda, Bundy descubrió que Nirvana había estado usando una imagen descrita como “Prácticamente idéntica” a la ilustración de Scott-Giles en discos de vinilo, ropa, llaveros, tazas, parches, pins y otros productos vendidos en los Estados Unidos y en todo el mundo.
La demanda establece que la mercancía de la marca Nirvana estuvo usando esta ilustración desde 1989. Además, acusó a Nirvana y otras partes que actúan en su nombre de hacer regularmente “afirmaciones falsas de propiedad” sobre la ilustración; la demanda incluye tres fotos donde los avisos de derechos de autor acreditados a Nirvana se colocan debajo de la ilustración y están fechados en 1992, 1996 y 2003.
La demanda también afirma que Nirvana estuvo dando a entender alternativamente que Kurt Cobain creó la ilustración, o que está en el dominio público en los Estados Unidos y, por lo tanto, se puede utilizar sin obtener la autorización adecuada o pagar una tarifa de licencia. Bundy califica estos supuestos de “falsos”, argumentando que la ilustración de Scott-Giles todavía está protegida por la ley de derechos de autor del Reino Unido y no cayó aún en el dominio público de ese país, lo que significa que tampoco debe considerarse en el dominio público en los Estados Unidos.
La demanda continúa afirmando que “cualquier supuesta creencia de buena fe con respecto a cualquier supuesto estado de dominio público de la Ilustración [de Nirvana]... es refutada por las falsas afirmaciones de propiedad de los derechos de autor de Nirvana a lo largo de los años y en todo el mundo”. También establece que Nirvana y los otros acusados no tenían motivos para creer que la ilustración sería de dominio público en los otros países del mundo donde habían estado vendiendo la mercancía presuntamente infractora.
Nirvana y los acusados también están señalados de ignorar una solicitud de cese y desistimiento e indicar que seguirán vendiendo estos productos “durante al menos otro año sin consentimiento o compensación”. Más tarde se afirmó que la banda estuvo distribuyendo las llamadas “Guías de estilo de marca Nirvana” a terceros proveedores y fabricantes de productos de la banda que “contienen copias digitales de la Ilustración con avisos de derechos de autor igualmente falsos”.
La demanda establece que, si bien los acusados “reconocen que C.W. Scott-Giles es el autor de la Ilustración y que Nirvana no posee ningún derecho de autor sobre la misma, continúan colocando avisos de derechos de autor en los productos infractores que identifican a Nirvana como el propietario”. Esta afirmación va acompañada de una foto de una camiseta de Nirvana con la ilustración con un aviso de derechos de autor con fecha de 2020.
Bundy exige que se detenga la producción y distribución de cualquier mercancía infractora y que los acusados proporcionen una contabilidad de las “ganancias atribuibles a su conducta infractora”. La demanda busca daños y perjuicios, incluidas las pérdidas sufridas por la presunta infracción, por un monto que se probará en el juicio, así como todos los beneficios obtenidos “como resultado de su conducta infractora”, también en un monto que se probará en el juicio.