Con la complicidad de Pablo Casacuberta, Moska pensó una manera diferente de abordar el mundo musical y le dio forma a 12 episodios de una serie filmados en 12 ciudades distintas
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A Paulinho Moska lo persigue la belleza. Su último disco Beleza e medo (2018), más el LP anterior que compuso junto a Fito Páez (Locura total, 2015), le dieron la temática para pensar el piloto de Tu casa es mi casa. Una serie que se estrenó el mes pasado por HBO MUNDI y que lo tiene al compositor carioca como protagonista y visitando 12 países de América Latina. Junto a Pablo Casacuberta, su “parcero de siempre”, pensaron una manera diferente de abordar el mundo musical. Salieron al encuentro de artistas y también científicos. Armaron, a partir de ellos, la idea de la ciudad visitada. Porque, como dice Moska desde su casa de Río de Janeiro a ROLLING STONE, “a veces ellos hablan como si fueran poetas. La ciencia también puede ser un arte”.
Tu casa es mi casa tiene un antecedente poderoso. Paulinho Moska condujo un programa que se llamaba Zoombido. Allí salía a la búsqueda de infinidad de músicos de América Latina. “Hicimos 276 episodios, es una parte de mi vida, tengo el pelo blanco pero no soy tan viejo, voy con 53 años. Fueron 11 años, es decir, un quinto de mi vida se lo dediqué a ese proyecto”, cuenta y agrega que en la conclusión de ese ciclo comenzaron a pensar con Casacuberta en componer canciones que tengan que ver con la ciencia. “Esa fue la primera idea que después derivó en esta nueva serie donde componemos canciones pero con la ciencia vinculada al arte”.
Así son estos episodios que están filmados en 12 ciudades de 12 países diferentes. En cada uno de esos lugares salen a la búsqueda de un músico, un científico, un tatuador y artistas visuales para, a través de ellos, formarse su propia idea de la ciudad que están visitando. Entre los invitados hay paridad de género y el resultado de esas charlas es la composición de una canción junto al músico del lugar y un dibujo que termina tatuado en la piel de Moska. “El tatuaje es para siempre pero yo no soy para siempre. Científicamente el para siempre también tiene un límite en nosotros. El tiempo siempre fue algo lindo para la humanidad, la filosofía piensa el tiempo”, cuenta y luego muestra el brazalete con los doce dibujos en su brazo izquierdo.
“Cuando habla la científica uruguaya (Bettina Tassino) parece una poeta. Los capítulos se parecen mucho entre sí porque las charlas son lo central, buscábamos para el contexto la sensación de El día de la marmota. Lo diferente es el contenido”, explica el músico brasileño. Para pensarlo en un formato audiovisual hubo que buscar un hilo y luego encontrar a los protagonistas correctos. “Nos pasaba que quizás encontrábamos a una bióloga con una idea desarrollada increíble pero ella era muy para adentro. Y vieron cómo es la televisión, la performance tiene que estar sí o sí”.
Al cierre de esta edición, los capítulos estrenados eran tres: Montevideo, Buenos Aires y Santiago de Chile. Allí Moska se encuentra y compone junto a Roberto Musso (El Cuarteto de Nos), Kevin Johansen y Camila Moreno. Y en el país trasandino, por ejemplo, se cruzan con Gaspar Galaz, un astrónomo que descubrió la galaxia más grande del universo conocido. Entran en la lista Río de Janeiro, Bogotá, Lima, Quito, La Paz, Panamá, San José, Ciudad de México y Ciudad de Guatemala. “Con algunos músicos de países que no conocía tuve que recurrir a amigos como Kevin, Andrea Echeverri (que participa en el capítulo de su país) y Jorge Drexler. En Guatemala di con Franc Castillejos y fue un viaje increíble. Hicimos una canción que se llama “Amor de robot”. Un robot amando”, lo dice entre una pequeña carcajada.
La historia de Moska con Latinoamérica arrancó con la canción “La edad del cielo” de Jorge Drexler. Ese contacto le cambió la vida dentro y fuera de Brasil. “Toda esta cirugía ya estaba en mí y, de hecho, a través de Drexler conocí a Pablo y a todos los Casacuberta. Gabriel hizo la banda sonora de la serie. Drexler fue el prisma de Pink Floyd. Esa luz fue para mí como un arcoíris latinoamericano”, explica Moska mientras ofrece un cierre de ciclo lunar perfecto. Como si fuera un científico haciendo arte.