Friends: El Reencuentro es un episodio sobreproducido con demasiados invitados y desvíos, pero cuando permite que los protagonistas simplemente hablen entre ellos alcanza su punto nostálgico más interesante
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A mitad de Friends: The Reunion (Friends: El Reencuentro), las seis estrellas de Friends están sentadas en el set recreado del departamento de Monica y Rachel, recordando el extraño momento de sus vidas en el que la serie pasó de ser una exitosa comedia a un fenómeno de la cultura pop que dominó el mundo. “Nadie estaba pasando por lo que nosotros estábamos pasando”, observa David Schwimmer. “Nuestra familia no podía empatizar. Nuestros amigos, incluso los más cercanos, no podían hacerlo tampoco. Estaban ahí para nosotros, pero las únicas personas que realmente sabían cómo era lo que nos estaba pasando eran las otras cinco“.
Además de citar involuntariamente la cortina musical principal del programa, Schwimmer da en el clavo con lo que es a la vez único y, a veces, frustrante de esta tan esperada reunión. Solo estas seis personas entienden realmente cómo fue la experiencia de Friends, entonces, ¿por qué el especial sigue generando la atención de otras personas para hablar del tema?
La reunión, que en la Argentina podrá verse a partir del 29 de junio, estaba destinada a ser el evento principal del lanzamiento de HBO Max hace un año. Entonces comenzó la pandemia de Covid-19, y de repente no fue seguro para Schwimmer y los demás sentarse en el sofá de Central Perk para hacer memoria. Al mismo tiempo, la pandemia convirtió las reuniones de elenco en un elemento básico de cuarentena. Mientras que se hizo muy difícil producir un nuevo programa, se hizo mucho más fácil conseguir que muchos actores estuvieran temporalmente sin trabajo para aparecer juntos en Zoom, intercambiando historias antiguas, tal vez interpretando un guión antiguo (o, en el caso de Parks and Rec, uno nuevo), y recaudar dinero para caridad. En un nivel, todas esas reuniones virtuales hicieron que el alboroto por el retraso de Friends se sintiera un poco tonto (*): ¿Era el sofá realmente tan importante?
(*) Muchas de estas otras estrellas lo hicieron solo por diversión, o para colaborar con causas urgentes. Además, HBO Max tuvo un pésimo timing para involucrarse en un gasto de $ 2.5 millones en Friends justo antes de que el mundo se cerrara.
Por otro lado, se podría argumentar que cuando se trata de reuniones televisivas, está la de Friends y luego está todo lo demás, por dos razones. Primero, no solo fue un éxito gigantesco en los días en que la mayoría de la gente veía solo un puñado de canales, sino que se mantuvo como un éxito en la era del streaming. ER (que tuvo una reunión virtual el mes pasado, con nada menos que George Clooney) tuvo en ocasiones una calificación más alta en los noventa como producto televisivo, pero no tuvo ni por cerca el mismo impacto en las generaciones posteriores que Friends tiene a través de reposiciones en el cable básico, una larga temporada en Netflix y ahora como uno de los principales puntos de venta de HBO Max. En segundo lugar, tiene que ver con la escasez. Desde que se emitió el último episodio hace 17 años, los seis actores solo estuvieron juntos en la misma habitación una vez más, y no públicamente. Y estas son personas que estuvieron en la portada de casi todas las revistas que existieron en los últimos 30 años, y Jennifer Aniston en particular tuvo un largo reinado como una de las personas más famosas del planeta. El elenco de Seinfeld repitió sus papeles durante toda una temporada de Curb Your Enthusiasm, mientras que Friends se volvió a juntar ante la cámara con no más de dos de sus protagonistas en simultáneo, como cuando Aniston pasó por Cougar Town de Courteney Cox.
Y mientras los Friends se reúnen en los viejos platós donde pasaron una década de sus vidas juntos, es un recordatorio de que, a pesar de la conveniencia de Zoom, el escenario de un encuentro puede volverse muy relevante. Es divertido, y también inquietante, verlos deambular por Central Perk, ver a Matt LeBlanc y Matthew Perry recostarse en los sillones reclinables de cuero de Joey y Chandler, o ver a los demás reaccionar en persona cada vez que Aniston, siempre con gran exuberancia, recuerda mal un detalle de años pasados. ¿Vale la pena la espera o el dinero de HBO Max? Solo el jefe de contabilidad de WarnerMedia puede responder a esta última, y sin duda están ocupados con los detalles de la fusión de la empresa con Discovery. Sin embargo, en cuanto al interés y lo entretenido que resulta, las partes en las que solo estos seis actores merodean por los escenarios que conocemos de la serie se encuentran entre los mejores ejemplos que pueden darse para hablar de reencuentros televisivos, en parte porque es muy raro escuchar a alguno de ellos hablar sobre el programa en estos días, mucho menos todos juntos.
Dicho esto, la simplicidad de las reuniones de Zoom también significa que la atención se centra por completo en las personas que hablan y cuentan historias, donde Friends: The Reunion nunca resulta del todo suficiente. Y cada parte del programa en la que no son solo los seis hablando apenas puede justificar su existencia.
Hay siete piezas distintas unidas para el reencuentro: 1) los actores hablando juntos en el set de filmación; 2) los actores haciendo una nueva versión del concurso de trivia de uno de los episodios más queridos, “El de los embriones”, para ver quién recuerda mejor los puntos de la trama del programa; 3) los actores realizan periódicamente lecturas de escenas famosas, con sus nuevas actuaciones intercaladas con clips de los originales; 4) los actores todos vestidos y sentados frente a la fuente que aparece en los créditos de apertura, siendo entrevistados por James Corden frente a una pequeña multitud de fanáticos socialmente distanciados; 5) nuevas entrevistas con los creadores de Friends Marta Kauffman y David Crane, además del productor ejecutivo Kevin Bright, explicando la historia tanto del programa como del fenómeno; 6) testimonios de fans, tanto civiles como celebridades como David Beckham y BTS; y 7) los actores ocasionalmente ven clips y bloopers del programa.
Es, como podría sugerir ese párrafo, un asunto tremendamente superproducido, especialmente porque varias de esas piezas tienen sus propios segmentos más pequeños, como un extraño desfile de modas de memorables atuendos de Friends durante uno de los pasajes de Corden. Y la mayor parte del material que involucra a personas más allá de los seis miembros del elenco parece intentar explicar por qué Friends es tan importante, cuando lo más probable es que cualquiera que comience a transmitirlo en HBO Max lo esté haciendo porque ya siento muchísimo afecto por la serie.
Sí, es conmovedor escuchar a personas de todo el mundo contar historias de conflictos personales que Ross y Rachel les ayudaron a superar. Pero no es necesario, porque se pueden y se contaron historias similares sobre cualquier serie muy popular. Beckham y Kit Harington discutiendo a qué amigo les gusta más no agrega nada, e incluso las entrevistas con Kaufman, Crane y Bright, en el mejor de los casos, rozan la superficie de la historia de Friends. (Aluden, por ejemplo, a los muchos actores que audicionaron para la mayoría de los papeles, pero el único que es conocido para la audiencia, de todas las personas, es Louis Mandylor, que se postuló para el papel de LeBlanc y resultó siendo actor invitado en un episodio en el que actúa de un hombre que finge ser el hermano gemelo de Joey. Si no vas a hablar, digamos, de que Cox venció en las audiciones a Nancy McKeon de Facts of Life, ¿por qué molestarse en absoluto?). Un puñado de invitados memorables de Friends aparecen en diferentes segmentos, la mayoría de ellos agregando poco valor más allá de recordarte que es posible que los haya disfrutado cuando estaban en el programa. Incluso cuando uno tiene una buena anécdota, Maggie Wheeler explicando que inventó la risa de rebuzno característico de Janice como mecanismo de defensa para evitar romper el personaje porque encontraba a Perry tan divertido, se siente como una distracción del evento principal.
Corden, en el mejor de los casos, resulta ambiguo como anfitrión de los segmentos. A menudo repite temas que los actores ya discutieron por su cuenta, y se muestra como un moderador del panel de Comic-Con demasiado entusiasta que estaría mejor si simplemente acompañara a los invitados y redujera su presencia (*). De vez en cuando, esos segmentos conducen a algo muy lindo e interesante, como la alegría que Perry siente al escuchar a Schwimmer explicar con gran detalle por qué odiaba trabajar con el mono que interpretó a Marcel. Sin embargo, la mayoría de las veces son redundantes en un especial que ya tiene muchas redundancias integradas.
(*) Hablo por experiencia personal, habiendo sido ese moderador de Comic-Con un par de veces.
La energía es diferente cuando los actores están solos. Como señaló Schwimmer, nadie más puede apreciar completamente por lo que pasaron, y eso es palpable durante todo el especial. Hay una facilidad y una franqueza entre ellos que en gran parte desaparecen cuando están junto a la fuente. Perry, en particular, se muestra bastante crudo y desgastado cuando solo está con sus viejos amigos -aludiendo con frecuencia a que necesitaba desesperadamente la risa de la audiencia del estudio- y está actuando para la multitud y Corden. Hay una conversación que involucra a Schwimmer y Aniston que ocurre tanto en el ámbito público como en el privado del especial, y la privada es mucho más esclarecedora en lo que se dice y en cómo. (No hay spoilers aquí).
Aunque los clips de archivo son en su mayor parte innecesarios en la era de YouTube (*), funcionan bien como acentos para los segmentos de lectura de guión. No es solo que los actores sean todos mayores (y, en el caso de LeBlanc, como él mismo bromea, más grandes físicamente), sino que brindan la oportunidad de ver con qué facilidad algunos de ellos pueden volver al personaje después de tanto tiempo (Lisa Kudrow acciona sin esfuerzo el interruptor de Phoebe varias veces), mientras que para otros es una tensión más obvia.
(*) Hay algunos errores geniales, particularmente de Schwimmer, Perry y Aniston histéricos después de que el director cancela la famosa escena de “¡PIVOT!”. Pero incluso ese apareció en otros especiales.
Quizás la versión que todos intentaron hacer hace un año hubiera sido más simple, y todo el material extraño y los invitados se agregaron como una forma de diferenciar esto de las muchas reuniones que sucedieron en el medio. Pero tener a los seis Friends bajo su antiguo techo debería ser suficiente en sí mismo. Como dice Kudrow cuando llega por primera vez al antiguo set y ve a Schwimmer, “Esto es todo lo que me importa”. Es todo lo que debería preocupar a todos, incluso si Friends: The Reunion sigue pensando lo contrario.
Este artículo fue publicado originalmente en Rolling Stone Estados Unidos.