Según los expertos y de acuerdo con documentos revelados recientemente, la justicia no le impidió en ningún momento retirarse el DIU
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“Quiero recuperar todo. Quiero poder casarme y tener un bebé“, dijo el miércoles la leyenda del pop Britney Spears, de 39 años, a un juez de Los Ángeles. En una emotiva declaración de 23 minutos a la jueza del Tribunal Superior de Los Ángeles, Brenda Penny, Spears pasó a detallar exactamente cómo las condiciones de su tutela se interponen en el camino de sus modestos objetivos, refiriéndose específicamente a su deseo de retirarse un DIU, que se le fue implantado para evitar que tuviera hijos. Durante la instancia judicial, Spears dijo que sus tutores se oponen a su decisión.
“Me dijeron que en este momento no puedo casarme ni tener un bebé”, dijo Spears el miércoles. “Tengo un DIU en mi cuerpo, así que me es imposible quedar embarazada. Quise sacármelo para poder empezar a intentar tener otro bebé. Pero mi tutor no me deja ir al médico a retirarlo, porque no quieren que tenga más hijos“. Según la ley de California, a alguien en la posición de Spears no se le podría prohibir automáticamente casarse o tomar sus propias decisiones médicas; más bien, tendría que haber una orden judicial explícita con ese objetivo. Una orden que, en el caso de Spears, no parece haberse dictado.
El hecho de que Britney le haya dicho a la corte que cree que no se le permite casarse o quitarse el DIU plantea serias dudas sobre el consejo que está recibiendo de su abogado designado por la corte, Samuel Ingham III, quien fue elegido para su caso en 2008, poco después de su colapso-mental-bien-publicitado. Ingham es bien conocido por su trabajo en otros casos de tutela de alto perfil, incluidos los del multimillonario Sumner Redstone y el presentador de American Top 40 Casey Kasem.
Desde ese año, Spears estuvo viviendo bajo tutela, un arreglo legal diseñado para ayudar a las personas mayores o discapacitadas a administrar sus asuntos financieros o personales cuando un tribunal los considera incapaces de funcionar por sí mismos. Hablando públicamente sobre el arreglo por primera vez el miércoles, Spears dijo que sus tutores tienen poder de veto sobre prácticamente todas las decisiones que toma, desde renovar los gabinetes de su cocina hasta irse de vacaciones y manejar su auto hasta la casa de un amigo.
Pero la declaración de Spears de que se le impidió volver a casarse o tener más hijos (la cantante tiene dos hijos, de 14 y 15 años, con su exmarido, Kevin Federline) es particularmente inquietante. “El manual para tutores en California, es absolutamente explícito que, a menos que la orden judicial que otorga la justicia diga que no tenés derecho a contraer matrimonio, tenés derecho a contraer casarte, incluso si estás bajo la tutela de otra persona”, dice Leslie Francis, abogada de derechos de personas con discapacidad y profesora de la Universidad de Utah, que escribió extensamente sobre los derechos de las personas conservadas para tomar decisiones reproductivas.
El hecho de que Spears diga que cree que no puede casarse no solo plantea dudas sobre la eficacia de su representación legal, sino que también arroja una luz preocupante sobre los comentarios de al menos un juez que presidió el caso. Según una transcripción judicial de 2014 obtenida por el New York Times, Ingham expresó previamente la preocupación de Spears de que la tutela le impidió casarse y tener hijos. En ese momento, el juez Reva G. Goetz respondió: “No recuerdo que hayamos dado ninguna orden sobre el derecho a casarse, pero quizás no convenga contárselo”. (“De alguna manera eso no surgió en la conversación”, le dijo Ingham al juez).
Adam Streisand, un abogado que Spears intentó contratar en 2008, hasta que Goetz dictaminó que la cantante “no tenía la capacidad” para contratar a su propio abogado y nombró a Ingham en su lugar, siguió el caso de cerca. Hablando sobre los arreglos típicos de tutela, le dijo a ROLLING STONE: “A menos que pueda probar que [una persona] es literalmente incapaz de comunicarse con sus médicos o comprenderlos, y no puede apoyar ningún pensamiento racional sobre su atención médica, tiene derecho a hacer sus propios decisiones de atención médica, incluso si está bajo tutela“. En opinión de Streisand, Spears parece cumplir con esos criterios basándose únicamente en sus declaraciones en la corte esta semana. “Britney lo dejó clarísimo”, dijo sobre la clara articulación de los deseos de la cantante.
En una moción presentada en marzo de este año para destituir al padre de Spears como tutor de su persona -Jamie Spears sigue siendo co-conservador de la herencia de la cantante- Ingham citó una orden de 2014 que aparentemente determinaba que Spears tenía una “incapacidad para consentir a cualquier forma de tratamiento médico.”
Sin embargo, de acuerdo con las notas hechas por el juez en los registros de la corte testamentaria en abril, no solo parece que no hay registro de tal orden en la fecha citada por Ingham, sino que nunca se había presentado una declaración de capacidad en este caso, y “cartas anteriores para la tutela de la persona... no reflejan que el Tribunal dictó una orden de que Spears carece de capacidad médica“. En otras palabras, contrariamente a las declaraciones del abogado de Spears en el tribunal, parece que a la cantante se le permitió legalmente tomar sus propias decisiones médicas durante los últimos 13 años. (Ingham no respondió a las solicitudes de comentarios de Rolling Stone).
“Es muy difícil juzgar, sin mucha más información, qué problemas, si los hay, tiene o pudo haber tenido Britney”, dice Streisand. “Pero lo que nos queda claro ahora es que ella nunca tuvo un defensor”.
Señalando los comentarios de Spears el martes de que ella “no sabía” que podía solicitar el fin de la tutela, y los comentarios de Ingham en una audiencia en octubre comparando a Spears con un paciente en coma, Streisand cree que la conducta de Ingham es indefendible: “El único que estuvo en coma durante los últimos 13 años, es su abogado. Estuvo en coma, o es corrupto. Quizás ambas“.
“Su abogado, que ganó millones de dólares por ser el abogado de Britney, está obligado éticamente a presentar una petición para terminar su tutela en cualquier momento que la cantante diga: ‘Quiero que esto termine’, y en 13 años nunca lo hizo. Hay que preguntar por qué“, dijo Striesand. (Según un informe del New York Times, entre su nombramiento en 2008 y 2019, el último año en que se dispuso de información, a Ingham se le habían pagado casi $3 millones de dólares por su trabajo en nombre de Spears).
“Podés asesorar a tu cliente, pero si tu cliente dice ‘Quiero que esto termine’, entonces tenés un trabajo y solo un trabajo: hacés todo lo que está a tu alcance para terminar la tutela”, dice Streisand. “Y nunca presentó una petición [en] 13 años para tratar de terminar la tutela. […] En cambio, parece que él simplemente la manipuló para que crea que no tiene derecho a saber nada, no tiene derecho a escuchar nada y no tiene derecho a decir nada“.
La propia Spears le dijo al juez el miércoles: “Realmente no tuve la oportunidad, por mi cuenta, de elegir personalmente a mi propio abogado. Y me gustaría poder hacer eso“. Después de la declaración de Spears, Ingham dijo que se haría a un lado si se le solicitaba.
Trágicamente para Spears -quien habló abiertamente y con entusiasmo sobre su deseo de ser madre no solo recientemente sino también al principio de su carrera, solo para que le quitaran la custodia de sus dos hijos cuando aún eran pequeños- esta cuestión del control sobre su cuerpo podría resolverse en sus últimos años de edad fértil. Francis, el abogado de derechos de personas con discapacidad, comparó la situación de Spears con la práctica una vez generalizada de esterilizar a mujeres con enfermedades mentales. “Ya no esterilizamos a la gente. Pero, quiero decir, tiene 39 años, tiene un reloj biológico funcionando. Una forma de pensar en esto es: [La tutela], de hecho, le está haciendo imposible reproducirse“.
Este artículo fue publicado originalmente en el sitio web de Rolling Stone Estados Unidos.