Desde Madrid, el Salmón habló de Dios los cría, el álbum en el que grabó junto a Iglesias, Raphael, Juanes, Lila Downs, León Gieco, Sebastian Yatra y más
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Andrés Calamaro editó hoy Dios los cría, un álbum de duetos reinterpretando algunos clásicos de su repertorio en compañía de un seleccionado de cantantes de lo más variopinto: Julio Iglesias, Vicentico, Lila Downs, Manolo García, Vicente Amigo, León Gieco, Alejandro Sanz, Mon Laferte, Carlos Vives, Raphael, Milton Nascimento, Juanes, Julieta Venegas, Saúl Hernández, Fernando Cabrera, Sebastián Yatra, Iván Ferreiro y Leiva. Desde Madrid, el Salmón contesta por mail un puñado de preguntas surgidas en el seno de la redacción de ROLLING STONE.
En este disco compartís canciones con cantantes de una generación más grande que la tuya. ¿Qué es lo primero que recordás de artistas como Julio Iglesias o Raphael? ¿Se escuchaban en tu casa cuando eras niño?
En mi casa natal no se escuchaba música melódica, recuerdo las Cuatro Estaciones de Vivaldi, bossa nova y tangos incluyendo Astor Piazzolla. Empiezo a apreciar a estos dos genios de más grande. Todos conocemos a Julio Iglesias y a Raphael, pero para mí consisten en placeres adultos. Digamos que sigo a Julio desde Un Hombre Solo, el disco escrito por Manuel Alejandro. Raphael ya ha sido vindicado en repetidas ocasiones por artistas de rock. Pero no forman parte de mi paisaje infantil, en casa ensayaban Les Luthiers, frecuentaban intelectuales gordos de los años sesenta, las vanguardias del psicoanálisis y la poesía. Soy un cachorro del Instituto Di Tella.
¿Qué fue lo primero que pensaste cuando finalmente escuchaste tus canciones en las voces de Julio y de Raphael?
Pensé que me desmayaba ahí mismo. Nadie en mi generación está preparado para escuchar a Julio Iglesias cantando versos propios.
Hay muchos hits en la lista de temas del disco… ¿Cómo fue volver a interpretar canciones tan clásicas de tu repertorio? ¿Fue difícil encontrar el arreglo adecuado para volverlas a cantar?
No son hits, son buenas canciones o canciones buenas, el éxito se manifiesta en distintas formas pero hit es una palabra ajena que irrita un poco la vista. El arreglo de Germán Wiedemer es el mismo de la gira Licencia para cantar, luego adaptado a otras canciones que no hicimos en aquellos sesenta recitales. Algunas las tocamos cientos de veces en los conciertos. Peor es trabajar.
¿A quién de estos cantantes que te acompañan no conocías y te sorprendió con su interpretación?
A estos cantantes los conocemos todos, pero Milton Nascimento no es de este mundo, tiene una sensibilidad y un talento que no pueden explicar ni todas las palabras en el diccionario. Es un ángel y un rubí. Un disco donde canta Milton Nascimento no es un disco de duetos, es un disco de oro.
¿Qué es lo más difícil de hacer un dueto, teniendo en cuenta que todos acá son artistas de renombre?
En algunos casos resulta imposible porque no todos los cantantes pueden o quieren participar en un disco plural. Fue imposible en algunos casos. El renombre no fue una dificultad, al contrario, todos se volcaron con amor al oficio, respeto y amistad. Advierto que sin Carlos Narea hubiera sido más complicado, imposible quizás. Grabamos como producción independiente, no consultamos con A&R en los sellos grandes ni tuvimos trabas que yo sepa, no sé para qué sello graban mis amigos. Sabemos hablar en términos técnicos y contractuales porque todos estamos curtidos en la experiencia. La experiencia -que a veces resulta agridulce- no nos ha derrotado, nos hizo más fuertes.
Definí en una frase a Fernando Cabrera, Yatra, Mon Laferte y Juanes…
Fernando Cabrera es una corona de espinas, una copa de cristal que se quiebra en mil pedazos, una sensibilidad única. Mon Laferte está tocada por una varita mágica, cómo reluce en el escenario es poco frecuente. Juanes es una gran figura de la música y un ganador serial de Grammy Latinos, en persona es humilde y solvente, hace las cosas como las siente, el “golden boy de Medellín”. Sebastián es el pato de la boda, ya le critican y no lo han escuchado cantando “Paloma”, confío en que se traguen las palabras disonantes porque ha cantado muy bien.
Todas estas canciones ya son parte del cancionero popular, ¿cuándo te diste cuenta de que eras popular?
Gustavo Bazterrica solía repetir que “[Los Abuelos de la Nada] no éramos famosos sino populares”. En su momento no me di cuenta o no terminaba de creérmelo. Hace muchos años que llenamos teatros, estas canciones se cantan y escuchan en bodas y bautizos en toda América y España, en las tribunas y en las prisiones. Sigo sin darme cuenta o vivo una vida normal todos los días, en el escenario busco buenas sensaciones más que deleitarme con las audiencias encendidas con la banda. Parece que en nuestro país hay que morirse primero, quizás entonces el blindaje de la nostalgia se relaja un poco para que alguien te considere. Ahora la popularidad es una ilusión digital aparente, no sabemos en qué consiste el éxito. Para nosotros consiste en seguir vivos y bien, en oponernos por sistema y a casi todo.
¿Cómo se vive hoy la pandemia en Madrid? ¿Qué diferencias encontrás con lo que pasa en Argentina?
Me temo que en cada país -o región- los protocolos son diferentes y todo parece improvisado, no me creo las estadísticas ni la información en televisión, redes o periódicos. Madrid vive casi en normalidad con barbijos protocolares. Los locales antes nocturnos cierran a medianoche y no es algo que me afecte; se celebran clases, en los colegios que están tupidos de niños chillando.
¿Te vacunaste? ¿Te vacunarías?
De momento no me han vacunado fuera de la forma metafórica. No tengo problema en inocularme, ni soy tragacionista ni tengo fobia a las medicinas o el dentista. Si son placebos -como si inmunizan- me parecen bien. Si son un negociado similar al de una guerra mundial de bajo presupuesto, lo de siempre.
¿Cuál fue la última serie que te inspiró? ¿Y el último disco?
Me gusta mucho el cine, para mí ha sido más importante que la literatura. No vi la televisión hasta la adolescencia y de adolescente tampoco me interesaba quedarme en casa viendo televisión. Las series me gustan desde Kojak hasta Succession, las veo tarde en la noche. Discos escucho de dos maneras distintas, un mismo CD repitiéndose todo el día durante semanas o una tarde dedicada a escuchar entre los muchos discos buenos que tengo en mis domicilios. Durante la pandemia escuché el mismo disco de Allman Brothers durante meses y antes había escuchado John Lee Hooker con Canned Heat todo el verano porteño. De nuestro idioma escucho la salsa dura, no soy coleccionista pero presumo de elegir bien los discos y los equipos de audio por encima del promedio. Me inspiran la Biblia y los calefones.
No hay traperos en el álbum… ¿te gusta el trap?
Prefiero seguir pensando en términos como rap, hip hop y Red Bull. Ahora hablamos de una escena urbana que ha impuesto el idioma castellano y cierta identidad latina en todo el mundo, eso se aprecia. Grabamos con Calle 13, El Langui, el rapero bueno que interviene en “Loco por ti” (Rudy Lee, 1987), C. Tangana y Kase O. Me agrada el rap desde que existe y antes: Kurtis Blow. Tengo muy buena relación con la escena del rap en Madrid y en Buenos Aires, bastante idea. Usamos el sampler, tengo algo estudiado el género y escuché miles de horas de Acapella para cientos de mash up que los radares del copyright han cancelado. El flow en castellano hereda de Tego Calderón y el rap blanco suele estar marcado por el talento de Eminem. Los nuevos sonidos son otra cosa, con el AT como instrumento. Hace décadas usamos beats, 808 y sampler … Son veinte años usando casi el mismo modelo de Roland. Trabajo esperando que aterrice el helicóptero de Kanye West en el jardín de casa, dispongo asimismo de una piscina por si Kanye prefiere advertirme que llega mediante el tradicional lanzamiento de un chancho justo antes de posarse en suelo argentino.
Ya fueron el Mono de Kapanga y Juanse… ¿para cuándo Calamaro en MasterChef?
Me gusta cualquier cosa que hagan Juanse y el Mono, lo que no me gusta es ir a la televisión, prefiero hacerme una colonoscopía o ir al dentista. Si por mí fuera no pisaría jamás un estudio de TV. No sé qué es MasterChef, en televisión solo escucho a Jorge Asís. Si está Juanse entonces estoy dispuesto a ver lo que sea, adoro a Juanse.
¿Tu disco de duetos preferido?
Pappo y amigos. Y sigo: Casi todo el rap se sostiene sobre colaboraciones, es casi imposible imaginar el género sin intervenciones constantes entre MC, DJ, poetas y productores mancomunados. Mis duetos preferidos son los de Muddy Waters con Johnny Winter y no constan como dúos. Recuerdo los episodios colaboracionistas de Frank Sinatra pero no son mis discos preferidos de Sinatra. No sé si Aníbal Troilo con Roberto Goyeneche computa como dueto. Destaco entonces -sí como dueto- a Bochini y Bertoni, y la pared que vale un título intercontinental. En la actualidad el disco excluyente es El madrileño, de C Tangana. En nuestro país los duetos grandes son Rudi y Nini Flores, Gardel y Le Pera y Martín Fierro payando con el moreno, una batalla de gallos campesina y metafísica.
LA NACION