Con expectativas, miedos y sensación de alivio. Así vivieron la vacunación 6 mujeres argentinas.
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En las últimas semanas, llegaron al país cinco millones de vacunas anti-Covid y comenzaron a recibir dosis los y las sub- 40. En CABA, el fin de semana comenzó la vacunación para personas de 35 a 40 años y ya abrió el empadronamiento para los de 34 a 30, que se suman a la incorporación en el padrón de embarazadas y madres de lactantes en el mes de junio. En esta nota, te compartimos testimonios de mujeres que ya se vacunaron y que nos cuentan cómo lo vivieron.
Laura Kriscautzky, terapista ocupacional (38)
- Recibió Sinopahrm en el Estadio River Plate
“Entré en la primera tanda de vacunación por personal de salud en marzo. La segunda dosis la recibí bastante cerca de la fecha estimada. Tuve un poco de cansancio, pero ningún otro efecto secundario. Me daba un poco de temor, porque tengo un hijo chiquito, pero por suerte no fue fuerte. Mi pareja se acaba de vacunar en esta tanda sub-40 y nos emociona mucho. Es un momento que vamos a recordar siempre.
Visito pacientes en domicilio todos los días y si bien tengo todos los recaudos posibles, no deja de ser una situación de exposición. Por lo que la vacuna es una tranquilidad enorme. Cuando me vacuné, aún se estaba investigando el efecto en lactantes, pero luego se vio que pasaban los anticuerpos a los bebés, así que también estoy contenta porque mi hijo de un año está protegido, a través de mi leche.”
Ariana Budassoff, periodista (33)
- Se vacunó con Sinopharm en el Luna Park
“Había visto que un periodista había twitteado que las mujeres en período de lactancia se podían anotar, pero cuando entraba al formulario no aparecía la opción. Al día siguiente ya la habían agregado, así que me anoté y a los dos días me llegó el turno.
Me puse bastante nerviosa. Tanto tiempo esperando la vacuna, que cuando finalmente llegué a la puerta me agarró una ansiedad terrible. Estaba tan nerviosa que antes de entrar, un señor me preguntó si tenía miedo y me ayudó a tranquilizarme. Una vez que entré el procedimiento fue impecable: estaba todo organizado y fue muy rápido. Al salir estaba muy emocionada y contenta. Por la tarde, sentí como si me hubieran dado una inyección de energía. Un optimismo que no tenía hace mucho tiempo. Seguramente era psicológico, pero me sentí particularmente bien, vital.
Para mí, representa estar un poco más cerca del fin de la pandemia, aunque sé que aún no nos podemos relajar, ni descuidar. Tener la vacuna me deja un poco más tranquila, no solo por mí, sino también por mi hijo, que a través de la leche le paso anticuerpos, y por ahora es la única defensa que los chicos tienen contra el Covid. Pero entiendo que la efectividad de Sinopharm aún se está estudiando en la variante del Delta, así que estoy todo el tiempo atenta a las novedades.”
Milagros Vilar, docente universitaria (34)
- Recibió Sputnik-V en el Centro de Día N°9
“Me había anotado en provincia y en ciudad, porque doy clases en ambos lugares. En CABA me llegó el turno a los tres días, en un Centro de Día cerca de casa y para esa misma semana. Me sentí muy tranquila y cómoda con toda la información y el trato que me brindaron en el lugar. Después de los veinte minutos que te hacen esperar, volví a mi casa con una mezcla de alegría por haberme vacunado y miedo a los síntomas que pudieran aparecer. Pero por suerte, solo me dio mucho cansancio a la noche y nada más.
En el momento de la vacunación estaba muy emocionada, al saber que había llegado el día después de mucha espera e incertidumbre. También me alegra mucho saber que cada vez se vacunan más personas, que ya está disponible para jóvenes y que pronto va a estar para todo el mundo. Hay un montón de gente trabajando para esto y eso es muy emocionante. Tener la vacuna me da confianza y me hace estar un poco más tranquila, al saber que se está avanzando en la vacunación de toda la población, más allá de la mía.”
Cecilia Fanti, librera (35)
- Se vacunó con AstraZeneca en La Rural
“Estoy muy emocionada y expectante. Me empadroné el viernes 8.30 de la mañana, apenas abrieron las inscripciones para personas de 35 a 40 años. A la noche, mientras cenaba, recibí un mensajito para sacar el turno y me dieron para el lunes. Me quedé helada. Pensé que iba a tardar un par de semanas, incluso ya la veía hacia fin de año. Fue mucha ansiedad y lo inesperado de la sensación de salida, de que finalmente se está yendo hacia algún lugar con más certezas. La pandemia eventualmente va a terminar y la vacuna es la solución.
Hice brownies para llevar al vacunatorio. Cuando llegué, me sorprendió porque no veía tanta gente junta desde antes de la pandemia, y fue muy emocionante. Está todo super bien organizado, en cinco minutos ya estaba vacunada. Ahora tengo una sensación de alivio muy grande. Las vacunas están, salvan vidas y esto se va a terminar.”
Sabrina Sosa, editora y docente (34)
- Se vacunó con AstraZeneca en Moreno.
“Me anoté dos veces en capital como docente, pero no me salía el turno. Como tengo una comorbilidad, también me inscribí en provincia, que ya la aplicaba para personas de mi edad. Me llegó enseguida el turno y me emocionó mucho, casi lloro. Ya me lo habían adelantado, pero los primeros dos días después de la vacuna me sentí pésimo: fiebre, dolor muscular, agotamiento. A pesar de esto, el malestar no opacó la emoción que me generó estar vacunada. Hacía mucho tiempo que esperaba vacunarme y me dio mucha tranquilidad para moverme en el día a día.
Yo salgo a trabajar fuera de casa y tener la vacuna me dio más seguridad a la hora de usar el transporte público y compartir el espacio con mis compañeros de trabajo. Por suerte, la mayoría ya tiene la vacuna también. Está bueno, porque genera otra atmósfera laboral, menos tensa, si bien mantenemos todos los cuidados y protocolos. De alguna manera, nos cambió el ánimo para trabajar.”
Lucía Fernández Núñez, emprendedora (33)
- Se vacunó con Sinopharm en el Luna Park
“Cuando empezó todo esto, sabía que si tomaba los recaudos necesarios no había mucho riesgo de contagio para mí o mi núcleo más cercano. Cuando quedé embarazada y con la segunda ola, empezaron a aparecer casos de personas cercanas jóvenes y de embarazadas que terminaron internadas. Eso hizo que el Covid me diera miedo de verdad, como no me había dado antes y me bajonée. Pensar que faltaba mucho para la vacuna me frustraba, pero al mismo tiempo no tenía que pensar si dármela o no. Pero hace menos de un mes, eso cambió.
Al abrirse la posibilidad para embarazadas, me enfrenté ante la inseguridad de vacunarme con algo aprobado tan recientemente. Primero abrieron en Provincia y ahí le consulté al obstetra qué hacer. Él me recomendó que me vacunara y hablando con otras embarazadas, a todas ellas sus médicos también les habían recomendado la vacunación.
Apenas abrieron en capital, me anoté y elegí el primer turno disponible. Estaba todo el circuito muy organizado, fue rápido y había un montón de mamás. Pero la espera en sí se hizo larga, porque todos hace un año y medio queremos que se resuelva esto. Igual me alegra y me tranquiliza que cada vez haya más personas vacunadas. Sigo cuidándome, pero tener la vacuna es una barrera más contra el virus y, a nivel social, nos acerca un poco más para volver a la normalidad que teníamos antes.”