Hacemos de todo con tal de que la buena suerte nos acompañe. Es creer o reventar..., pero reírse siempre.
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Tocar madera trae suerte
¿Habrá sido algún fabricante de muebles muuuy hábil el que inventó semejante ritual? Porque convengamos en que todos lo hacemos: cuando decimos algo pero no queremos que pase, tocar madera es garantía de confianza. Algunos dicen que esta creencia viene de un mito celta y que la explicación está en que en la madera de los árboles viven los duendes y son ellos quienes nos traen de la buena. Así que la próxima vez que veas a alguien abrazado a un árbol..., ya sabés.
Poner plata debajo de los ñoquis la multiplica
Se sabe que los 29 de cada mes se abre un portal cósmico hacia la buena fortuna, la prosperidad y tu capacidad de volverte millonaria. Para aprovechar todo el envión de esta fecha milagrosa, la acompañamos con unos ñoquis riquísimos. O quizá sea solo una excusa válida para comer hidratos, ¿no? Total, la plata va y viene...
Si la pisás..., ¡la rompés!
Vas caminando como una campeona por la calle, no te para nadie, hasta que, de repente: pisaste. Y si bien hay una verdad supersticiosa que lleva muchos años dictando la fortuna de millones de personas que indica que pisar caca trae buena suerte, que hay que correr a jugarle al 71..., ¿estamos seguras de que queremos seguir sosteniendo esta creencia? ¿De verdad nos sentimos con más suerte cuando nos topamos con semejante torta? Mejor cada perro su bolsita, veredas limpias y nos seguimos diciendo... “¡mucha mierda!”.
Nunca la cartera en el piso, mi ciela
No importa si no creés en nada y te morís de la risa pasando debajo de las escaleras, sin pensar en espejos rotos y acariciando gatos negros. Pero hay un ritualcito que seguro no dejás pasar. Puede que no te importen las supersticiones, pero todas sabemos que si dejás la cartera en el piso, “se te va” la plata, y no estamos dispuestas a probar lo contrario. Bueno, igual, aunque tengas la cartera bien agarrada a vos..., ¿acaso no tenés la sensación de que la plata se te está yendo todo el tiempo? Y atenti, que los rituales se actualizan y hay una vuelta de tuerca para ciclistas y motoqueras: si dejás el casco en el piso, “se te va” la cabeza... ¡Chan!
TODO es una señal
Para las que nos esforzamos en encontrar oráculos por todos lados, encontrarse una carta en la calle es un símbolo inequívoco del universo... ¿Y una pluma? Uf, una señal divina..., pero ¡¿de quéééé?! Que el cosmos nos habla y nos está diciendo algo, eso es seguro; ahora, entender qué es lo que nos quiere decir... es otro tema. ¿Habrá que encender velas, incienso de pachuli y convocar a los astros para descifrar el idioma oculto de cada cosa con la que nos cruzamos?
Brindar..., siempre a los ojos, jamás con agua
Estamos frente a una maldición que nadie quiere encarar. Siete años de mal sexo para quien brinde sin mirar a los ojos a sus compañeros de “chin chin”. Acá sí que aplica el famoso “creer o reventar” y todos nos miramos con los ojos bien abiertos y dejando bien en claro que nos estamos mirando a los ojos. Y bueno, si estás en una racha sexual un poco floja..., ¡empezá a hacer memoria de tus últimos brindis!
Sandía con vino...,¡te morís!
Ni la física ni la química, ni mucho menos la medicina, que últimamente está ocupada en otros temas más importantes, le encontraron la vuelta a este mito. Se sabe que esta combinación desata una maldición fatal (y bastante extrema) sobre quien ose desafiarla: directamente te morís. Promoción no válida para otra combinación que funciona perfecto: melón y vino blanco.
Las pestañas caídas cumplen deseos
¿Nunca jugaste a pedir deseos con las pestañas que se caen? ¿Cómo olvidar el vértigo cuando se separan los pulgares y llega el momento de saber si la magia capilar estará de nuestro lado? Pero ¡ojo con hacer trampa! ¡No vale hacerlo con pestañas postizas ni extensiones!