Comenzaron con un showroom rodante, ofreciendo a sus amigas ropa que trasladaban en valijas o bolsas de residuos y ahora la tienda online representa un 75% de su demanda
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El universo de Jimena y Valentina Sabbag siempre estuvo vinculado a la moda. Son hijas de fabricantes de ropa por lo que crecieron en un hogar donde el negocio de la indumentaria de mujer era tema frecuente de conversación. Con una infancia y adolescencia que transcurrieron entre locales de ropa, aprendiendo y ayudando a sus papás desde muy chicas, Jimena suele decir que nacieron en un probador.
Ellas -al igual que su hermano Jaime- siempre tuvieron la energía emprendedora a su alrededor, pero no fue hasta 2018 que decidieron dar el salto. Jimena trabajaba en una agencia de comunicación de un medio digital con sede en Miami, México, Brasil, Uruguay y Argentina y le gustaba mucho lo que hacía sin embargo fue durante su licencia por maternidad que cambió su visión del trabajo: “Poco después del nacimiento de Pedro, mi primer hijo, algo de volver a trabajar fuera de casa tantas horas no me convencía, no me veía ahí en ese formato de nuevo”, expresó.
En ese momento Valentina, que había armado una fábrica con su hermano, trabajaba haciendo producto terminado para otras marcas y “entre cartones, alfileres y rollos de tela soñaba con la suya propia”, confesó. “Siempre ame la ropa. En las previas mis amigas armaban los tragos y yo les intervenía las remeras para entrar al boliche”, agregó. Por su juventud energía tenía de sobra, solo le faltaba alguien que la potenciara. Fue entonces que le propuso a su hermana desarrollar juntas la venta minorista de la fábrica y ahí empezó todo.
A Jimena le encantó la idea de dar un giro 180° en su vida, dejar de trabajar en relación de dependencia para embarcarse en un proyecto propio. “Aunque dudé mucho porque no venía del rubro, fue todo un desafío personal que salió hermoso”, resaltó Sabbag y continuó: “Siempre supe que en algún momento vendría algo que lo cambiaría todo. Ser emprendedora me cambió por completo la forma de percibir lo laboral, el disfrute”.
¿Cómo empezaron?
Con una especie de showroom rodante que no era más que una valija de ropa o bolsas negras de residuos con las que se movían de un lado a otro: “Íbamos y veníamos entre casas de amigas y conocidas, yendo a mostrar los productos a diferentes lugares, alquilando espacios los fines de semana. Todo muy sacrificadamente hermoso”, nos contaron.
Fue en ese momento que decidieron ponerle nombre a todo ese “desorden”, Somos Mess “Así empezamos a tener clientas fieles, que venían siempre y que nos recomendaban a amigas. Así empezamos a crecer y crecer hasta que la necesidad misma nos pidió un espacio propio y tener nuestro lugar para poder acompañar el crecimiento”, completó Jimena.
Hoy los tres hermanos socios -además de ocuparse de la fábrica- están a cargo de un showroom donde son 6 personas trabajando para cumplir con el volúmen de ventas presenciales y digitales “y estamos buscando una persona más” para sumar al staff, agregaron. La demanda online por Tiendanube representa un 75% mientras que el showroom es un 25%. “La cantidad de prendas vendidas viene en ascenso, por suerte es mucho, ya que tenemos un club de fans de agotadoras seriales”, puntualizó Valentina.
Una marca que potencia lo mejor de cada una
“Nosotras Somos Mess porque somos un quilombo, realmente. Somos el agua y el aceite pero tenemos mucho en común, amamos Mess, amamos lo que hacemos y nos complementamos muy bien. Valen es puro acelere, puro ir para adelante, empuje, puro mas y mas. Yo soy más cautelosa, de analizar, frenar, pensar sus locuras un poco más. Nos matamos y no podemos estar una sin la otra. Es hermoso trabajar juntas, a la vez separar a veces lo laboral de lo personal es más difícil, pero con el tiempo se aprende y todo se acomoda. Nos amamos, somos amigas, no podemos sin la otra y nos elegimos siempre, siempre”, aseguró Jime.
Vale por su parte expresó: “Trabajar con Jime es divino, ella arma las lista para todo… Además de que se ocupa del desayuno siempre. Es muy ordenada, prolija y no hay desafío que ella no pueda encarar. Su frase es ‘probemos’, siempre lo intenta. Discutimos pero entendemos que es parte. Somos lo más distinto que te imaginas pero complemento, siempre”.
El punto que tienen en común es que las dos se visten con básicos, de ahí nace la base de la marca. “Surge de la propia necesidad nuestra de buscarlos y no encontrarlo. Los amamos y no entendíamos cómo algo tan simple no estaba ahí al alcance de todas”, revelaron las hermanas.
“Nuestra idea es que la ropa sea lo más perpetua posible, nunca me gusto mucho estar a la moda. Me gustan los básicos y hacer que se destaque el look con ítems sencillos, así la que brilla sos vos”, completó Valentina.
Además ponen especial atención en la comunicación, en cómo decir lo que quieren decir. “Tenemos una responsabilidad enorme como marca al hablarle a las mujeres y somos super respetuosas de eso. Pensamos que si te gusta te queda bien, siempre. No importa nada más que eso. Tratamos de que las personas que vienen al showroom o que compran online tengan una linda experiencia de compra y se sientan bien siempre”, concluyó Jimena.
“Nos encanta el mensaje que Mess tiene, lo sentimos genuino, si fuera una persona yo sería su amiga! Es una marca muy noble, de hecho no intento ser marca pero se empezó a pasar del boca en boca y ahora chochas. ¡A por todo!”, cerró Valen.