Una de nuestras cronistas aceptó el challenge, se calzó las zapatillas y corrió todos los días durante un mes. Acá nos cuenta lo que aprendió.
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La realidad es que el sedentarismo de la cuarentena fue muy democrático y les pegó fuerte a muchas de nosotras. El gimnasio cerrado, las rutinas interrumpidas y descuajeringadas, los cambios de alimentación (el aumento de recetas probadas a principios de la cuarentena) y la falta de movimiento, sumado a todo el espectro de emociones vividas a flor de piel. No soy una chica fit, y nunca lo voy a ser. No suelo preocuparme ni centrarme mucho en el tema. Me encanta comer y no limitarme.
Y sin embargo, hasta hace un mes no la estaba pasando muy bien desde el punto de vista físico. Estaba trabajando más horas que siempre y estaba sentada en una misma silla el 97% del día; tenía mi bicicleta fija abandonada, usándola exclusivamente de perchero, esa que prometí al principio de la cuarentena explotar al máximo.
Por eso, cuando sentí que estaba llegando a mi límite, pensé: “Es ahora”, y solo había una forma de salir de la inercia: un desafío. Algo que me motivara a superarme, a competir conmigo misma, a ir por microvictorias y así poder recuperar mi estado físico y mental de adentro hacia afuera.
Desempolvé mi app de running (ya la había usado alguna vez) e introduje el título del challenge: 3 km todos los días por 30 días. Me sonó a posible. “3 está bien, es una meta realista” pensé.
Acá te cuento mi experiencia, para que, si nunca corriste, veas que no te vas a desmayar al llegar a la esquina, que vas a poder, que te vas a sorprender a vos misma. Y que mientras tanto vas a poder conocer algo más de vos: cómo te hablás, cómo te motivás a seguir y también cómo funciona tu cuerpo. Y aunque no sean 3 km por día, lo importante es establecer un desafío y cumplirlo. Porque al final del día vas a aprender, vas a sentirte mejor y vas a mejorar tu humor y tu físico.
5 cosas antes de empezar
- ¿Cuánto tiempo vas a necesitar? Solo 30 minutos. Entre 18 y 30 minutos de ejercicio (o un poco más si vas caminando) y 5-10 minutos de elongación antes y después: esto es muy importante... Aunque te dé fiaca, elongá, elongá y elongá. Antes y después. Elongar previene lesiones y dolores molestos. Tus rodillas te lo van a agradecer.
- ¿Qué necesito para empezar? Unas buenas zapatillas, ropa cómoda para correr, un brazalete para llevar el celular o una riñonera... y lo ideal es tener una app para trackear el challenge (yo usé Nike Run Club). En la app, podés sumar a tus amigos y ver si el resto ya salió ese día… Y si no, podés mandarles un mensajito de apoyo. Está bueno hacerlo con alguien porque vas a poder hablar de cómo te sentís, y lo mejor de todo es que, al hacerlo con otros, va a ser más fácil llegar a la meta.
- Consultá con tu profesional de cabecera. Si tenés alguna lesión o condición preexistente, consultá antes con tu médico o con tu kinesiólogo de cabecera.
- Hidratate mucho. Al menos, 2/3 litros por día, antes y después de la actividad física. Siempre está bueno tener al lado tuyo en el escritorio una botella para seguir hidratándote todo el día.
- Buscá toda la motivación que puedas. Vale todo para terminar el challenge: comprate un outfit que te haga sentir bien, incentivá a una amiga a que te acompañe y hacé un grupo de WhatsApp especial, agendate desde el inicio del challenge una sesión con un masajista o hacete al final del desafío ese regalo que hace mucho que querés.
En sus marcas, listas, ¡fuera!
Día 1
Personalmente, no soy de las que comparten todo en Instagram, pero subí el arranque del desafío solo para que mis amigos me ayudaran a rendir cuentas, me preguntaran y me motivaran a seguir. Sabía que no iba a ser fácil... y, como pasa con las cosas que no son fáciles, sabía que iba a necesitar apoyo. ¡Y así fue! Salí un día hermoso. Saqué una foto y puse el sticker de “cuenta regresiva”. Recibí muchos mensajes de aplausitos, preguntas de qué era lo que estaba haciendo, algunos que me decían “yo también quiero”. Ese día fue bastante fácil, pero siempre me es fácil el primer día y ya después me cuesta más, así que no me emocioné mucho. Hice los cálculos y son dos vueltas y media a la plaza que está cerca de mi casa... Hice todo corriendo, pero paré a cada kilómetro a descansar caminando unos segundos.
Día 3
Empecé a levantarme 7.30 en vez de 8.30/9 y el día se hizo mucho más largo. Me es muy difícil cortar el trabajo a las 18/19 antes de que se haga de noche; por eso, elegí la mañana. Además de que mis clientes no están despiertos, me da más tranquilidad saber que no estoy dejando ningún fuego encendido por dejar de atender mi celular y, además, sé que si lo hago temprano ya me lo saco de encima. A las 8:30 ya estoy de vuelta en casa preparada para desayunar y arrancar, habiendo tachado esto de la lista... ¡y un poco me siento una heroína!
Día 4
Si bien los primeros días fueron más “fáciles”, hoy me costó mucho. Estaba como lenta. Pero el highlight del día de hoy fue que me compré un extractor de jugo, algo que hacía mucho que quería y que me va a venir muy bien para sumarle vitaminas al asunto. Ya estoy notando un cambio increíble en mi energía y en mi humor; si bien estoy un poco más cansada a nivel general, tengo como más onda, mejor humor, un “no sé qué”, y sé que, en cuanto al cansancio, me tengo que acostumbrar. Noto que tengo mejores ideas, estoy muy creativa y reacciono menos y mejor a los problemas.
Día 5
Ayer a la noche me acosté a las 2 y tomé dos copas de vino. No puedo más. ¿Quién me mandó a hacer esto? Ya estoy pensando en abandonar. Salgo arrastrándome y gracias a la motivación de mi novio. “Bueno, dale, salgo”. La verdad es que, además, me quedé sin verduras para mis jugos y quiero probar el apio así que voy a aprovechar para ir a la verdulería después.
Día 7
Empecé a preparar mi conjunto de correr la noche anterior así no tengo un set extra de excusas en mi haber y no pierdo tanto tiempo. También cambié el título de mi alarma a “You Better Work, Bitch” (tema de Britney), otra alternativa era ponerle “Corre, Forest” (frase de la película Forrest Gump) o algún otro nombre divertido, pues hay que ponerle toda la onda a todo lo que se pueda.
Día 8
Es feriado y algo así fueron los pensamientos del día: “¿Realmente todos los días voy a tener que salir a correr?”. Maldita yo del pasado. “Y bueno..., pero ya arranqué, no da no terminarlo, me voy a sentir peor y, bueno, sí, la verdad es que mi piel está un poco más suave y mis brazos un poco más flacos y musculosos. Pero ¡el feriado vale doble! Me merezco algo. Hoy me pido sushi”. Y con todo eso en la cabeza salí igual, un poco más tarde de lo normal, pero salí. Ya gané.
Día 10
Por primera vez hice los 3 kilómetros sin parar en ningún momento. Además, bajé de 23 minutos en total a 21 minutos. O sea que estoy corriendo un poco más rápido. Me duelen un poco las rodillas y el cuerpo; voy a empezar a elongar mejor y más tiempo. Otra cosa que noté es que mi cuerpo me pide comida más sana y nutritiva. Variada. Me dan ganas de comer ensaladas con mucho color y los alimentos pesados que siempre me suelen gustar me dan un poco de rechazo.
Día 15
Estos últimos días vengo bien. Me cuesta salir siempre, nunca es fácil, pero trato de ignorar mis pensamientos de autoboicot. Noto que tengo un poco más de deseo sexual. Mi cuerpo tiene más fluidez, me gusta ver que bajo algunos centímetros, a pesar de que no lo estoy haciendo por eso, me gusta ver los cambios y ver que el cuerpo va tomando forma. Tengo momentos de mucho cansancio y momentos de mucha energía. Pero, en general, siempre que vuelvo, me siento en las nubes, un poco como en las películas cuando caminan con música de fondo. En general, estoy durmiendo mejor, me duermo más rápido y me levanto más descansada y con la sensación de que necesito volver a correr, como si fuese algo adictivo; mi cuerpo me empieza a pedir más.
Día 20
Venía bien..., pero ya no quiero salir máááás. ¿Por qué estoy haciendo esto? ¿Por qué? Estoy cansadísima. Me pongo a ver el feed en mi celular y a responderles a mis clientes. Aprendí que es sumamente peligroso conectarme con el trabajo antes de salir a correr porque te colgás y salir se vuelve cada vez más difícil, como si estuvieras en arena movediza. Entonces, nota mental: evitar cualquier contacto con las redes sociales/trabajo antes de salir. Sin embargo, mientras chequeaba mi feed, veo un meme que dice: “Cuando no quieres levantarte, pero recuerdas que eres una mujer empoderada e independiente y tienes que construir tu propio imperio y ser jefa de tu vida”. Así que me río, pego una levantada de hombros y me empiezo a poner las zapatillas...
Día 22
Hasta ahora, venía escuchando música y armándome una playlist con temones de 2021 y algunos vintage colados por ahí, pero ahora me copé escuchando podcasts. Me parece un excelente uso del tiempo porque aprendés, escuchás ideas, te inspirás.
Mis favs musicales
- Escuchá la playlist del challenge que armamos especialmente para vos.
- Podcast “Demasiado humano”, de Dario Sztajnszrajber. Inteligencia y humor para morir de risa y filosofar de la vida.
- Podcast “Emprendals”, de Marketing Digital para emprendedores, con Belu Barragué. Para aprender mientras corrés y capitalizar tu tiempo.
- Podcast “Aprender de grandes”, con Gerry Garbulsky. Para buscar la inspiración que te faltaba con invitados increíbles.
- En inglés: ¡”Goal Digger”, de Jenna Kutcher, es lo máximo!
Día 26
¡Chan! No salí. El día que más temía llegó. Falta re poco para terminar, pero simplemente no pude, me quedé durmiendo pensando que iba a ir a la tarde y, obviamente, me consumió el trabajo. Me quedaba tan poco... Pero bueno, tengo que ser compasiva conmigo misma. Un día no pasa nada, mejor me concentro en los 25 que ya hice. Mañana retomo y capaz recupero un poco lo que no corrí hoy.
Día 29
¡Falta poco, falta poco, falta poco! No puedo más, pero falta poco... ¿Ya dije que falta poco?
Día 30
Hoy me levanté con la misma sensación que el 13 de diciembre del 5o año de la secundaria. Listo, lo logré. Ya me levante con alegría, con emoción, orgullo. ¿Cuándo es mi entrega de diplomas y fiesta de egresados? Suena la canción de Soda Stereo..., “Tarda en llegar, y al final..., al final..., hay recompensa” o alguna canción de cancha al estilo “¡dale campeón!”.
¿QUÉ APRENDÍ?
- La constancia es el verdadero logro: si los primeros días no corrés todo o caminás un poco, no pasa nada. ¡Lo importante es la constancia! Podés parar cada kilómetro, lo importante es que completes los 3 km de ese día o la meta que te hayas puesto y que vayas de a poco mejorando la cantidad de tiempo total.
- Optimicé mi día: para completar un kilómetro corriendo, tardás entre 6 y 8 minutos aproximadamente. Si aceptás este challenge, vas a tardar entre 18 y 24 minutos, dependiendo del ritmo que le metas. Son 720 minutos, o sea, 12 horas. Si lo pensás, no es nada. ¿Qué son 12 horas en tu vida? ¿Un sábado mirando una serie que no te gusta tanto? Por el contrario, con levantarte media hora antes cambiaste todo tu día, tu semana y, en este caso, tu mes.
- Se puede vencer a nuestra troll interior: vas a despertarte tarde, tu mente te va a manipular cada día para que abandones, algún día no vas a poder salir, pero vas a poder compensar el día siguiente. Tu mente es la que va a sostener el challenge, es una linda forma de conocer tu propio aguante.
- No fue perfecto, pero fue increíble: apuntá alto, pero entendete si algo te pasa estos días, sobre todo si te vino o si algo te duele, escuchate. Y, sobre todo, disfrutá de superarte y de sorprenderte. No te compares, simplemente celebrate.
- Mejoré mi autoestima con métricas: el conocimiento es poder, y si sos competitiva o un poco nerd y estás en un momento para desafiar tus límites, lo mejor es hacerlo con métricas, con datos objetivos: vas a ir bajando los tiempos y aumentando los kilómetros con la práctica.
¿Y ahora cómo sigo?
Dicen que los hábitos tardan 21 días en generarse. Con 30 días, ya vas a tener seguro el hábito instalado. Y la realidad es que cualquier corredor te va a decir que después de empezar, ya el cuerpo te empieza a pedir salir. Podés reducir la rutina a un par de veces por semana o día por medio y continuar el challenge de una manera más sostenible en el tiempo. Unite a un club de running, vas a empezar a sentirte de la misma tribu con todos los que gustan de correr. Sí, es un poco una secta.