La influencer señala: “Tal vez las esotéricas seamos el nuevo sujeto revolucionario”; habla de los movimientos ecologistas y feministas como compatibles con las disciplinas que ella despliega
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Lu Gaitán es una de las astrologas favoritas del momento. Por lo menos es lo que piensan sus 156 mil de seguidores y seguidoras en Instagram. Es una comunidad activa con la que Lu dialoga con el afán de ayudar. “Siempre me interesaron el esoterismo y la astrología, aunque no tenían nada que ver con mi familia de origen”, cuenta a OHLALÁ! “Vengo de una familia donde la militancia política era estructural y todo lo esotérico no tenía espacio. Tampoco es que era rechazado, pero no tenía lugar, más allá de leer algún libro prestado de Ludovica un verano o el horóscopo de la revista del domingo”.
La astrología y la política
En eso de que las cosas pueden complementarse, coexistir, también se fundamenta el aprendizaje astrológico. Para Lu Gaitán está clarísimo: es Licenciada en Ciencias Políticas por la UBA. Pero también es astróloga formada en Casa XI en la Argentina, instructora de yoga, reikista, lectora de registros akáshicos, investigadora de la medicina de las plantas y de la alimentación consciente. Además, estudió para ser Cosmograma en Barcelona.
Y hace muchas cosas: consultoría y docencia astrológica, genera contenido para su podcast “Lucía y sus gemelas”, y viene escribiendo un libro por año.
El primero, Asuntos de Venus (Planeta, 2019) fue un pronto bestseller. En este libro Lu explora el deseo y el placer, cómo nos gusta darlo y recibirlo. Pero también toca otros temas que entran en la estela de influencia de la energía que irradia planeta Venus: el parto respetado, el derecho al aborto, la militancia de los feminismo por reivindicar a las trabajadoras sexuales, que, dicho sea de paso, se nuclean en su propio sindicato (AMMAR, Asociación de Mujeres Meretrices de Argentina) desde 1994.
En 2020 Lu siguió cosechando éxitos con su segundo libro, Alumbra la luna, donde abordó todos los temas que representa el satélite más romántico de la historia: el (auto)cuidado, los ciclos (conectadísimo con la menstruación), la tribu.
El 2021 nos trajo como buena nueva la tercera entrega de su saga astrológica: Astrología para reencantar el mundo. Y en este último manual completísimo sobre astrología, Lu Gaitán nos acerca un conocimiento exhaustivo sobre signos, casas, elementos, carta natal. Pero también sobre cómo reconectarnos con la naturaleza, luchar por ella y por nuestros derechos. Y sobre cómo vivir realmente en comunidad.
Astrología para reencantar el mundo
Otra de las cosas más lindas de los libros de Lu es que salen en ediciones preciosas, divinamente ilustrados por Antonela Silvestri, que también tiene una comunidad enorme de seguidores en su Instagram @elvirailustra. Ella y Lu trabajan con las diosas que se nombran en el libro, que rigen los astros y los signos, y que seguro conozcas de la mitología griega, como Eros y Psique (Libra), pero también otras como la de Inanna y Ereshkigal (Géminis) de la tradición sumeria (los sumerios son considerados la primera civilización del mundo).
Lo interesante es que Elvira y Lu van aggiornando a estas diosas. Así en el libro aparecen con pelos rosas, piercings y tatuajes. “Yo solo hago pequeños aportes”, dice, con modestia, Lu, “Anto hace todo el resto. Y la verdad es que lo hace muy bien, es muy talentosa”.
- En Astrología para reencantar el mundo hablás de la astrología como un lenguaje simbólico: ¿Por qué nos cuesta tanto pensar simbólicamente?
- Vivimos en un mundo cientificista y materialista, lo simbólico, la imaginación, el pensamiento mítico y la poesía no tienen demasiado espacio en nuestra vida cotidiana. De hecho, podríamos decir que forman parte de un tipo de inteligencia que es disidente. Las religiones son formas donde este tipo de inteligencia se convierte en un dogma, una verdad última que no habilita otras posibilidades. No me parece para nada casual que millennials y centennials, dos generaciones antireligiosas por definición, encuentren tanta resonancia en el esoterismo. Creo que tanto las religiones como el esoterismo nos hablan sobre el misterio. La única diferencia es que las religiones tienen instituciones, leyes, dogmas y muchas normas y el esoterismo tiene algo de neopaganismo y de exploración propia. Es muchísimo más libre que una religión institucionalizada.
Este nuevo libro según su autora es el más “nerd”, porque explica un montón sobre cómo interpretar la carta natal (básicamente, una especie de fotografía de la posición de los planetas cuando naciste), pero también de la larga historia de la disciplina astrológica (viva al menos desde el siglo IV a.C).
Más interesante aún, es como los cursos de astrología que Lu viene dando desde el 2009, pero por escrito. Y lo más importante: es un recordatorio de por qué y cómo perdimos la conexión con el mundo, la naturaleza, las estaciones, los animales. La culpa es del Capitalismo y los modelos económicos que rigen el mundo, más interesados en el dinero que en el bienestar de las personas.
Entonces, lo fundamental de Astrología para reencantar el mundo es su objetivo político: ser “el fundamento teórico para otras formas de vivir”.
Lo social en la astrología
Quizás para muchos sea una novedad pensar en este vínculo entre astrología y política. Pero lo cierto es que la astrología como disciplina nació para explicar procesos sociales más que individuales. Cuando se le piden ejemplos concretos, Lu responde: “En 2008, Plutón entró en el signo de Capricornio. Ese fue el año del crack financiero económico de los países del norte global. Plutón, el destructor, en un signo de tierra, asociado al poder jerárquico y concentrado”. Y agrega: “Luego, en 2020, un año muy esperado por quienes nos dedicamos a la astrología, se juntaron Júpiter, Plutón y Saturno en el signo de Capricornio. Sabíamos que iba a ser un año difícil, de recesión económica, libertades individuales restringidas y fronteras de países cerrándose. Creo que, en general, no sabíamos que iba a ser por un virus, pero imaginábamos que todo lo otro iba a pasar. Y con esto no quiero decir que los planetas causen nada, porque no funciona de ese modo”.
Afirma que lo que se suele hacer en astrología es comparar con otros momentos de la historia en que esos tránsitos de los astros se repitieron. Observar, comparar, armar hipótesis: eso es lo que hace también la astrología como disciplina.
Marie Curie, Albert Einstein, empezaron sus trabajos imaginando el futuro. Una predicción no deja de ser una hipótesis, pero de algún modo más humilde porque acepta que el mundo también es un lugar misterioso, que nunca podremos entenderlo del todo. Y quizás eso también esté bien.
“Sabemos y tenemos presente que cada momento tiene su particularidad y que no es lo mismo Plutón en Capricornio en 1770 que en el 2020 pero observar qué pasó por entonces, nos ayuda a pensar simbólicamente qué puede pasar ahora”, continúa Lu. “Dicho sea de paso, la otra vez que Plutón estuvo en Capri, fue la caída de la monarquía como forma de gobierno y se abrió paso la burguesía como clase social dominante. Fue un cambio de época. Yo creo que ahora estamos en un cambio de época. Creo que tanto los partidos políticos tradicionales como la democracia representativa con elecciones cada dos o cuatro años están agotadas, creo que ahora necesitamos otras formas de organizarnos. Y en ese sentido, me parece súper interesante el proceso chileno con la Nueva Constitución, la inclusión de las disidencias sexuales y las comunidades ancestrales.”
- ¿Qué hay de la Ciencia Política en la Astrología y de la Astrología en el ámbito político?, le preguntamos
- Mucho. Pensemos que la Astrología siempre se dedicó a estudiar fenómenos colectivos, el objeto de estudio de las ciencias sociales. Que la astrología se dedique a investigar lo que le pasa al individuo es algo muy nuevo, muy del siglo XX. Y la astrología es muchísimo más antigua. Hay muchos relatos históricos de astrólogos varones asesorando a reyes, príncipes, emperadores, presidentes y líderes políticos en general. Aunque ahora nadie lo diría públicamente por miedo al escrache, pero que hay astrólogos, brujas y chamanes acompañando a figuras públicas, no tengo dudas.
- En un momento hablás de una interpretación “marxista y esotérica”, y de que los marxistas sufrirían si te escucharan (me hiciste reír). ¿En qué se basa esta contienda? ¿Pensás que la resolveremos algún día?
-La visión marxista es materialista y así es como piensa a la historia. A priori, no hay demasiado espacio para el mundo sutil del esoterismo. Pero también podemos pensar en la dialéctica marxista con sus categorías de tesis-antítesis- síntesis, de un modo similar a como decimos cardinal-fijo-mutable. No son categorías equivalentes, pero hay resonancias. Esa es una posibilidad.
La otra posibilidad es pensar a cada astrología como la expresión de su cultura y de su modo de producción. Dicho en palabras sencillas, la astrología de la cultura occidental le da muchísima importancia a la libertad del individuo y su capacidad para gestionar las energías a su favor, del mismo modo que la cultura occidental considera que la libertad del individuo y del capital es el valor más alto al que podemos aspirar.
La astrología feminista dirá que depende de tu identidad de género y del contexto social en el que vivas.
En cambio, la astrología védica que nace en India, con su sociedad de castas, considera que tenemos un destino escrito y un propósito de vida marcado en la carta natal. Esto tiene sentido en una sociedad como aquella.
No se trata de que nuestra astrología sea mejor que la otra, sino que esta astrología, la occidental, tiene más sentido para mí, que soy una mujer blanca occidental de clase media. Por último, creo que hay cada vez más gente involucrada en alguna forma de militancia/activismo (no me decido qué palabra usar) que también tiene algún tipo de búsqueda esotérica. Entonces, mirá, ¿quién te dice? Tal vez las esotéricas seamos el nuevo sujeto revolucionario y ahí damos por terminada la discusión (se ríe)
- Les dedicas tu libro a quienes se acercaron a la astrología por el horóscopo del diario: ¿Cómo cambió nuestro acercamiento de la astrología desde entonces?
- Creo que esa versión simplificada de la astrología fue la puerta de entrada para que muchas personas digan “che, acá hay algo”. Algunos horóscopos de diarios y revistas están hechos a conciencia. Por supuesto nunca va a ser la profundidad que podemos tener en una sesión individual, pero hay cosas interesantes en los medios de comunicación masivos, incluyendo las redes sociales. Creo que ahora buscamos que la astrología valide lo que sentimos y lo que somos. Y ahí es donde aparece el cruce entre astrología, feminismo y ambientalismo.
Crear comunidad
A cada signo astrológico le corresponde un elemento regente que proviene de la naturaleza: tierra, fuego, aire, agua. Lu Gaitán es Sol en Géminis (aire), Luna en Capricornio (tierra) y Ascendente en Escorpio (agua). La interpretación del impacto de los elementos en nuestra personalidad es bastante intuitiva: los signos de tierra transitarán los cambios de manera lenta como los árboles y las plantas, mientras que a los de fuego, que se prenden y apagan con rapidez, les costará sostener la motivación. Pero de poco sirve saber eso si no podemos aplicarlo al mundo que nos rodea: “Yo puedo asumir mi fuego y mi agua”, asegura Lu Gaitán, “pero sin los movimientos sociales, mi proceso queda guardado en el ámbito doméstico y tiene un alcance limitado”.
-En tu libro hablás de la astrología individual y de la social: ¿Cómo poner en práctica la social?
-Lo que venimos charlando es parte de hacer una astrología atravesada por lo social. Tal vez le podemos sumar el análisis de los planetas sociales (Júpiter, Saturno, Urano, Quirón, Neptuno y Plutón) y los eclipses. Todo eso nos va a dar información astrológica. Y en un registro sin tanta data técnica, sería abrir los ojos y mirar qué está pasando en la sociedad ahora. Qué hay de todo eso en mí, en mis propios procesos.
-¿Algún consejo práctico para volver a “reencantarnos con el mundo” en nuestro día a día?
-Mirar al cielo para ver las fases de la luna. Mirar a los árboles para saber cómo están. Registrar nuestra menstruación, si la tenemos. Estar al aire libre, ir al río, al mar. Hacerle espacio a nuestras necesidades más básicas como comer, dormir o abrazarnos.
-Siempre hay alguien dispuesto a desestimar el conocimiento que proviene de la astrología: supongo que te ha pasado varias veces: ¿Alguna respuesta que puedas darnos?
-Si nos encontramos con alguien que está un tanto escéptico, pero también tiene curiosidad pueden salir cosas interesantes. En ese caso, hablemos con calma y escuchando lo que el otro tiene para decirnos. Pero si nos encontramos con alguien que no tiene intenciones de acercarse, no gastemos energía en personas que, sin importar lo que digas, van a seguir en la suya, que lo único que quieren es demostrar su supuesta superioridad moral o intelectual.