Con cada nuevo personaje que interpreta, su carrera sigue en ascenso y pareciera no tener techo. En esta charla nos cuenta sobre el amor en su vida, cómo gesta sus proyectos y en qué valores sostiene sus creencias.
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Durante finales de octubre estrenó la serie Maradona: sueño bendito, donde te pusiste en la piel del primer representante de Diego. ¿Cómo fue esa experiencia?
Impresionante. Ya cuando leí los guiones y la historia de la serie ¨Maradona: sueño bendito¨, de por sí me fascinó. El Diego en algunas de las cosas que hizo en su vida es un ícono fascinante para el que gusta del fútbol. Al leer la historia y los guiones descubrí un montón de cosas que no sabía de él, de su formación futbolística. A mí me tocó hacer de Jorge Cysterpiller, su primer representante y amigo personal.
Y la composición fue muy de encontrar al personaje con sus cuestiones físicas, encontrarlo emocionalmente también según lo que pedía el guión. Trabajamos mucho con el director, Ale Aimetta, con Nico Goldschmidt y Naza Casero. Elaboramos mucho el vínculo entre nosotros y, la verdad, fue fácil porque somos tres pibes muy sencillos. Nos llevamos increíble desde el instante en que nos conocimos. Es el día de hoy que nos seguimos viendo...
Y según lo que vimos, filmaron en locaciones soñadas...
Sí, un lujo poder filmar acá, en Barcelona, en Nápoles. La verdad es que es una producción enorme, que está buenísima, con una historia tan potente que nos atraviesa tanto... Está bueno tener este tipo de producciones porque las locaciones ayudan al equipo técnico y a los actores.
Otro de tus proyectos fuertes de este año es la película con Ricardo Darín, Argentina 1985, dirigida por Santiago Mitre.
Sí, terminé de filmarla hace poquito. Fue una experiencia increíble trabajar con Ricardo, un elenco maravilloso.
¿Ya habías trabajado con él?
Nunca. Había laburado con el Chino, soy amigo de él, pero con Ricardo nunca. Para mí fue un sueño más que cumplí. Santi Mitre, el director, es una masa y el guión fue muy interesante. Ahí yo interpreto a Luis Moreno Ocampo, Richard hace a Julio Strassera, y es sobre el Juicio a las Juntas.
¿Cómo compusiste el personaje de Moreno Ocampo?
Escuchando y charlando con Santi, tratando de entender el valor emocional de lo que estaban haciendo, buscando arcos emocionales para el personaje, también hasta me sirvió empilcharme.
Estás bastante lookeado para el papel, de hecho, te hiciste la permanente para este rol, ¿no?
Estoy con traje, caracterizado, el pelo con rulos como lo tengo ahora. A mí me encantan esas cosas. ¡Tanto que hasta me dejé los rulos! Me parece que le hace ganar mucho al personaje. Hay muchas cosas que pasan por los ojos, por lo físico. Siento que me coloca en otra energía. Mientras, voy preparando emocionalmente al personaje según lo que pide también un guión, ¿no?: encuentros con Santi, ensayos, lecturas, charlas con Richard y otras cosas que se buscan en el set. Fue una experiencia increíble.
¿Te apoyaste en alguien o algo para ubicarte en esa época?
Nací en democracia, pero es una historia que conozco desde hace tiempo. Había hecho a los Puccio en El clan, entonces, de alguna manera u otra, son densidades que se tocan. Son contextos que están. Son corazas que te vas poniendo para el personaje y tenés que tratar de ir soltándolas a medida que van sucediendo las escenas y por lo que vaya contando la historia, el guión.
¿Te ves como el próximo Ricardo Darín?
No, me veo como Peter Lanzani. ¿Qué va a suceder de acá en adelante? No lo sé. Creo que el arte es más el proceso que el resultado. Disfruto proyecto a proyecto lo que me viene sucediendo y trato de ir siempre a lugares de incomodidad para, justamente, descontracturarme y estar en un lugar de crecimiento, de cierta búsqueda constante.
¿Tus trabajos los elegís por la historia o porque interpretar esos personajes representa un desafío para vos?
Un poco de todo. Hay papeles que quizá leo en su momento y no los entiendo o no me hallo y tiempo después es como: “Mirá que interesante esto que me estaban proponiendo”. En realidad, creo que, siempre en una primera lectura, hay un amor a primera vista, ahí te das cuenta de si lo podés hacer o no. A mí me gusta lo que me queda incómodo y lo que me hace construir, crecer y probar cosas nuevas. No quiere decir que siempre me suceda eso, pero trato siempre de encararlo. El conocimiento emocional de uno se entrena y se busca todos los días.
“A mí me gusta lo que me queda incómodo y lo que me hace construir, crecer y probar cosas nuevas”.
¿Sentís que después de los papeles que hiciste la gente te respeta más como actor?
Me parece que es un poco variado y eso es también lo lindo de la oferta y de los nuevos compromisos que uno se puede poner. No laburo para que al otro le guste o no, sino para que se meta en el personaje y se olvide de la persona para entrar en la historia. Creo que no hay nunca una consagración. Siento que la consagración es más interna de saber que estás haciendo lo que te gusta y que ese el camino.
“La consagración es más interna de saber que estás haciendo lo que te gusta y que ese el camino”.
¿No leés las críticas, por ejemplo?
Leés, indefectiblemente, por la facilidad que hay hoy en día con las redes sociales y todo. Es un mundo que, cuando querés, es súper tirano y a veces es súper lindo, y respetuoso. Trato de quedarme con las críticas que aportan algo constructivo.
¿A qué colega admirás?
A Ricardo Darín lo admiro desde siempre. Admiro a todos, no tengo un ídolo. Me gustan muchas cosas de muchos colegas. Al actor que se manda a preparar un personaje y que compone o que se sube al escenario de un teatro. Para mí, subirse al teatro ya es para aplaudir.
¿A quién le pedís consejos profesionales, sobre cómo gestionar tu carrera o tomar ciertas decisiones?
Quizás, hoy en día, a mi mánager, Javi Braier. Toda mi vida laburé sin mánager, empecé hace poco y por algo me sucedió, sigo mucho su criterio, me apoyo un poco en él. Después, entre colegas, contamos siempre qué estamos por hacer, nos ayudamos, nos aconsejamos. A mí me gusta ir a los rodajes como asistente de grip, me parece que también el actor necesita entender ese otro mundo porque si no se generan el equipo y la familia, dentro de un rodaje es más difícil soltarte emocionalmente cuando las cuestiones están tensas.
Y cuando no tenías mánager..., ¿Quién manejaba tu carrera?
Yo elegía qué hacer y mis padres me ayudaban con lo contractual.
¿A qué se dedican ellos?
Mi viejo es economista y mi vieja trabaja con big data. Nada que ver con el arte ni la actuación, pero ellos son mi red.
¿Y tus hermanos?
Los dos más grandes son ingenieros y el más chico, artista, músico, chef y poeta. Está en una búsqueda y el que busca siempre encuentra. Hay que dejarlo volar.
Vos querías ser deportista en algún momento..., ¿no?
Me encanta el deporte. Empecé a trabajar de muy chico, entonces me era imposible. Lo hacía en paralelo, sigo haciendo deporte. Me gusta escalar, jugar al paddle, al fútbol. Para mí hace muy bien a la cabeza y encuentro mucho paralelismo entre lo que hago como actor con el deporte. Creo que hay una cuota de sacrificio que es muy similar en el deporte con la actuación, entonces me conecta mucho.
En El reino hiciste un personaje muy particular, Tadeo, un joven que era muy creyente. En lo personal, ¿Qué te pasa a vos con la religión? ¿En qué creés?
En su momento tuve una formación católica familiar, hoy creo en las energías, aunque no necesariamente en una institución, pero tampoco me molesta, siempre y cuando no sea invasivo. Justo con Tadeo fue interesante porque se toca la fe desde otro punto de vista. Y es uno de los personajes más puros. Entonces es interesante y es difícil en los tiempos de hoy contar la fe en un personaje. Yo soy espiritual ciento por ciento. No sé si rezo, pero soy un tipo espiritual. Creo mucho en las energías, creo en las conexiones, creo en el amor, va por ahí para mí.
Si hacemos un poco de futurología, ¿Cómo te imaginás de acá a unos años o en dónde te gustaría estar?
En cuanto a lo personal, me gustaría seguir conectado, emocional y espiritualmente, con mis amigos, con mi familia. Me parece que ese es el verdadero núcleo y motor de mi vida. En cuanto a lo profesional, ojalá que siga desarrollando mi carrera lleno de desafíos. Me encantaría poder estar dirigiendo, seguir actuando. Y obviamente, me gustaría tener salud. Sin eso, no hay nada.
Y ya dijiste que creés en el amor... ¿Ahora estás soltero?
Sí, hace muchos años que estoy soltero. Me gusta estar solo, no siempre lo estoy, pero no estoy en pareja desde hace rato. Esas cosas no se buscan, suceden. Cuando me sucede, es instantáneo, no lo apuro, la verdad. La estoy pasando bien.