Elegir con quién aliarte para hacer negocios puede ser difícil, pero no tanto si sabés lo que tenés que tener en cuenta. Un emprendedor experimentado nos da sus consejos de primera mano.
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La admirás, te divertís, tienen mucho en común, y como si fuera poco, es tu amiga. Estás pensando en sumarla a tu emprendimiento, pero tenés muchas dudas. Consultamos a Román Meyrelles, Director del Programa Pioneros Digitales en ESEADE, que enseña a emprendedores a aggiornarse para transformar sus negocios en la era digital, para que nos diga qué tenemos que tener en cuenta antes de emprender junto a una amiga.
Siendo emprendedor, recibí muchas propuestas para llevar adelante proyectos comerciales como socio de personas queridas y conocidas, y la gran mayoría terminaron en un desperdicio de tiempo y energía. Después de muchos años de “tropezar dos veces con la misma piedra” aprendí a identificar, relativamente rápido, si esa persona tiene las condiciones necesarias para llevar adelante un emprendimiento conmigo. Estas son las 5 cosas que considero fundamentales a la hora de embarcarse en un proyecto compartido:
- No es suficiente que la otra persona tenga buenas ideas, también es fundamental que quiera llevarlas a cabo. Además, que tenga un carácter resiliente y espíritu emprendedor.
- Es muy importante que sienta igual pasión que vos por el campo en el que querés emprender.
- Tiene que tener recursos para invertir (tiempo y/o dinero).
- Tenés que priorizar que le pueda aportar valor al emprendimiento, y que te complemente en cualidades que vos no tenés, por ejemplo: red de contactos, recursos, habilidades, etc. Elegir una socia que aporta el mismo valor que vos no hace gran diferencia entre tenerla y no tenerla, salvo en cuestiones meramente operativas. En ese caso deberías evaluar si estás necesitando una socia o una colaboradora.
- En el caso de emprendimientos que están en su fase inicial, es importante que tu posible socia no esté pasando necesidades económicas y pretenda solucionarlas con el emprendimiento. Eso va a hacer que no tenga la paciencia necesaria para esperar que el emprendimiento madure y dé sus frutos, esperando demasiado de la startup en una etapa temprana.
1- ¿Qué tipo de participación puedo ofrecerle?
El socio ideal es el que se involucra al 100% en el emprendimiento, por eso es importante darle un buen incentivo económico que lo motive desde el comienzo. Lo ideal es que su participación sea del 30% al 50% del emprendimiento (si se trata de 2 socias). Participaciones de menos del 30% son para socios inversores, que sólo aportan capital y no están involucrados en las tareas operativas.
2- ¿Qué cosas tengo que decir en el ofrecimiento?
Tenés que ser sincera. Contarle en detalle de qué se trata el emprendimiento, pedirle que te dé una respuesta honesta sobre su interés y, en el caso de que así sea, qué tan comprometida va a estar con el proyecto. Es importante dejar en claro que, tratándose de un nuevo emprendimiento, los frutos económicos no se van a ver desde el principio y que van a haber muchos obstáculos y pormenores. No obstante, la experiencia a mediano plazo puede ser muy gratificante si se cultiva la paciencia y la resiliencia. Existe una frase que dice: “Emprender es hacer durante un buen tiempo lo que nadie quiere hacer, para después poder hacer por el resto de tu vida lo que nadie puede hacer.” Y no menos importante: dejá en claro cuál va a ser la división de tareas, al menos al principio, teniendo en cuenta que es algo que puede mutar y transformarse con el crecimiento del proyecto.
3- ¿Qué cosas tengo que saber de antemano?
- Qué nivel de compromiso tiene (pedile una respuesta sincera).
- Con qué recursos cuenta para aportar al emprendimiento (y cerciorate de que esté realmente dispuesta a ponerlos).
- Si quiere correr riesgos (es decir, anotarse como propietaria de la empresa ante los organismos del Estado, haciéndose cargo de los derechos y obligaciones que implica).
- Si tiene el apoyo de su familia y si la van a ayudar a emprender.
- Si tiene planes a corto o mediano plazo que puedan influir en su compromiso con el proyecto, por ejemplo: viajes, mudanza, etc.
4- Si acepta, ¿cuáles son los pasos a seguir?
De aceptar, lo primero sería involucrarla en las investigaciones para ir conociendo su grado de compromiso y observar cómo reacciona ante los típicos contratiempos de emprender (¿Es paciente? ¿Es resiliente? ¿Te sentís cómoda trabajando con ella?). Sí después de unas semanas ves que está realmente motivada y entusiasmada con el proyecto, y todo lo demás va bien, entonces pueden hacer un contrato social en el que quede bien en claro la participación societaria de cada una (porcentaje de la empresa), y un contrato interno (acuerdo) en el que se detalle la división de tareas.
5- ¿Qué tengo que tener en cuenta a la hora de hablar sobre el reparto de las ganancias?
El primer tema incómodo que tenés que hablar es sobre los recursos, si es que tu potencial socia los tiene. Deberías saber si está dispuesta a sumarlos y dejar en claro cuál sería su participación en el emprendimiento. Es fundamental que las dos sepan que durante los primeros meses probablemente sea necesario reinvertir ganacias para hacer crecer el emprendimiento.
Emprender con una amiga puede ser una gran aventura, es importante que te animes a tener conversaciones incómodas y dejar en claro todos los ítems que te compartimos en esta nota, para que los negocios no se entrometan en el vínculo que la une.
LA NACION