Mientras que ya existen muchos estudios que demuestran los beneficios de mantener relaciones sexuales ¿Qué sucede cuando no tenemos sexo ni nos masturbamos?
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LA NACIONSole Venesio
Más allá del placer y el costado lúdico -que sí, son muy importante-, tener sexo y/o masturbarnos tienen un impacto positivo en nuestra salud y bienestar. Desde la liberación de “las hormonas de la felicidad” hasta distintos beneficios físicos (como ayudar con los dolores menstruales), son muchas las razones de por qué los especialistas recomiendan no descuidar este aspecto en nuestras vidas.
Pero ¿Qué sucede con nuestro cuerpo cuando no tenemos sexo? O, en particular, ¿Qué es lo que pasa con nuestra vagina?
- Así como todo nuestro cuerpo, nuestra vagina también cambia a medida que envejecemos. Mientras que cuando somos jóvenes los niveles de estrógeno son altos, esta situación cambia por completo en la etapa de perimenopausia o menopausia. Siguiendo la explicación del Dr. Mehmet Oz del TriStar StoneCrest Medical Center: “[Con la edad] las paredes se vuelvan menos resistentes y más susceptibles al trauma. Es más probable que se produzcan inflamación o lágrimas, lo que puede causar dolor durante las relaciones sexuales”. Cambios que pueden empeorar al dejar de tener relaciones sexuales. ¿Una solución? Empezar a probar distintos geles íntimos. Eso sí, nunca dejes de hacer tu consulta con tu ginecólogo.
- Otro de los cambios que llegan con la edad es que la vagina sufre de sequedad y menor flexibilidad ¿Y en qué impacta no tener sexo? Según Lisa Jambusaria “Si no mantenemos la vagina abierta durante las relaciones sexuales, también puede comenzar a estrecharse y acortarse”. En este punto la doctora norteamericana recomienda, mediante consulta con tu médico de confianza, la terapia de reemplazo de estrógeno vaginal para aumentar la elasticidad en la vagina y que el sexo sea una experiencia más placentera.
- Tu respuesta a los estímulos puede cambiar. “Las investigaciones muestran que quienes usaron recientemente un vibrador obtuvieron puntajes más altos en el índice de función sexual femenina (FSFI), que incluye deseo, interés, lubricación, excitación, satisfacción y orgasmo” explica la sexóloga Dr. Jess y agrega: “Esta correlación sugiere que es posible que los cambios en sus hábitos sexuales podrían temporalmente impacto en el funcionamiento sexual”.
- Puede que te lleve más tiempo alcanzar el orgasmo. Disfrutar de las relaciones sexuales o la masturbación está conectado tanto con nuestra parte física como psicológica y es por esto que -después de un hiato- volver a tener sexo puede resultar diferente. Relacionándolo con el ‘miedo a soltarse’ hasta la necesidad de darle más tiempo a la vagina para que se lubrique lo suficiente y que los tejidos se relajen por completo, volver a tener relaciones requerirá volver a familiarizar con las sensaciones orgásmicas.
Por Sole Venesio