Según la leyenda Orión era el mejor cazador del mundo; qué pasó con él; cómo podemos encontrarlo en el firmamento junto a sus perros guardianes
- 5 minutos de lectura'
Un cazador mitológico y sus perros guardianes persiguen a un toro durante milenios. Esa historia, dibujada entre las estrellas más brillantes de las noches de otoño está aguardando que elevemos la mirada al cielo. Incluso en plena ciudad, se puede descubrir una de las historias más trágicas de la mitología griega.
Cuenta la leyenda que Orión era el cazador más certero del mundo y Homero lo retrata en la Odisea como el más hermoso de los mortales. Nació en la región de Beocia, donde sus llanuras culminan en las aguas del golfo de Corintio. Creció en ese territorio donde dominaba la ciudad de Tebas, y al llegar a su adolescencia se convirtió en amante de Eos, la diosa del amanecer (que anticipaba con su aparición la llegada de su hermano Helios, el Sol). Pero una tarde de cacería cometió un error mortal.
Caminando por Creta junto a Artemisa (la diosa de la caza) y su madre Leto, mientras buscaban alguna presa que desafiara su puntería, Orión comenzó a ensalzar sus cualidades como cazador. Mientras más y más inflamaba sus virtudes, las mujeres menos lo escuchaban. Impotente ante la falta de atención, proclamó que podría dar muerte a todos los animales del planeta y agregó: “No solo puedo hacerlo, sino que lo haré”. Esa frase fue su fin.
No solo lo oyeron ellas, sino que también llegó a oídos de Gaia, la madre tierra, quien obviamente se alarmó ante tal amenaza y envió un ataque defensivo. Un pequeño escorpión se acercó sin ser visto hasta los pies de Orión y le asestó un aguijonazo en su talón, con tal furia y veneno que el mayor cazador de todos los tiempos, el más hermoso entre todos los mortales, cayó al instante muerto.
Entonces, como muchas veces sucede, al fallecer tomó fama de bueno. Dijeron que en realidad no era mal tipo, que sus palabras fueron sacadas de contexto, que hablaba de más, pero en el fondo era macanudo. En fin, que para resarcirse, le dieron un lugar entre las estrellas.
Así encontramos hoy, dos milenios más tarde, al cazador dibujado entre los astros. Las famosas Tres Marías forman su cintura, por eso también se las conocen como el cinturón de Orión. Ya hemos contado en esta nota cómo dibujar y qué secretos esconden sus estrellas más brillantes. Sí vale recordar ahora que, como fue trazada en el hemisferio norte, desde estas latitudes su imagen nos aparece patas para arriba. La imagen debajo puede ayudar a ubicarlo y también al final de estos párrafos encontraran varias aplicaciones que facilitan la tarea. De cualquier forma, lo más importante, es mirar hacia arriba en la noche.
Lo escoltan fielmente sus perros de caza, el Can Mayor y el Menor. Al primero es fácil identificar porque dibuja su pecho la estrella más brillante del firmamento: Sirio. Luego las que la siguen en brillo son Murzim marcando las patas delanteras, Adhara en las patas traseras, Wezen en el cuarto trasero y Aludra en la punta de la cola. La cabeza del can es más tenue y la forman tres estrellas que marcan un triángulo. Lo que sí es un desafío a la imaginación es el Can Menor.
La estrella principal es Procyón (la octava más brillante del cielo) y va acompañada por Gomeisa, más tenue. Entre ambas forman una línea, y ahí ya hay que imaginar al perrito. Que no todo el universo está ordenado para dibujarnos mitologías.
En su constante acecho por la bóveda nocturna, Orión persigue al toro de la constelación de Tauro. Su estrella más brillante, Aldebarán, es una gigante colorada que por estas noches se destaca hacia el oeste luego del atardecer. Pero también es perseguido por el escorpión que le dio muerte, dibujado enorme y brillante en la constelación de Escorpio. Pero eso ya es historia para otra nota.
Ahora llegó el momento de encontrarse con Orión y sus perros fieles. Para eso es muy útil las aplicaciones de celular con mapas de estrellas. Hay muchas gratuitas, como Stellarium, Sky Map, Star Walk o Sky Safari. Todas son similares, solo es cuestión de dedicarles un poco de paciencia y ganas de descubrir el firmamento.
Una cortina musical muy propicia para contemplar estas constelaciones sería la pieza instrumental Orión, del grupo estadounidense Metallica, lanzada en 1985 en quizás su mejor álbum: Master of Puppets. Más allá de la música, lo ideal es buena compañía, un poco de abrigo para estas noches otoñales, quizás una taza de chocolatada caliente (dicen que chocolate agudiza la visión, más allá de su veracidad, es una buena excusa), y todas las ganas de encontrar entre las estrellas una leyenda que nos aguarda desde hace dos mil años.
Links sugeridos:
- ¿Qué miramos esta noche en el cielo?
- Stellarium - Mapa de Estrellas
- Sky Map
- Star Walk 2 Ads+: Mapa estelar
- SkySafari - Aplicación de astronomía
- Atroturismo: actividades de Ezequiel Brahim