Durante este tiempo en que nos mantuvimos en casa cuidándonos, los libros fueron grandes compañeros de aventuras. La argentina Paula Vázquez lo entendió a la perfección, logrando hacer florecer su negocio en la capital española.
- 4 minutos de lectura'
En 2019, la argentina Paula Vázquez (36) y su socio Ezequiel Naya, fundaron en Barcelona “Lata Peinada”, la primera librería dedicada exclusivamente a literatura latinoamericana. Después de un año, y en plena pandemia, redoblaron la apuesta y abrieron otro espacio en Madrid.
“Cuando terminé abogacía hice una maestría en Barcelona. Me quedó un vínculo muy profundo y durante años busqué cualquier excusa para volver. La idea de la librería fue hacer un nido un poco más firme”, relata Paula. Además, enfatiza el vínculo de la literatura latinoamericana con la ciudad. “Desde el principio fue una corazonada que la librería tenía que dedicarse exclusivamente a literatura latinoamericana”, señala. Lata Peinada se especializa en autores y autoras contemporáneos, publicados por editoriales independientes.
¿Cómo lo hizo?
Desde Argentina, Paula buscó locales por Internet hasta que dio con un ex centro cultural, del que luego descubrió que había sido socia mientras estudiaba en Barcelona. “Ezequiel estaba allá. Vimos varios e hicimos una especie de selección. Yo viajé para armar la sociedad y empezar con el proyecto”, recuerda.
El nombre de la librería apareció muy rápido (es el título de una novela muy conocida de Ricardo Zelarayán), pero el desafío fue a la hora de armar el catálogo. Primero, elegir los libros y contactar a las editoriales de los distintos países. Luego, armar la logística para poder importarlos, tema que aún resuelven con cada editorial. El mayor problema era que, al ser libros que entraban por primera vez a España, no estaban en el sistema unificado de distribución que utilizan las librerías. “Al principio fue tremenda la cantidad de trabajo. Ahora muchos ya los cargamos, fue muy artesanal”, señala.
Una vez montada la librería, para atraer a los lectores hicieron una fuerte campaña de comunicación en las redes sociales, apoyándose en los escritores que ya tenían muchos seguidores. “Eso generó un efecto multiplicador en comunidades orgánicas, ya interesadas en ese contenido. Tenemos que encontrar a los lectores a los que les interesa particularmente la lectura latinoamericana”, explica. Además, sumaron charlas, presentaciones y talleres. “Apuntamos a consolidar un espacio de comunidad, dinámico, que crece día a día. No queremos que la librería sea solo un lugar de expendio de libros”, asegura Paula.
En 2020 llegó la pandemia y el tiempo – con las actividades frenadas- para pensar hacia dónde crecer. Los alquileres en la capital española habían bajado y, sumado a un crédito del Instituto de Empresas Culturales, decidieron abrir en Madrid la primera sucursal de Lata Peinada. “Tuvo una acogida muy buena. Después las restricciones de Navidad hicieron que bajara un poco la venta, pero nos estamos recuperando”, afirma.
Los consejos de Paula
- “Conocer el diferencial de tu emprendimiento es clave. ¿Qué es lo que hace que tu proyecto se destaque? Nadie inventa nada, pero siempre hay formas de que la propuesta sea novedosa. En nuestro caso fue la especialización”.
- “Investigá qué ayudas hay disponibles. Ya sea a nivel nacional, provincial o municipal, todos tienen programas de apoyo a emprendedores. No siempre es fácil llegar a esa información, pero si te lo proponés, se encuentra.”
- “Si querés exportar, asesorate en la agencia de exportación de tu país. Tiene carácter autárquico, entonces no depende de las lógicas propias de la burocracia estatal.”
- “Trabajá con otros que ya tengan experiencia en ese mercado. Pedí ayuda, consejos. Debería ser sencillo, pero a veces a una no se le ocurre que es una posibilidad. En mi experiencia, la gente te ayuda.”
En números
- Recibieron un crédito de 18.000 euros para abrir la segunda sucursal
- Venden 1.600 libros al mes en promedio
- 15.000 son los títulos que tienen entre las dos librerías
- Precio promedio de los libros: 14 euros
- Trabajan con 450 editoriales latinoamericanas