La pandemia no quedó atrás pero, de a poco, aquella nueva normalidad empieza a tener algunos de los colores de la vieja. Por eso llegó el momento de preguntarnos como será este proceso y si, realmente, estamos preparados para transitarlo.
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La pregunta de “¿Qué vacuna te tocó?” fue reemplazada por el “Y ustedes ¿cuándo vuelven a la oficina?”. Es que, de a poco, la virtualidad se combina con la presencialidad y, algunas empresas, hasta decidieron volver al viejo modelo del horario 100% de oficina. Si bien todavía hay mucho por definir (la pandemia no terminó y en algunos países los números de contagiados volvieron a subir), 2022 parece ya ser un año en donde las dinámicas mixtas van a marcar al universo laboral.
Sin embargo, el mundo es muy diferente de lo que era a principios del 2020: muchos conocieron por primera vez los beneficios del trabajo remoto, crearon sus nuevas rutinas y logaron un mejor balance entre lo laboral y lo personal. Tanto que, por ejemplo, según un articulo publicado en The Wire en agosto, ya existe una oleada de renuncias frente a la presión de las compañías de volver a la presencialidad. Es decir, hay una gran parte de la fuerza de trabajo que prefiere dejar su puesto antes que perder la virtualidad.
¿Cuál es la situación en Argentina? ¿Qué nos caracterizará frente a este regreso a los espacios comunes de trabajo? Para analizar la situación, charlamos con Gaby Hostnik, especialista en Inteligencia Emocional y coach laboral, quien nos compartio su visión frente a este nuevo desafío.
Empezar a trabajar 100% online trajo sus desafíos y ahora pareciera que el regreso a la oficina, también ¿cuál es el análisis o mirada que tenés vos de la situación? ¿En dónde están los mayores desafíos?
El regreso a la oficina genera emociones encontradas. Hay personas que están felices y aliviadas de volver, otras que están frustradas, enojadas y tristes, y otras que no tienen una postura tomada al respecto medio que les da igual. Creo que el mayor desafío es acompañar el nuevo escenario llamado “nueva normalidad”. Así como en marzo 2020 la mayoría de las organizaciones no estaban preparadas para trabajar 100% remoto y tuvieron que acelerar ciertos procesos, ahora sucede lo mismo: es un nuevo escenario, que estamos empezando a transitar, sin recetas previas.
En este contexto es que empiezan a aparecer nuevos desafíos que nos empujan a ir probando e improvisando sobre la marcha. Un poco como lo que significó vivir pandemia ¿No? Nadie había vivido una pandemia semejante y se fueron buscando soluciones sobre la marcha. Esta etapa también es nueva y nos obliga al prueba y error: ya no hay un único modelo, así como no hay una única reacción de las personas y no todo lo que le va bien a una empresa le va bien a la otra.
Creo que una de las cosas más importantes es que se puso muy de manifiesto la diversidad de gustos, opciones, estilos de vida y preferencias a la hora de trabajar.
Además, hay que tener presente que la virtualidad también nos fatiga. Esto está trayendo aparejado una especie de “quiebre laboral”, primero impulsado por toda la disrupción de este nuevo mundo que no para y segundo las nuevas decisiones que están tomando las empresas, están impulsando a las personas a tomar decisiones como por ejemplo: ¿Quiero seguir trabajando acá? ¿Resueno en este rol y tipo de organización? ¿Este es el lugar donde me quiero desarrollar?.
A nivel mundial estamos en un momento bisagra en donde nunca jamás se vieron tantas renuncias laborales. Y no digo que la vuelta a la normalidad sea la causa fundamental, pero he visto muchos casos -acá en Argentina y en el exterior- de personas que no han querido volver y también personas que no han aceptado nuevas ofertas laborales porque, por ejemplo, no quieren viajar más 4 horas por día o que la pandemia les permitió tener un mejor balance de su trabajo con su vida familiar, social y bienestar físico, mental y emocional. También están quienes esta situación les posibilitó desplegar un nuevo talento o emprendimiento y ven el peligro de perder eso si tienen que volver a una jornada de 8 horas (más el tiempo de viaje). Por supuesto que en este punto tenemos otro debate que es el de salir del modelo de 9 a 18 y empezar a trabajar por objetivos.
En definitiva, en este escenario encontramos muchos casos: hay empresas digitales que ya en la pandemia declararon que la persona puede entrar a trabajar 100% de manera remota, hay otras compañìas que están dando la opción de elegir y no obligar el retomar el trabajo presencial, y hay otras que ya volvieron con un esquema de 2 veces por semana presencial y ahora lo están llevando a una mayor frecuencia.
¿Cuál pensás que será el modelo que tomen la mayoría de las empresas argentinas? ¿100% online, mixto o vuelta a la oficina por completo? ¿Ves algún beneficio en alguno en particular?
Siempre depende del tipo de actividad de la empresa. Creo que el esquema mixto es el mejor, porque por un lado tenés en cuenta la preferencia de todos, y por otro lado te permite dar flexibilidad a las personas pero también posibilidad de que se encuentren y que se relacionen. No olvidemos que somos seres sociales y gregarios, que para crear cultura es necesario el encuentro. Por ejemplo, ya está demostrado científicamente que en la virtualidad no hay oxitocina. Hay cosas que solo se logran en la presencialidad. Entonces, ¿Cómo vamos a generar entornos de trabajo para que vayamos capitalizando todas las herramientas y beneficios que nos da la virtualidad, pero sin perder de vista la humanidad, lo propio de las personas, siendo que somos seres emocionales.
Creo que más que nunca se está hablando de la importancia del balance “vida personal/trabajo” ¿Es posible lograr eso en un modelo mixto?
Yo pienso que sí, que te da más margen de acción. Hay que ser muy cuidadoso de las agendas, establecer bien las prioridades, que haya espacio para el trabajo, la familia, el ocio, lo social, los hobbies y lo deportivo. Creo que todo es un tema de prioridades. Hoy en la mayoría de las agendas de los líderes está el tema del bienestar en la agenda. ¿Cómo ayudamos a las personas a que tomen conciencia de la importancia de establecer prioridades? y ¿Cómo los ayudamos a pensar el bienestar de manera global?
Siguiendo con la pregunta anterior, pienso que la pandemia mostró que se “puede vivir” de otra manera. No estar siempre corriendo, buscar los chicos al colegio, trabajar por objetivos en vez de por horas ¿Pensás que esto puede llegar a tener un impacto a la hora de que las personas decidan cambiar de trabajo o analizar nuevas ofertas de trabajo?
Totalmente, el bienestar hace tiempo que ya está en las agendas de aquellos que están analizando nuevas propuestas o buscando un cambio de trabajo. Eso es otra cosa que también llegó para quedarse. Así como no queremos más jefes maltratadores, buscamos buenos climas emocionales y lugares flexibles donde podamos combinar y desarrollar nuestras distintas facetas. Hoy tiene que ser un proceso de elección mutuo.
Herramientas para el regreso a la oficina
- Aceptar, no resistirnos a esta nueva etapa. La aceptación siempre es el primer paso para la transformación.
- Habilitar nuestras emociones, reconocer lo que sentimos y validar lo que nos sucede. Por ejemplo es importante entender qué miedos son racionales y cuáles son miedos racionales.
- Establecer las prioridades en nuestras agendas. ¿Qué cosas podemos negociar y cuáles no?
- Hacer de la pausa una rutina. Tenemos que tomarnos mini recreos en nuestro día a día.
- Dosificar el consumo de información, entender que cada experiencia que vivimos es única.
- Moverse, hacer ejercicio físico, el sedentarismo es la enfermedad carencial del siglo XXI.
- Comprometernos con nuestro aprendizaje continuo, en estos tiempos tan disruptivos, no podemos dejar de pensar en nuestro “yo futuro” y sentir que estamos haciendo cosas para actualizarnos y hacernos más empleables.
- Cultivar nuestros círculos de empatía, sentir que tenemos una red que nos nutre y nos sostiene. Hablar de lo que nos pasa, buscar soporte para sentirnos acompañados.
Gaby Hostnik es especialista en Inteligencia Emocional y coach laboral. Visita su sitio web o seguila en Instagram.