Mientras que los debates sobre el consentimiento toman fuerza y la educación a las nuevas generaciones es una herramienta fundamental para el cambio, también nos vemos envueltos en un importante proceso de deconstrucción.
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Parada frente a un público expectante tiene una realización que casi la deja sin palabras. Se da cuenta que lo que pasó no está bien y, de hecho, muchos lo consideran un tipo de violación. Entonces, delante de todos los que esperan escucharla presentando a quien parece ser un autor reconocido, eleva la voz para denunciar que él rompió con el consentimiento y, de manera secreta, se sacó el preservativo mientras estaban teniendo sexo.
Entre tantas, esta es una de las escenas de mayor impacto de I May Destroy You, la serie de HBO Max creada por la brillante Michaela Coel, en donde nos lleva a un recorrido inspirado en experiencias personales y que -sobre todo- nos invita a repensar el consentimiento así como la definición de qué es una violación. Un proceso de deconstrucción que tuvo impulso gracias al movimiento feminista y con el que todos nos vemos involucrados: desde las relaciones no consentidas hasta el abuso dentro de una pareja para también para llegar a la situación de romper con el acuerdo en medio del encuentro sexual, entre tantos otros tópicos.
Este último punto es, en la actualidad, foco de uno de los debates más importantes. En apariencia un acto inocente, está muy lejos de serlo: con el potencial de tener consecuencias graves en la salud de la persona involucrada en el encuentro sexual, este accionar rompe con el consentimiento y acuerdos que se establecen al momento de decir tener sexo con el otro. Se convierte en una decisión unilateral, impuesta sin conocimiento de la pareja y, por ende, en un tipo de violación.
Qué tenés que saber sobre la ley que se aprobó en California
A principios de octubre vimos cómo los titulares de todos los medios norteamericanos anunciaron la aprobación de una ley que significa el primer paso en la dirección correcta. Es que el gobernador Gavin Newsom firmó la ley por medio de la cual se prohíbe quitarse el preservativo en secreto durante las relaciones sexuales, convirtiendo este acto en un delito de agresión sexual civil.
“He estado trabajando en el tema del ‘sigilo’ desde 2017 y estoy eufórica de que ahora haya algo de responsabilidad para quienes perpetran el acto. Las agresiones sexuales, especialmente aquellas contra mujeres de color, son barridas perpetuamente bajo la alfombra” - Cristina García, una de las patrocinadora del proyecto de ley
Nombrado como “stealthing”, una de los argumentos para defender esta ley fue el estudio “‘Rape-Adjacent’: Imagining Legal Responses to Nonconsensual Condom Removal”, una investigación publicada en 2017 por la Universidad Yale que demostró que tanto hombres como mujeres son víctimas de este tipo de accionar y que, además del miedo de contraer una infección de transmisión sexual o un embarazo no deseado, describen la experiencia como una violación degradante y desalentadora de un acuerdo sexual.
Cuál es la situación en Argentina
Siguiendo las leyes argentinas, el abuso sexual es “una agresión sexual violenta que atenta contra la libertad sexual de la persona y su derecho a elegir la actividad sexual que quiere realizar”, y aclara que: “Se considera abuso sexual la actividad sexual con un menor de 13 años, aunque haya accedido a la actividad”. Seguido de esto, enumera qué actos sexuales son considerados abuso:
- Una conducta abusiva de contenido sexual.
- Contacto corporal directo entre el agresor y la víctima.
- Que este contacto físico afecte las partes sexuales del cuerpo de la víctima.
- Falta de consentimiento de la víctima para realizar el acto sexual.
Aunque la interpretación de las leyes es siempre un punto fundamental a la hora de cómo se las aplica (es decir, podríamos entender que el “stealthing” está considerado en el punto número cuatro), es claro que la mirada sobre lo que es considerado abuso sexual es bastante limitada y deja fuera más de una situación en donde la falta de consentimiento es un elemento fundamental. Así como también existen ciertas definiciones que resultan llamativas como, por ejemplo, considerar “abuso sexual gravemente ultrajante” a las situaciones de abuso que afectan aún más la dignidad de las víctimas, las humilla y las degrada; como si no toda situación de este tipo tuviese ese impacto en las víctimas.