Creada por la novelista junto a Marcelo Piñeyro, este thriller de 8 capítulos te adentrará en el oscuro mundo de la política y la religión.
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Se terminó la espera. A la hora cero de este viernes 13 se estrenó la nueva producción de Netflix realizada en la Argentina y en pleno año electoral la fórmula Claudia Piñeiro-Marcelo Piñeyro podría ganar las elecciones con El Reino, un thriller político.
Este dúo debuta en formato serie con 8 capítulos y no decepciona. Fiel al estilo de la autora de “Las viudas de los jueves” o “Catedrales” la historia comienza con un asesinato. “En mis historias siempre está la muerte y es porque quiero poner a los personajes en situaciones muy límites y obviamente la muerte es la mayor en ese sentido. Nada más brutal e inesperado o tremendo que la muerte de alguien”, explicó Claudia Piñeiro en diálogo con OHLALÁ!.
Con Diego Peretti (como el Pastor Emilio), Mercedes Morán (como la Pastora Elena), Nancy Dupláa (Roberta Candia), Joaquín Furriel (Rubén Osorio), Chino Darín (Julio Clamens) y Peter Lanzani (Tadeo Vázquez) como protagonistas y un elenco secundario que está a la altura de los actores principales, la serie rodada antes y durante la pandemia cuenta la historia un pastor evangélico, Emilio Vázquez Pena, candidato a vicepresidente de la República, cuyo compañero de fórmula es asesinado súbitamente durante el acto de cierre de campaña.
La muerte como punto de partida
A raíz de la muerte, todos los personajes, con su luminosidad y oscuridad, tendrán que tomar decisiones complejas. “El asesinato lo que hace es arrancar la historia porque es el punto de inflexión a partir del cual cambia el status quo. El pastor había sido convocado para ser un nombre en una fórmula para arrastrar fieles y ante la muerte de su compañero de fórmula se ve obligado a asumir la candidatura a presidente de la Nación y es algo que no estaba previsto. Es lo que pasa en muchos guiones... situaciones abismales. Él no esperaba ser el presidente y frente a este abismo tiene que tomar una decisión, que será la que le parezca más adecuada, pero es una decisión difícil con muchas complicaciones”, continuó la novelista.
La familia del pastor Emilio está compuesta por Elena, su esposa y sus hijos. Tras el crimen este vínculo queda atravesado por las redes del poder con todas las disputas y conflictos de género. “A pesar de lo fuerte y poderosa que es y de sus convicciones religiosas y de todo lo demás sigue teniendo ese resabio de cultura más patriarcal y machista. Aunque ella maneja el poder y la situación dentro de su familia y de la iglesia siempre lo hace dejándole el primer lugar a los hombres”, aseguró Claudia y reveló: “Es una mujer verosímil que puede ser una combinación de muchas mujeres que conocemos dentro y fuera de las religiones. Es una mujer que -pese a tener carácter y estar bien plantada- ha aceptado su lugar de segunda detrás del pastor. Cuando se abre la sucesión en la iglesia ella busca un sucesor varón y no dice ‘Voy a ser yo’”.
En esta historia no hay héroes, hay personas con claroscuros y la única limitación que tuvo el dúo Piñeiro-Piñeyro al momento de escribir fue primero “no caer en el estereotipo o la caricatura” y segundo “ser respetuoso tanto con los personajes que nos caen bien como con los que no”. “Dentro de los personajes que están muy metidos en lo religioso, hay personajes absolutamente sinceros que viven su religiosidad de una manera comprometida y hay otros que no...como sucede con tantas otras cuestiones, profesiones o tareas”, reflexionó la autora.
Política y religión encuentran su conexión más oscura
“Cuando nos pusimos a pensar una serie juntos con Marcelo nos dimos cuenta -más allá de las diferencias- de que nos preocupan cuestiones parecidas de lo que pasa en el aquí y ahora. Tenemos preocupaciones comunes y una de ellas es cómo se meten ciertos discursos a manipular la gente a partir de la política y sumando personajes que vienen del lado de lo religioso. De esa manera suman agendas, a veces comunes en cuanto a restricción de derechos y demás (haciendo referencia a ESI, aborto, ley del matrimonio igualitario) con una cantidad de gente que genuinamente tiene esa fe y que cree en determinado Dios y en quienes están dentro de esas iglesias. Sin embargo a veces desde el poder y desde el poder también de las iglesias eso se usa para la manipulación y es lo que nos preocupa y es lo que queríamos hablar”, sentenció Claudia Piñeiro sobre el debate que propone la serie producida por K&S y que aporta a una mejor ciudadanía.
Hay personajes que actúan como les pide la política que lo hagan o como le pide la religión que actúen. Tanto la religión como la política requieren una suerte de cerrar los ojos y hacer lo que el dogma pide más allá del criterio personal. Es un conflicto muy interesante que hará que, por momentos, parezcan heroínas o héroes y por otros que muestren su lado más oscuro pues está en cada uno de ellos poder -o no- plantarse y decir “hasta acá sí o hasta acá no”.
Militancia y fe parecen confundirse, según esta trama, en el universo de la religión evangelista en Argentina. De todos modos lo que eligieron plantear los autores en El Reino puede pasar en cualquier país con distintos nombres. “El fanatismo religioso y las religiones utilizadas para manipular gente hay en distintos países, con distintas religiones, con distintos lenguajes. En todo Latinoamérica se va a entender perfectamente porque el fenómeno del evangelismo está muy presente pero en España lo van a entender con Vox sumando agendas con el Opus Dei y en otros países seguramente otros partidos sumando agenda con otras religiones”, concluyó Claudia.