Se trata de mujeres que acompañan emocionalmente a otra durante el embarazo, el parto y el cuidado del recién nacido
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Las “doulas” –palabra que trajo a la agenda periodística la conductora Paula Chaves- son mujeres que aconsejan y ayudan a embarazadas y las acompañan durante el proceso de embarazo, el parto y los cuidados al recién nacido.
La palabra doula tiene su origen en la Antigua Grecia. Por entonces, estaba relacionada con mujeres que hacían acompañamiento y trabajos como “servidoras”. Luego la antropóloga Dana Raphael destacó este término para dar cuenta de la importancia que tiene el acompañamiento físico y emocional de una mujer durante el embarazo y el puerperio (período posparto) de parte de otra mujer considerada sabia, con experiencia, que ha atravesado el proceso y que sabe cómo guiar en ese período.
Los últimos años empezó a popularizarse este rol en la Argentina y hay lugares en donde se dictan cursos de formación, tal como el que realizó la mediática Paula Chaves. Según ella contó en las redes, tras 10 meses de formación recibió el diploma de doula. “Quiero acompañar de cerca y con consciencia otros embarazos”, había dicho hace meses cuando anunció su decisión de formarse en esta actividad.
¿Qué se necesita para ser una doula?
La médica ginecóloga y sexóloga Sandra Magirena explica que, desde su punto de vista, la primera condición que debe tener una mujer para hacer este acompañamiento y consejería que requiere una doula es la de haber sido madre, por el valor de su experiencia personal.
Reivindica la tarea de las doulas y aclara que no son profesionales de la salud que puedan hacer la asistencia técnica del parto. Para eso están las obstétricas (antiguamente llamadas matronas), que son las profesionales universitarias que pueden encargarse de realizar un parto intervencionista. También, las o los médicos obstetras, que son especialistas requeridos para hacer una intervención quirúrgica mayor en un parto, en caso de ser necesario.
Magirena menciona estas tres categorías de acompañamiento:
- La doula, una mujer experimentada en la maternidad, que acompaña a la embarazada durante todo el proceso y que cumple una función muy importante porque es de asistencia emocional, acompañamiento, consejería. Suele realizar algún curso de meses de formación.
- El paso siguiente es la obstétrica, que estudia en la universidad y puede llevar adelante el acompañamiento técnico de un parto.
- Y la instancia especializada, la o el médico obstetra o tocoginecólogo, que es quien se especializa en la realización del parto, cesáreas e intervenciones asociadas si se requieren.
¿Qué hace y qué no hace una doula?
“La controversia se da, muchas veces, porque los médicos no siempre aceptan la figura de la doula o acompañante”, señala la ginecóloga. “En realidad, todos forman parte de un equipo donde pueden asistir y complementarse perfectamente”, agrega esta profesional con mirada de género y un abordaje integral de la práctica médica. “Todos son engranajes y eslabones necesarios para el acompañamiento de un proceso tan importante como el embarazo, con los miedos, los temores y dudas que puede tener toda mujer, sobre todo primeriza”, insiste.
El trabajo de parto, a veces, lleva un tiempo prolongado, en ocasiones, hasta todo un día. Por eso es importante que se repartan actividades, para que no se produzcan agotamientos de las y los profesionales acompañantes. “Ahí la doula es muy importante para estar al lado de la mujer, para que respire, haga sus ejercicios”, precisa Magirena. “Y finalmente el momento del puerperio, donde la mujer se encuentra en la casa con su bebé y tiene que enfrentar la lactancia, el cuidado, cómo cambiarlo, etcétera y ahí también es relevante la doula”.
Ser doula, la experiencia en primera persona
Jacinta Lagos es una argentina de 36 años que hace dos trabaja como doula en Estados Unidos. Cuenta a OHLALÁ! que en el país del norte esta es una actividad más difundida y legitimada que en la Argentina, donde considera que aún hay prejuicios con esta tarea. Ella logró abrirse un espacio y vivir de esto que la apasiona.
Jacinta traduce a doula como “servidora”, es decir, una mujer que acompaña y contiene a las mamás embarazadas, también en la búsqueda. Aclara que hay varios tipos de doulas: doula de parto, de posparto, de duelo y también de todo espectro, es decir, que cubre todas las etapas. El servicio cuesta entre 500 y 2500 dólares, según lo que se requiera y también los precios varían en los distintos estados.
“Ser una doula en EE.UU. es algo bastante común. Sé que en la Argentina todavía falta y hay mucho mito alrededor, lo cual da mucha pena porque, si los médicos supieran lo bien que le hace una doula a una mamá o a una persona que se prepara para parir, todos los médicos recomendarían una”, dice. Agrega que es distinto tener una mamá relajada, que sabe, que está informada a una que está tensa, que tiene mucho miedo.
“Como doula lo que hago es acompañar, informar sin juzgar. Le doy todas las herramientas para que la mamá sea la que decida. Yo no juzgo si ella con toda la información que tiene elige un tipo de parto u otro, sino que acompaño”, dice. “Es muy importante saber que la doula no solo informa, sino que también ayuda a la mamá a abogar para que se respeten sus derechos”. No reemplaza ni va en contra de la medicina, sino que informa.
“Acá en EE.UU. está muy bien vista la doula porque ayuda a las mamás a tener un plan de parto claro, ayuda a tener mamás informadas. A veces, me encuentro con hospitales que no respetan y que la mamá se tiene que poner firme. Pero estamos yendo hacia un mundo en el que el parto respetado es la norma y no la excepción como es en la Argentina”, contrasta.
Jacinta cuenta que se recibió de doula después de trabajar durante años como fotógrafa y videógrafa en partos. Aclara que hizo video toda su vida y cuando llegó a EE.UU. se dio cuenta de que quería especializarse en video de partos. Eso hizo. Luego, a esa tarea de documentalista, le sumó la de doula, siempre que la familia se lo requiera. Cada vez en más partos su trabajo es integral.
Cuenta que estudió en Dona international. Y detalla que tenés la opción de recibirte como doula, doula entrenada o certificada (para esta última hay que pagar una licencia por mes). “La realidad es que acá, en el 90% de los lugares, no te piden ser certificada, así que con estar entrenada y sumar algunos otros cursos de otros procedimientos durante el parto está perfecto”, agrega.
Hay algo que Jacinta considera muy importante resaltar: quiere dejar claro qué es lo que hace y qué no hace una doula. “Lo que hace, como dije, es acompañar, contener, informar sin juzgar, abogar por la mamá y sus derechos. Lo que no hace es nada médico, ahí te das cuenta de que la doula no reemplaza al médico, sino que complementa al equipo”.
Los beneficios de contar con una doula
Jacinta detalla que los beneficios de sumar a una doula en el proceso de embarazo son “infinitos”. Rescata que, además de tener a tu lado a una persona que sabe del parto, que no va a tratar de imponer sus ideas, sino que va a acompañar en cualquier tipo de parto sea en tu casa o en el hospital, también es un reparo para todas las personas que rodean a la mamá: la pareja, los hijos, abuelos. “Acompaña todo el proceso y a todas las personas cercanas”.
Por último, dice algo que considera esencial: “Lo importante del parto es el recuerdo y la experiencia que a vos te queda. Porque, si tenés un parto difícil, complicado y estás acompañada y contenida, de todo eso te podés llevar un recuerdo increíble; ahora, podés tener un parto sin complicaciones, normal, rápido, pero si estás parada en un lugar de inseguridad, miedo, de trauma te podés levar un mal recuerdo. Una de las tareas principales de la doula es que de esa experiencia te lleves el mejor recuerdo”.