Disponible a partir de hoy en la plataforma, la película está basada en el libro de Samanta Schweblin.
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Después de su paso por el Festival de Cine de San Sebastián 2021, hoy estrenó en Netflix Distancia de rescate, un drama de misterio basado en la aclamada novela homónima de Samanta Schweblin. Una historia que conecta a dos mujeres muy diferentes (interpretadas por María Valverde y Dolores Fonzi) pero con los mismos miedos: los desafíos de la maternidad y esos peligros latentes de los que no siempre podemos escapar.
Te contamos qué tenés que saber antes de darle play:
Basada en una novela multipremiada
Publicada en 2014, Distancia de rescate es la primera novela de la escritora argentina Samanta Schweblin. Aplaudida por la crítica mundial y traducida a más de 30 idiomas, logró el premio Shirley Jackson a la mejor novela corta en 2018, además de ser una de las seis nominadas al prestigioso premio Man Booker International, en 2017.
Según Schweblin, la inspiración es bien argentina: “La escribí en medio de una crisis política, debido a la regulación de agroquímicos en los campos de soja”. Pero también vino de un lugar más personal, mientras sopesaba la posibilidad de si quería o no ser madre: “Supongo que esto es lo más maravilloso de la ficción, la oportunidad de probarse a sí mismo frente a tales preguntas y miedos”.
Este “ejercicio contra sus temores” queda en evidencia desde el título, un concepto que Amanda -la protagonista- define como “esa distancia variable que la separa de su hija”, la cual calcula constantemente en base al tiempo que tardaría en correr hacia la nena y salvarla en caso de un peligro inminente.
Mirada de género
Muchos fueron los que se acercaron a Schweblin con la intención de adaptar su novela a la pantalla grande, pero fue la visión de Claudia Llosa quien la terminó de convencer. La directora peruana, nominada al Oscar a Mejor Película Extranjera por “La teta asustada” (2009), conectó inmediatamente con la obra y no perdió un segundo en hacérselo saber a la autora: “Me acuerdo de haber leído el libro, llegar a la última página y decir ‘necesito hacer esto’. Eso nunca me había pasado, nunca en mi vida. El libro es muy visual en determinados momentos. Y en eso está la poesía y el poder de la literatura”.
Llosa (desde Barcelona) y Schweblin (con base en Berlín) colaboraron durante un año vía Zoom para darle forma al guion de esta historia contada desde una perspectiva enfáticamente femenina. “Exploré la maternidad en todas mis películas. Comprendí profundamente el miedo que se examina en la cinta, totalmente ancestral. Samanta puso en palabras algo que todos conocemos, el equilibrio que implica la maternidad: esa necesidad de darle libertad a mi hijo para que se convierta en un individuo pero, al mismo tiempo, la necesidad de estar ahí para protegerlo”, asegura la directora.
El tercer protagonista: la naturaleza
Distancia de rescate es un drama de misterio ambientado en la Argentina rural donde la belleza del campo choca con los desastres ambientales que se avecinan. Un elemento fundamental para la trama y la realizadora, muy consciente de que la emergencia climática no está tan instaurada en la discusión como otras problemáticas.
Llosa aprovecha lo visual, y las destrezas del director de fotografía Oscar Faura, para hacer hincapié en este contraste y suma una potente sensación de terror casi desde la primera imagen. “Claudia tuvo la idea de hacer de la naturaleza un personaje omnisciente. Ya sea en tomas amplias de los campos de trigo o en tomas macro de insectos, la naturaleza siempre es un elemento importante de la historia”, cuenta Faura.
¿Una historia de horror o de amor?
La película tiene un poco de ambos mundos. Para el productor Tom Williams se trata de un relato de terror desde su raíz, pero para nada convencional, donde la amenaza proviene del lugar menos pensado: “La conciencia constante del peligro y la necesidad de rescatar es un tema recurrente de la cinta”.
Acá, los miedos son elementales: se trata de dos madres que intentan proteger a sus hijos de un mal invisible. “Los hombres de la película no tienen ni idea de lo que está pasando realmente. Y las mujeres tienen esta conexión con sus hijos, pero también con la tierra y con la comprensión de lo que está sucediendo en el mundo metafísico”, agrega el productor Mark Johnson.
“No es una película de terror, pero a veces da miedo. No es una historia de amor, pero se trata de amar y proteger a tus seres queridos” - Oscar Faura
Una producción internacional
La apuesta de Netflix es una co-producción a nivel global que suma talento de Argentina, Perú, Estados Unidos, Chile, España e Inglaterra. El gran desafío del equipo fue capturar el entorno visual casi idílico que plantea Schweblin desde las páginas del libro y encontrar los escenarios adecuados para transmitir esa sensación abstracta.
La respuesta no está en el campo argentino, sino al norte de la Patagonia chilena donde se llevó a cabo el rodaje de la película durante la primavera de 2019. “Necesitábamos un lugar muy específico, con agua, un río y también los grandes campos con cultivos. Quería que estuviera arraigado en un sentido, pero también que se sintiera un poco abierto”, asegura Llosa, quien quería expresar la necesidad de que este podría ser cualquier lugar.
Una química palpable en la pantalla
La española María Valverde (Amanda) y la argentina Dolores Fonzi (Carola) son las protagonistas de esta historia. Llosa buscó que su primer encuentro en la pantalla fuera 100% espontáneo, por eso no hubo mucha interacción entre las actrices antes de empezar a filmar. “Amanda está fascinada con Carola y yo sentía lo mismo por Dolores. Es un alma libre, llena de energía, una mujer pura y valiente. Pasamos gran parte del tiempo creando lazos fuertes”, cuenta Valverde, y eso se evidencia en cada fotograma.
Para la directora, el casting fuer perfecto desde el minuto uno: María tiene una cualidad casi etérea, mientras que Dolores “es la persona con la que te gustaría viajar. Sabés que te vas a divertir. Ella tiene el tipo de energía que sorprende, enigmática y salvaje”.