Candelaria Palacios (31, Lic en comunicación) y Pedro Castaños (41, diseñador gráfico), están juntos desde hace 11 años. El año pasado, le hicieron “retruco” a la cuarentena en casa junto a sus dos hijos chiquitos, y además de convivir 24x7 fundaron su emprendimiento de fogoneros desmontables. No te pierdas su historia.
Al mal tiempo, un buen fueguito. Con la pandemia y la cuarentena eterna de 2020, esta pareja no dudó en animarse a un nuevo desafío: crear una emprendimiento de fogoneros desmontables, en el que además se asociaron con sus cuñados. “Hacemos fogoneros que se arman y se desarman con piezas encastrables, como un rompecabezas, lo que hace que se puedan guardar y trasladar fácilmente”, explican.
“La idea surgió de parte de los hombres, ambos fanáticos de los asados y también muy cocineros”, cuenta Cande. Cuando vieron un modelo de fogoneros que se vendían afuera, dijeron “tenemos que hacerlo”. Empezaron a pensar una versión mejorada para vender en Argentina, “y enseguida, con mi hermana nos sumamos”, dice.
Las tareas están súper definidas y eso, creen, es un secreto para el éxito o a menos para la salud del proyecto: “Mi hermana es arquitecta y desarrolla el diseño de los productos y toda la parte estética de las fundas; yo, comunicadora y muy metida en el mundo del emprendedorismo, aporto mi visión estratégica del negocio y manejo las redes sociales”. Pedro, por su lado, es diseñador gráfico especialista en web, y rápidamente armó la tienda online y plasmó la identidad visual de la marca. Y Tommy sumó muchísimo desde su trabajo como CM de varias cuentas gastronómicas y tiene facilidad para las ventas.
“Antes de la pandemia, tenía el prejuicio de que sería imposible estar las 24 h juntos porque nos agotaríamos el uno del otro, no tendríamos temas nuevos para conversar, o simplemente nos mataríamos peleando por pavadas”, confiesa Cande. Pero hay un aprendizaje que valoran: “el de soltar los prejuicios y apostar, arriesgarme a iniciar más proyectos en conjunto”, comparten. Los dos vienen de familias numerosas y siempre fueron asadores. “Nos encanta el fuego, en mi familia nos íbamos de vacaciones al sur y jamás faltaban los fogones a la noche con guitarra”, cuenta Cande. Inspirado en tanta historia linda alrededor del fuego, surgió el eslogan de Faier que es #ArmáTuMomento: “lo más valioso que tienen los fogoneros es lo que se genera alrededor: el encuentro, estar juntos charlando, cantando o comiendo alrededor de las llamas. Hay una magia ahí que es espectacular poder trasladarla a cualquier lado”.
Desafíos y aprendizajes de emprender en pareja
“Creo que lo que más nos cuesta a ambos es poner un límite a todo lo laboral, tanto al emprendimiento como a nuestros trabajos”, dicen. La pandemia les desdibujó los horarios, las prioridades, ¡todo!: “Mil veces, un domingo al mediodía estamos hablando de trabajo, con nuestros hijos alrededor. Pero bueno, hacemos lo que podemos”.
Los consejos de Faier
- Pensá PARA QUÉ querés vender ese producto o servicio: es la única manera de mantenerte motivada todo el camino, en las buenas y en las malas. Tiene que haber algo más allá del objeto en sí que quieras lograr. Puede ser algo chiquito, como probar nuevas habilidades o ahorrar para un viaje, o más grande, como lograr reducir la contaminación o ayudar a la gente a vivir más tranquila.
- Dividí tareas: si tenés un socio (o varios, como me pasa a mí), es importante que, desde el principio, sean claros con qué rol quiere cumplir cada uno y se pongan de acuerdo en las cosas más importantes y también en las más aburridas, esas que nadie quiere hacer. Charlen y entiéndanse entre ustedes para poder ser equitativos y que todos se sientan cómodos en sus papeles.
- Planificá todo lo que puedas: es lo que te va a permitir volantear en caso de que haya imprevistos. Desde los posteos de las redes, hasta los eventos o lanzamientos del año. Tener un plan de base es lo que te va a dejar dormir tranquila, te va a sacar mucho ruido mental.
- Construí relaciones: tus proveedores son más que proveedores; son parte de tu equipo. Tus clientes son más que clientes; son los que te van a ayudar a mejorar y te van a indicar por dónde seguir. Así que aprovechá cada intercambio para hablar un poco más, para conocer a los que trabajan con vos en cada etapa del proceso. Y pedí feedback: a todos ellos y a referentes que tengas. Te vas a sorprender de lo generosa que es la gente cuando se identifica con tu marca y con vos.
- Hacé comunidad: sumate a grupos de emprendedoras, asistí a clases y eventos del tema. Siempre algo nuevo vas a aprender. O vas a conseguir contactos. O datos. No estás sola: animate a preguntar y a hacer alianzas. Eso es lo que te va a ayudar a crecer.
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