Versiones de un clásico de las tardes de invierno, con las recetas de Rose Coutinho, de Divino Budín. ¿cuál elegís?
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Marmolado
- Para 1 budín grande.
¿Qué lleva? 125 g de manteca a temperatura ambiente / 1 taza de azúcar / 3 huevos / 2 tazas de harina de trigo / 30 g de cacao amargo / 50 ml de leche / 1 cda. sopera de polvo de hornear
¿Cómo se hace? Cremar la manteca con el azúcar. Incorporar los huevos de a uno, después agregar la mitad de la leche y batir un poco más. Luego, sumar la harina tamizada y el polvo de hornear. Volcar 3/4 de la preparación en el molde. En un bol pequeño aparte, poner el cacao con el restante de la leche y mezclar bien hasta que se disuelva el cacao. Sumar al 1/4 de la masa que quedó y mezclar. Por último, agregar la mezcla con chocolate en la masa que ya está en el molde y mezclar para lograr el efecto marmolado. Hornear unos 45 minutos a 180 °C.
De manzana y canela
- Para 3 budines medianos
¿Qué llevan? 225 g de manteca / 250 g de azúcar / 4 huevos / 450 g de harina / 1 cda. sopera de polvo de hornear / 1 cda. de canela en polvo / Una pizca de sal / 150 ml de leche o yogur natural / 4 manzanas verdes ⠀⠀⠀
¿Cómo se hacen? Precalentar el horno a 180 °C. En un recipiente, mezclar la harina, la sal, el polvo de hornear y reservar. En la batidora, mezclar primero la manteca (que debe estar blanda) con el azúcar. Incorporar luego los huevos, la leche y la esencia de vainilla hasta que la mezcla esté completamente uniforme. Poco a poco, empezar a incorporar la primera mezcla de harina, sal y polvo de hornear con una cuchara hasta que quede homogénea. Volcar las manzanas cortadas en cubos junto con la canela y mezclar bien con una espátula antes de repartir la mezcla en tres moldes medianos. Llevarlos al horno y cocinar durante unos 35 minutos aproximadamente. Para decorar, espolvorear con azúcar o canela.
De chocolate con nueces
- Para 3 budines medianos
¿Qué lleva? 1 taza de agua / 1 taza de chocolate en polvo / 1 taza y media de azúcar / 4 huevos / 1 taza de aceite / 2 tazas de harina 0000 / 1 cda. sopera de polvo para hornear / 100 g de nueces picadas
¿Cómo se hace? Enmantecar el molde con manteca y cacao en polvo. Hervir el agua y mezclar con el chocolate en polvo en un bol grande. Enseguida, agregar el azúcar y mezclar bien. Incorporar los huevos de a uno y mezclar sin batir demasiado. Agregar el aceite y seguir mezclando. Incorporar la harina junto con el polvo para hornear previamente tamizados y mezclar hasta integrar todos los ingredientes. Sumar las nueces picadas y mezclar todo. Volcar en tres moldes medianos y hornear por 30 minutos a 180 °C.
De limón y frutos rojos
- Para 3 budines medianos
¿Qué lleva? 100 g de manteca a temperatura ambiente / 270 g de azúcar / 3 huevos / Jugo de 2 limones y ralladuras / 160 g de frutos rojos / 2 tazas de harina de trigo / 1 cda. sopera de polvo de hornear
¿Cómo se hace? Cremar la manteca con el azúcar. Incorporar los huevos de a uno, el jugo y ralladuras de los limones. Luego agregar la harina tamizada y el polvo de hornear. Poner un poco de esta mezcla en la base de tres moldes enmantecados y enharinados. A la masa restante, sumarle los frutos rojos y mezclar. Luego completar los moldes. Hornear durante 25 minutos a 180 °C. Espolvorear azúcar impalpable al momento de servir, para que la masa no la absorba.
De dulce de leche
- Para 1 budín grande
¿Qué lleva? 100 g de manteca a temperatura ambiente / 1 taza de azúcar / 3 huevos / 300 g de dulce de leche / 2 tazas de harina de trigo / 1 cda. sopera de polvo de hornear
¿Cómo se hace? Cremar la manteca a temperatura ambiente con el azúcar, incorporar los huevos de a uno, agregar el dulce de leche y batir un poco más. Luego agregar la harina tamizada y, por último, el polvo de hornear. Volcar la mezcla en el molde enmantecado y enharinado y hornear unos 45 minutos a 180 °C.
“Pienso los budines en todo sentido”
Rose Coutinho (35) llegó desde brasil hace 12 años, notó que acá no había oferta de budines caseros, lo unió con su pasión por la pastelería y creó una tienda exclusiva.
¿Por qué te dedicaste exclusivamente a los budines?
Porque hace 10 años, cuando quería comer un rico budín, no había variedad. Era todo industrializado, me costaba encontrar algo casero y, cuando lo encontraba, había solo sabores clásicos. No había de banana o de zanahoria, por ejemplo. Yo quería entrar en el mundo de la pastelería..., por eso pensé en vender budines y ofrecer variedades poco comunes.
¿Cuándo nació tu tienda, Divino Budín?
En un momento de crisis personal: estaba estudiando Diseño de Interiores y me di cuenta de que no quería trabajar de eso. Quería hacer algo que realmente me gustara hacer. La pastelería siempre estuvo muy presente en mí, era lo que más me gustaba hacer y ¡lo que más me gustaba comer! Un día le comenté a mi pareja que tenía ganas de abrir una boutique de budines y él me dijo: “Dale, ¿cuándo lo hacemos?”. Siempre me apoyó en todo y hoy es mi socio.
¿Cómo fue el recorrido?
Empecé hace 10 años, vendiéndoles a las cafeterías. Hacía todo yo, en mi casa. Los cocinaba, se los vendía enteros y ellas los fraccionaban en porciones. Los dueños estaban súper contentos y ahí me animé a salir a la calle y lanzar mi boutique. Tres años más tarde abrí el primer local, con sabores clásicos y otros no tanto. Aproveché, además, para darles un estilo diferente, porque no quería perder mi veta de decoradora. Me sigue gustando el diseño, pero la pastelería habla más fuerte en mí.
Ahora entendemos por qué tus creaciones tienen mucho de estética, porque unís los dos universos...
¡Claro! Yo sabía que quería hacer algo diferente y estético. Pienso los budines en todo sentido: el sabor, el molde, la decoración... Además, me gusta proyectarlo como regalo. Es muy común llevarlo para la merienda cuando te juntás con familia o amigos, por eso armé opciones que sean bien lindas. Ahora, en pandemia, como no nos podemos juntar, la gente envía los budines de regalo... Trato de diseñar un producto para regalar, casero, que sea lindo, y también nos gusta que el local sea lindo. Mi pareja es comunicador visual, a los dos nos gusta el diseño. Desde el principio decoramos los locales, pensamos la estética y buscamos los moldes.
La compra es toda una experiencia en sí misma...
Cuando abrimos el primer local acá no era tan común encontrar locales monoproducto. En Estados Unidos y Europa era muy común, pero acá todavía no. Al principio la gente no entendía mucho el concepto, tuvimos que explicarlo, pero rápidamente los clientes abrazaron la idea, empezaron a comprar y regalar. Hoy, tenemos tres locales a la calle: en Recoleta (Larrea 1472), Barrio Norte (Juncal, 2720) y hace poquito abrimos una nueva sucursal en Belgrano (La Pampa 2140).
¿De dónde vienen las recetas?
Yo estudié pastelería, pero las recetas siempre fueron de mi familia, no del curso de gastronomía. Estudiar de manera profesional fue muy bueno para encontrarme ahí, ver cómo me sentía y reforzar lo que ya sabía de la cocina, pero las recetas eran de mi casa en San Pablo: de mi abuela, de mi madre y las que yo les hacía a mis amigos.
Es un linaje familiar...
Exacto. En mi casa siempre había budín con un cafecito, crecí con el hábito de consumirlo y agasajar a mis amigos con budines diferentes. Cuando abrí el local, empecé haciendo nuestras creaciones y después fui adaptando las recetas y los gustos al paladar del cliente, que es quien tiene la última palabra siempre.
¿Cómo usar los moldes nórdicos?
- Antes de volcar la masa, siempre enmantecar y enharinar el molde. También sirve rociarlo por dentro con spray antiadherente, para desmoldar fácilmente.
- Volcar toda la mezcla, y dar unos golpes encima de una mesa para que se impregnen todos los recovecos del molde.
- Todos los budines se hornean a 180 °C. Idealmente, poner en el “piso” del horno una fuente con agua caliente y en la rejilla poner el budín. Así la temperatura queda más controlada.
- Dejarlo reposar unos 15 minutos antes de desmoldar.
- Darlo vuelta con ayuda de un plato más grande que el molde.
Agradecemos a Ryo Fondos (@ryofondos), Estudio Cemira (@estudio.cemira) y Mordiente Hogar (@mordientehogar) por su colaboración en esta nota.