A la hora de potenciar tu marca, es importantísimo entender que el principal activo de valor que tenés sos vos mismo, y que tu red puede ayudarte a potenciarlo, no a crearlo.
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Se suele decir que los negocios son un deporte de roce, en el que lo fundamental es lograr, no solamente vender un producto o servicio que guste y sirva, sino además compartir valores y una visión de la vida. Para lograr ese objetivo, el networking se vuelve una herramienta indispensable que tenemos que saber utilizar a nuestro favor. Le pedimos a una experta en el tema, Daniela De Lucía, Coach y Lic en Relaciones Públicas con años de experiencia, que nos diera sus mejores consejos:
Tanto si crees que sos genial a la hora de construir relaciones para tu emprendimiento, como si crees que no lo sos, podés estar en lo cierto. Lo único que tenés que saber es que el networking es una habilidad que podes desarrollar. De la misma manera que cuando vamos por primera vez al gimnasio y nos cuesta levantar la pesita de un kilo, pero sabemos que a los 6 meses vamos a poder levantar la de 5 kilos sin problemas. Lo mismo sucede con las habilidades sociales, sin importar dónde estemos hoy: todos tenemos la posibilidad de aprender a desarrollar vínculos para potenciar nuestro emprendimiento.
Voy a compartir con vos algunos aprendizajes que tuve a lo largo de mi vida emprendedora. Estudié la licenciatura en Relaciones Públicas, pero después de 10 años de experiencia laboral en relación de dependencia decidí reinventarme y comencé mi camino como emprendedora y Coach. Sorprendentemente en estos últimos años de emprendedora aprendí mucho más de networking de lo que había aprendido en la facultad. Uno creería que al estudiar relaciones públicas uno va a salir con la capacidad de networking y el magnetismo social de Don Draper de Mad Men, pero lejos de eso, el networking, como todo lo importante en la vida, se aprende llevándolo a la práctica. Confieso que durante mis años corporativos hice networking dentro de la empresa, pero fue un poco tibio. La realidad es que mi sueldo, mi puesto y mi bienestar ahí dentro no estaban tan ligados a mi capacidad de networking, como sucede cuando uno es el responsable de su propio negocio.
Cuando somos emprendedores, y por sobre todo líderes, la capacidad de networking es fundamental para crear lazos estratégicos que nos potencien, nos acompañen y nos ayuden a crecer aún en los contextos más desafiantes. Estos son mis aprendizajes:
1. Tu red ya existe, sólo necesitás hacerla visible
Todos, tengamos más o menos tiempo en el mundo emprendedor, tenemos una red de contactos. La red se va construyendo a lo largo de la vida. Comienza en la familia, continúa en la escuela, sigue en la universidad, en el trabajo, en el colegio de los chicos o en el gimnasio, y así se va multiplicando a medida que pasan los años. La clave no es a quién conoces, sino quién te conoce a vos. Muchas personas se jactan de tener una agenda llena de contactos, pero…¿cuántos de esos contactos realmente te tiene en mente? ¿Cuántos conocen y valoran lo que hacés? El networking no se trata de sumar contactos vacíos, sino de construir relaciones más profundas. En la red no hay alguien más importante que otro: es una red de pares. Si conoces a alguien, y ese alguien no te registra, no es una red.
La habilidad de construir una red implica poder mantener un vínculo de confianza con las personas importantes para nosotros (o para nuestro negocio) a lo largo del tiempo. Si todavía no tomaste consciencia de la cantidad de contactos valiosos que tenés, estás a tiempo de hacerlo. Hacé un listado de las personas de tu pasado con las que seguís manteniendo un vínculo y también aquellas con las que te gustaría reconectar. Ahí tienes tu red. Ahora que la identificaste te queda nutrirla. ¿A quién le vas a mandar un mensaje hoy?
2. El networking no es buscar ayuda, sino dar ayuda
El mayor error de un emprendedor es acordarse de que necesita un contacto cuando tiene un problema y necesita ayuda en ese momento. Como decían en el Chapulín Colorado: “¿Y ahora? ¿Quién podrá defenderme?”. Cuando necesitamos ayuda y no construimos un vínculo previo, ya es tarde. Podemos contactar a una persona para pedir una ayuda puntual, pero si no hemos construimos una base, puede que la otra persona no esté dispuesta a ayudarnos o que empieces la relación con el pie izquierdo. La red de contactos o de networking requiere de proactividad, es decir: construirla antes de necesitarla.
Identifica que puede estar necesitando esa persona a la que te queres acercar, y acércate aportando, no pidiendo. Recordá que nos interesamos por los demás cuando los demás se interesan por nosotros. Mostrá interés genuino por lo que hace el otro. Si en la conversación solo te enfocas en lo que vos necesitás de esa interacción, vas a perder la conexión real con el otro. Acá no se trata de hacerte el interesado o de interpretar un papel, sino de ser realmente honesto y ponerte al servicio del otro. El interés no puede fingirse.
3. Tu marca personal es parte del networking
La marca personal es una de las bases del networking online. Cuando contactas a una persona, seguramente va a ir a chequear quién sos, qué haces, y por qué hacs lo que haces, para después tomar la primera decisión clave: responderte o no hacerlo. Por eso es tan importante dedicar tiempo a construir una marca personal sólida y que transmita esas tres cosas: quién sos, qué haces, y por qué haces lo que haces, es decir, que refleje tus valores y tu diferencial. Tené presente que esa persona que querés contactar puede estar recibiendo cientos de mensajes de personas que hacen lo mismo que vos. Que puedas mostrarle tu diferencial (y que no se lo tengas que contar en el primer mensaje) suma muchísimo para este primer contacto.
Muchas personas pueden decir que son geniales, o que su producto o servicio es diferente al resto, pero son muchas menos las que pueden mostrarlo en su feed de instagram o en su linkedIn. “Show don´t tell”: mostralo, no lo digas. Tené presente que todos creemos más en lo que vemos que en lo que alguien nos dice. Mostrá tu valor. Si sos un “solopreneur” como yo, es decir que brindas un servicio y sos vos quien lo brinda, entonces poné una foto tuya como foto de perfil. Olvídate de los logos: las personas quieren ver tu cara, porque en definitiva te están contratando a vos. Dejemos de escondernos detrás de un logo.
4. Reconocé tu valor y soltá el síndrome del impostor
Deja de pensar en tu producto o servicio como un commodity. Tu producto, tu servicio, y por sobre todo vos (como líder del emprendimiento) son especiales. Honremos ese diferencial para establecer lazos con los demás. El Síndrome del impostor nos hace creer que no tenemos nada valioso para dar o que el otro es más importante que nosotros. Todos tenemos algo para ofrecer al mundo y vos no sos la excepción. Tener claro tu valor te va a permitir tener la confianza suficiente para establecer un primer contacto, hacer una reunión productiva para ambos, y por sobre todo, construir un vínculo sólido que podrá mantenerse a largo plazo. Lo bueno del valor es que nunca lo perdemos, por el contrario, aumenta todos los días gracias a la experiencia. Quienes hacen algo todos los días aumentan su valor. Sea que salga bien o mal, sea un acierto o un desacierto, el hacer siempre crea una nueva realidad de aprendizaje que deviene en crecimiento.
¿Cómo descubrir nuestro valor? Pregúntale a 5 clientes, o personas que hayan experimentado tu producto o servicio, que es lo que más valoran y cuál consideran que es el diferencial con otros productos o servicios similares que hay en el mercado. A veces estamos tan dentro de nuestro negocio que nos cuesta reconocer nuestro valor e identificar nuestro diferencial. Dejemos de naturalizar todo lo bueno que hacemos y valoremos nuestro trabajo para que los demás (nuestra red de contactos) también pueda hacerlo.
5. Si vas a contactar a alguien por whatsapp, menos es más
¡No digas todo en un solo mensaje! La tentación de enviar un mensaje que diga TODO...quién sos, qué haces y por qué estás contactando a la persona es muy grande, pero suele dar malos resultados. El primer contacto tiene que dejar al otro con ganas de saber más. No reveles toda tu información de una porque eso hace perder el interés. Es mejor dejar un espacio para que te hagan preguntas y no hacer un pitch de ventas con tus contactos. Parte de la “seducción” en el networking es despertar la curiosidad en el otro para lograr que sea una conquista mutua. Si no conoces a la persona, envía un texto. Si conoces a la persona y querés enviarle un audio, recordá la ley de “menos es más” y enviale un audio de no más de 30 segundos (si podemos hacer reels de 30 segundos, también podemos enviar audios cortos). Recuerdo que en mis comienzos como emprendedora le envié un mensaje de 2 minutos 50 segundos a una persona MUY importante, y me respondió con un: “Disculpá, pero no escucho audios de más de 40 segundos, por favor hacé un resumen y mandame texto”. Le agradezco la honestidad, fue un aprendizaje que nunca voy a olvidar.
El desafío es calmar nuestra ansiedad, o mejor dicho entusiasmo, de querer decirle TODO de una al otro y enviarle un mensaje súper largo y súper intenso a alguien que ni siquiera nos conoce. Lo dejamos ahí y esperamos que la otra persona responda. Si vamos de parte de alguien, y el otro realmente valora la relación con ese alguien, nos va a responder. Después de que nos salude y haga una referencia acerca de ese contacto mutuo, recién ahí continuamos con la conversación.
Extra tip stalker: investigá previamente a la persona a la que vas a contactar. Entrá a su sitio web o a sus redes, mirá y lee alguno de sus posteos, etc. Hoy tenemos muchísima información disponible online. Ya no vamos a charlar con un desconocido. Tenemos la mitad del camino ganado cuando sabemos QUIÉN es la otra persona.
6. Tu red no es tu bastón, es tu trampolín
Muchos emprendedores se pasan la vida esperando que llegue “la persona” indicada para dar pasos hacia adelante en lo que quieren. Recuerdo que en el programa de televisión Jaula de Negocios, un emprendedor me dijo que para hacer crecer su Instagram primero necesitaba tener un inversor, a lo cual le respondí: “Haga lo que pueda, con lo que tenga, en dónde esté”. Podemos hacer algo por nuestro negocio con los recursos que tenemos. No esperes que llegue un salvador para darte algo que crees que necesitás. Tenés todo para ir para adelante, solo te falta creer más en vos y en tus capacidades. Como líder del emprendimiento vos sos tu mayor recurso. Los contactos que hagas de networking te van a ayudar a potenciar tus propios resultados, pero nadie te va a dar algo que vos no tengas. Esto es como en el amor: no esperamos que alguien nos complete, nosotros ya somos suficientes. Confiá más en vos y enfocate en tu construcción. El networking no es un bastón en el que te apoyas y no puede ser la base de tu éxito. Es una red que actúa como un trampolín y que te puede ayudar a llegar más alto.
7. Celebra cada reunión como una victoria
No quieras vender tu producto o servicio, no quieras vender tu idea. Lo único que tenés que hacer en esta instancia es vender una reunión. Si podés generar una reunión o un zoom para charlar, mejor. El cafecito del siglo XX, hoy lo reemplazamos por un zoom, un meet, etc. Una clave importante a la hora de solicitar un encuentro es destacar en el mensaje un tiempo máximo de duración (léase: no te quitaré demasiado tiempo), e idealmente una modalidad o lugar de reunión en caso de ser presencial. En este último caso podés preguntarle antes a la persona en dónde vive, así podés proponer un punto de encuentro que no le quede trasmano. En general, si vos querés la reunión, vos te movés. Eso sí, no juzgues cada reunión o conversación por su resultado. Recordá que el networking es un juego de largo plazo. La reunión de hoy es solo el comienzo de algo que puede resultar productivo en el futuro.
¿Conocías todos estos consejos? ¿Llevabas naturalmente a la práctica alguno de ellos?
LA NACION