Cerca del cierre de 2021, estamos en un gran momento para planificar lo que viene. Te compartimos algunos insights y ejercicios para organizarte.
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Creemos que los proyectos de cambio empiezan cuando aparece el dolor, las ganas o la falta; y cuando nos conectamos con esas primeras sensaciones de inquietud es que sentimos que empieza el movimiento. Pero, ¿qué hay de las preparaciones?, ¿cuánto de nosotros en realidad se puso en movimiento mucho antes de eso?.
Muy cerca de despedir al último mes del año, estamos frente al momento de reflexionar sobre todo lo que pasó. La buena noticia es que somos autores de nuestras historias y es por eso que somos capaces de escribir (o reescribir) el final que queramos. ¿O el principio, tal vez?
Redefinir qué es la grandeza
¿Qué es la grandeza? ¿Es un estado? ¿Es una emoción? ¿Es un estándar? Sí, sí y sí. Lo primero que podemos hacer es repensar una suerte de “definición” y ver qué de todo eso resuena más con vos hoy. ¿Dónde se juega la grandeza hoy? Es apuntar a tu misión en esta vida. Como dice Brené Brown, la grandeza es elegir el coraje por sobre la comodidad. Es natural en nuestro proceso evolutivo muchas veces no tener ni idea de cuál es nuestra misión.
- Es hacerte cargo de tus talentos y llevarlos a su máxima expresión. Esos talentos que de chiquito ya explorabas y que de grande perdieron valor por un autorrelato de perfeccionismo. Es interesante cómo un niño pasa de mirarse al espejo jugando a cantar y bailar en pleno disfrute del momento a convertirse en un adulto que se convence a sí mismo de que no es digno de desarrollar eso que disfruta. Porque, en definitiva, eso es el talento.
- Es capitalizar tus aprendizajes. ¿Cómo llegaste a tu presente? Está hecho de todas esas veces que te pusiste en modo aprendiz, que escuchaste, que disfrutaste del saber que trae el otro, para después hacerlo parte también de lo que sos vos. Básicamente, es hacer con miedo y después celebrarlo a lo grande.
- Es habitar la grandeza de cada momento. También vale celebrar en silencio, en los encuentros con otros. Porque, en un contexto de hiperactividad en el que producir a veces está tan valorado, grandeza también es estar quieto, respirar, reconocerte grande, habitar ese que ya sos, contemplar tu cotidianidad ganada, así, sin más.
Tres ejercicios
1. Armá tu camarín
Imaginate que sos tu artista favorito. Soñá a lo grande: Lady Gaga, Madonna, Meryl Streep o Paul McCartney. Vale todo. Nuestros artistas favoritos hicieron su recorrido de grandeza y fueron entendiendo qué necesitan en su camarín para prepararse antes del show, de salir al escenario y ser todo eso que necesitan ser para romperla. Usemos esta metáfora: “Salir al escenario”. Ahora volvé a vos y a eso que hacés muy bien. Y respondé esta pregunta con una lista de cosas. Luego preguntate: ¿te las estás facilitando? ¿Cómo podrías hacer que tu camarín esté más completo el próximo año?
2. Mapa de valores
Hay algunos motores que guían todas nuestras decisiones, que encienden todos nuestros procesos. Se llaman valores. Y si bien podemos compartir valores universales, hay algunos valores que son muy tuyos, tus no negociables.
- A continuación, te proponemos una lista de valores (extraída del libro dare to lead, de brené brown) de los cuales te pedimos que elijas solo 5. sí, sabemos que es difícil, pero tomate un tiempo para esta elección: responsabilidad, logros, adaptabilidad, aventura, altruismo, ambición, autenticidad, balance, belleza, ser el mejor, pertenecer, carrera, contener, colaboración, compromiso, comunidad, compasión, ser competente, confianza, conexión, satisfacción, vulnerabilidad, bienestar, coraje, creatividad, curiosidad, dignidad, diversidad, ambiente, eficiencia, igualdad, ética, excelencia, justicia, fe, familia, estabilidad financiera, perdón, libertad, amistad, alegría, plenitud, generosidad, dar a cambio/devolver, gracia, gratitud, crecimiento, armonía, salud, hogar, honestidad, esperanza, humildad, humor, inclusión, independencia, iniciativa, integridad, intuición, seguridad laboral, diversión, justicia, amabilidad, conocimiento, aprendizaje, legado, placer, amor, lealtad, hacer la diferencia, naturaleza, apertura, optimismo, orden, ser madre, paciencia, patriotismo, paz, perseverancia, satisfacción personal, poder, orgullo, reconocimiento, ser confiable, recursos, respeto, tomar riesgos, seguridad, estar a salvo, autodisciplina, autorrespeto, serenidad, servicio, simpleza, espiritualidad, deporte, éxito, trabajo en equipo, ser única, tiempo, tradición, viajar, confiar, verdad, entendimiento, sabiduría, utilidad y visión.
- De los 5 valores que elegiste, tachá 2 y quedate solo con 3. No te pedimos que dejen de ser importantes los otros que elegiste (o que hubieras elegido), sino que te des cuenta de cuáles son tus TOP 3. Tus no negociables. Los que te identifican.
- Ahora, mirando tus tres valores principales y pensando en tu proceso: ¿qué estás dispuesta a soltar en el 2022 que no sientas alineado a tus valores? por ejemplo: trabajo, amistades, cursos, pareja, carreras, actividades, etc.
3. Definí tus objetivos
Vamos a intencionar en formato coaching: llegó la hora de que te propongas tres objetivos específicos, medibles, alcanzables, relevantes y con fecha que apunten a que para diciembre de 2022 brindes por tu grandeza.
Buscar nuevos insights
Es muy lindo lo que pasa después de ejercitar nuestra capacidad de reflexión. Hay una palabra que lo describe maravillosamente: INSIGHT. La traducción literal sería un avistaje hacia adentro. Cuando miramos para encontrar y algo encontramos. Una especie de “darse cuenta”. En coaching decimos que cuando escuchamos la frase “Me di cuenta de que…” frenamos todo y prestamos atención. Porque darnos cuenta es el principio de un cambio. Por eso, en estos tiempos en los que termina una época desafiante, es muy poderoso hacer una pausa y preguntarnos: ¿de qué nos dimos cuenta? ¿O de qué nos estamos dando cuenta ahora? Te dejamos unas líneas para que dejes volar tu escritura intuitiva y, sin editarte, sin repensarte, respondas a lo siguiente: ¿quién querés ser en 2022? Si mirás para atrás, todo lo que aprendiste de vos misma, ¿ya va siendo la hora de que pase QUÉ? Soltalo, como un deseo de esos que pedimos cerrando los ojos cuando son las 12 y alzamos nuestras copas.