Aguas transparentes y arena bien finita –y blanca–, además de la alegría en el espíritu de los cubanos, invitan al desenchufe.
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Los 600 kilómetros de costas de Cuba atraen, desde siempre, a turistas de diversas partes del mundo, muchos canadienses, rusos y argentinos que deben elegir en cuál de las 300 playas disponibles quedarse. Como era mi primera vez en Cuba, y había escuchado tanto hablar de Varadero, decidí que mi recorrido arrancara por allí. A unas dos horas del aeropuerto José Martí de La Habana, avanzamos por una ruta bastante deteriorada por la que circulan unos pocos coches viejos, motos tipo tuk tuk y vehículos a tracción animal. Al pasar por Matanzas nos llamaron la atención los murales con la bandera de Cuba y carteles con consignas políticas.
Antes de que los grandes resorts llegaran a los cayos, Varadero tuvo los primeros hoteles de proyección internacional, con sistema all inclusive. Se trata de una península con 20 kilómetros de extensión y playas de arena blanca. El encuentro con el mar me cautivó, y decidí dedicarme a leer América Latina. El despertar de un continente (una antología del Che Guevara que compré en el gift shop del hotel) en las reposeras con esa vista espléndida.
Como picó en punta en materia de desarrollo, Varadero tiene una oferta de actividades bastante más amplia que el resto de las playas cercanas. Una mañana nos tomamos la guagua, como le dicen los lugareños al colectivo. Pagamos u$s 5 (tarifa diaria) para ir a la zona urbana. El bus es un doble piso turístico que recorre toda la península y para en casi todos los hoteles y en distintos puntos del centro histórico. Nos bajamos en la primera parada, frente a La Casa del Ron, donde se explica la historia de la caña de azúcar, el proceso de elaboración del ron y, al final, también hay degustación. En el Taller Galería de Cerámica de la Avenida Primera se exhiben piezas de artistas locales y se puede ver a los artesanos en acción. A pocos metros se encuentra el Parque Josone, un oasis verde alrededor de la Laguna de la Paz, y dos pintorescos restaurantes.
El hecho de que haya un dólar oficial y una tarifa “blue” hace que no convenga comprar directamente en dólares con tarjeta de crédito.
Caminamos unas cuadras más y nos topamos con la nueva versión de El Floridita, el clásico bar de La Habana que fue clonado aquí en 2022. El original fue fundado en 1817, pero se hizo conocido gracias a Ernest Hemingway, que tomaba allí su daiquiri. Esta versión es una réplica exacta de aquel, con la decoración estilo años 50, y sus muebles Regency británicos. Pertenece a la empresa Palmares, que tiene cientos de restaurantes en la isla, e incluso La Bodeguita del Medio original –famosa por su mojito– y sus sucursales (en Trinidad, Holguín, Santiago de Cuba… y también en Varadero).
Cayos Ensenachos
Para llegar a este archipiélago de la costa norte, debimos recorrer unos 300 kilómetros. En la ruta atravesamos campos sembrados, bananales, y Santa Clara, una ciudad histórica donde se encuentra el Mausoleo del Che Guevara. El trayecto desde el pueblito de pescadores de Caibarién, que une el continente con los cayos, es un paseo increíble sobre un pedraplén, entre manglares y con toda clase de aves revoloteando alrededor. Después de unas cuatro horas en bus llegamos a Ensenachos, un antiguo asentamiento indígena que forma parte de un archipiélago con costas vírgenes de arena fina y blanca. En este cayo hay un solo hotel con dos playas: Megano y Ensenachos, casi sin oleaje y agua transparente, a tal punto que puede verse la huella que el propio pie deja en el fondo entre pececitos blancos y estrellas de mar. Son cinco kilómetros de litoral perfecto con un ambiente tranquilo, donde encontramos numerosas especies autóctonas de la flora y fauna que aún hoy pueblan el lugar.
Cayo Santa María
Llegar a Cayo Santa María desde Ensenachos es muy fácil. Hay que retomar la carretera del pedraplén y cruzar de isla. Son 10 minutos en auto. Nosotros lo hicimos en taxi, un Chevrolet rojo modelo 1952, con sus tapizados vinílicos y unos amuletos colgados en el espejo retrovisor. Aproveché para preguntar algo que tenía dando vueltas en la cabeza desde que llegué: ¿cómo se las arreglan para mantener esos autos de 60 o 70 años en funcionamiento? La respuesta fue contundente: “Al auto lo toco sólo yo, no delego el volante a nadie”.
Santa María es extraordinaria. Tiene playas extensas, serenas y el mar de un color turquesa que conmueve. En el extremo, Las Gaviotas es un refugio de fauna al que se llega caminando. Aquí no hay construcciones, sólo un ambiente sosegado y un mar excepcionalmente calmo. Un paseo en velero por los cayos resulta el plan perfecto para descubrir las bellezas de este paraíso terrenal. Entre sus tesoros, Santa María cuenta con la segunda barrera coralina más grande del planeta, luego de la australiana. Otra buena opción es visitar La Estrella, uno de los pueblos armados en la zona con locales gastronómicos, tiendas y puestos de artesanos. Fuera de los turistas, nadie vive en los cayos. Los empleados de los hoteles y las tiendas recorren todos los días el pedraplén para ir y venir.
Datos útiles
Varadero
Dónde dormir
- Meliá Las Antillas. Un resort 4 estrellas sólo para adultos ubicado en la primera línea de la playa, cerca del delfinario. Habitaciones amplias y bien equipadas. Exuberante vegetación y playas amplias. El servicio es all inclusive con un buen buffet y restaurantes temáticos de cocina cubana, mediterránea, oriental. Desde u$s 100 la doble all inclusive. Autopista Sur Km 14, Carretera Las Morlas. T: +53 45 626262.
- Casa de Al. Este curioso restaurante está inspirado en el mafioso Al Capone y tiene un salón alegórico muy bonito. Se especializa en cocina caribeña y cubana. En la terraza hay mesitas con una vista impresionante del mar. Todos los días de 10 a 22. Avenida Kawama T: +53 45 66 8018.
Paseos y excursiones
- Cueva de Ambrosio. Es una excursión de medio día; punto de referencia en la arqueología cubana. La gruta alberga alrededor de 47 pinturas precolombinas. La mejor puede verse en la sala de las claraboyas, donde la luz solar se cuela a través de un agujero en el techo. Impactante.
- Cayo Blanco. Desde la Marina Gaviota salen embarcaciones hacia Cayo Blanco. Los tours, que pueden contratarse en los hoteles, incluyen el almuerzo y paseos náuticos no motorizados en el cayo. Algunas excursiones le suman snorkeling en la barrera coralina y baño interactivo con delfines.
Cayos Ensenachos
Dónde dormir
- Iberostar. El único hotel donde hospedarse en Ensenachos. Este cinco estrellas all inclusive tiene acceso a las playas más exclusivas del norte cubano: Megano y Ensenachos. Las habitaciones son elegantes y amplias. Muy buena la gastronomía, incluso en el buffet. Hay piscinas, deportes acuáticos y un lujoso spa. Desde u$s 120 la doble con sistema all inclusive. T: +53 42 35 0301.
Cayo Santa María
Dónde dormir
- Meliá Las Dunas. Un resort 5 estrellas situado sobre la playa más linda del cayo. Es enorme y se divide en sectores, uno familiar y otro para adultos, más relajado. Desde u$s 100 la doble all inclusive. T: +53 42 35 0100.
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