De una antigua rectoría a una cápsula en la montaña, pasando por un hostel en una mina y una versión bajo el agua, una selección de alojamientos fuera de serie.
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Dónde hospedarse siempre es un punto importante a definir al momento de planear el itinerario. Pero estos hoteles son un viaje en sí mismos. Diversos, rupturistas e insólitos, distintos alojamientos alrededor del mundo elevan la vara de la originalidad y redefinen lo que significa un hotel.
1. Peter & Paul (Estados Unidos)
Restaurar una iglesia
Peter & Paul es el fascinante resultado de una restauración de cuatro años de una antigua iglesia y colegio católicos. Consiste de cuatro edificios distintos, cada uno con su propia inspiración y narrativa, lo cual a su vez dio lugar a que cada uno de los cuartos sea completamente único. Las opciones de hospedaje son: el colegio, la rectoría y el convento, mientras que la iglesia fue renovada para eventos y reuniones sociales.
En el colegio puede encontrarse una paleta de colores que deriva de las pinturas religiosas producidas entre los siglos XIV y XVIII, y las habitaciones incluyen antiguas salas de clase, el auditorio y lofts bajo los aleros. Los muebles que las equiparon se dividen entre antigüedades recolectadas en ferias de Europa y fincas de Nueva Orleans y piezas creadas a la antigua usanza por artesanos de la zona.
Tal vez uno de los espacios más impactantes sea la rectoría, un edificio de 1875 de ladrillo a la vista donde solía residir el clérigo. Aquí funcionan cinco de los cuartos “más exquisitos”, incluyendo el espacio de reposo del rector, con una cama King con baldaquino y una bañadera de piedra hecha a medida. En tanto en el convento se despliegan siete “de los más tranquilos santuarios”, según describen en el hotel. Entre ellos, el cuarto de la Madre Superiora, en una sinfonía de azules y también con una majestuosa cama con baldaquino y borlas, además de un enorme tapiz y muebles de época.
Ubicado en Nueva Orleans, el hotel incluye el Elysian Bar, que ofrece desayunos, cenas y cocktails. Y no hace falta hospedarse para disfrutar de un café o trago en el patio con vista directa a los vitrales de la iglesia.
2317 Burgundy St, Nueva Orleans, Estados Unidos. www.ash.world/hotels/peter-and-paul.
2. Hotel Costa Verde (Costa Rica)
Dormir en una cabina de avión
La historia de este hotel comienza con un avistaje: su dueño vio un fuselaje abandonado en el aeropuerto de San José, Costa Rica, y preguntó por la posibilidad de comprarlo. Y así, un Boeing 727 de 1965, que supo ser parte de las líneas aéreas South Africa Air y Avianca Airlines, se convirtió en la suite más exclusiva de Costa Verde. Llamada “727 Fuselage Home”, hoy está tan modernamente equipada como inserta en las alturas de la selva a partir del ala derecha, lo cual hace sentir que el avión podría levantar vuelo en cualquier momento. “Transportamos cuidadosamente las piezas en cinco camiones a las selvas de Manuel Antonio, donde han sido resucitadas en una suite de hotel jumbo única. Nuestro avión, ubicado en el borde del parque nacional en nuestra zona Costa Verde 2, se alza sobre un pedestal de 50 pies”, describen desde el hotel.
Por dentro, la suite incluye muebles de teca tallados a mano en Java, Indonesia. También se compone de dos habitaciones, cocina, comedor, terraza con vista al mar, entrada privada al río y 360° de jardines circundantes. Y claro, la intimidad de que los únicos vecinos sean animales como tucanes, monos y perezosos. Es que este hotel de cuatro estrellas está ubicado justo al lado del Parque Nacional Manuel Antonio, en la costa del Pacífico de Costa Rica, proveyendo un entorno de absoluta riqueza natural.
Puntarenas, Quepos, Costa Rica. www.costaverde.com/espanol
3. Hostel Marketenteriet (Suecia)
Hospedarse en una mina
Un destino ideal para aquellos a los que les gusta dormir sin una sola luz. En Sala, en el condado de Västmanland, en Suecia, una antigua mina de plata fue reacondicionada y convertida en uno de los hospedajes más originales del mundo. A 150 kilómetros de Estocolmo, durante mucho tiempo funcionó el Museo de la Minería y el hotel Sala Silvermine, en el que era posible dormir dentro de esta mina sin actividad, pero que fue utilizada desde el siglo XV hasta 1908. Para seguridad, a los huéspedes se les brindaba un radio intercomunicador, dado que no hay ninguna señal posible en una suite a 155 metros bajo tierra. Y aunque en la mina la temperatura media anual es de 2°C, en las habitaciones llegaba a los 18°C.
Aunque el hotel fue cerrado en 2019, desde entonces funciona un hostel en la superficie, Marketenteriet, emplazado en el entorno de la mina. Era el espacio donde se planeaba hospedar a los mineros en los inicios del 1900, pero el proyecto nunca prosperó. Recién 100 años más tarde llegaron los primeros huéspedes, que hoy se alojan en una construcción histórica con ambientación de estilo vintage. Y que antes o después de su noche de descanso pueden vivir la experiencia completa y hacer un tour por la mina, con opciones que van desde descender unos 60 metros hasta 155, llegando a conocer los impresionantes lagos subterráneos que se esconden en las profundidades.
Drottning Christinas väg 9A, 733 36, Sala, Suecia. www.salasilvermine.com
4. Natura Vive (Perú)
Suspendido en las alturas
En la inmensidad natural del Valle Sagrado de Cuzco, este emprendimiento propone dormir suspendido en las alturas, colgado de la pared de roca de la montaña. Las Skylodge Adventure Suites de Natura Vive no son aptas para aquellos con vértigo, pero sí para quienes quieren experimentar la mayor comunión posible con la naturaleza. Completamente transparentes, estas cápsulas recuperan la idea de los portaledges, los dispositivos utilizados por los escaladores para dormir en la montaña con carpas colgantes, y les suman un acceso que permite que incluso aquellas personas sin experiencia previa de montañismo -pero con ganas de experimentar la aventura- puedan llegar. “Nuestros clientes califican la experiencia como única en la vida. Si bien tiene un reto involucrado, es parte de la recompensa vencer los miedos y compenetrarse con el lugar maravilloso donde estamos”, describen desde el emprendimiento.
Para dormir en estas suites a 400 metros de altura y disfrutar las noches más diáfanas y estrelladas es preciso ascender por vía ferrata o a través de un sendero con tirolesas. Una vez arriba, sin embargo, no hace falta bajar para nada: los skylodges tienen las comodidades de cualquier habitación de hotel, e incluyen desayuno y cena gourmet con vino. La propuesta está compuesta por tres cápsulas con una capacidad total de 8 personas, cada una hecha a mano con aluminio aeroespacial y policarbonato resistente a la intemperie, equipada con cuatro camas, un comedor y un baño privado. Para acceder, además de amor por la aventura, es preciso ser mayor de 15 años.
Aunque para facilitar la experiencia, en 2021 la empresa lanzó las Starlodge Adventure Suites, que mantienen las cápsulas pero agregan un acceso más simple, que no requiere hacer escalada ni tirolesa. Además, ofrece la opción de bañarse en tinas calientes de madera con vista al Valle Sagrado. Un lujo inolvidable.
Valle Sagrado, Urubamba Carretera Principal Ollantaytambo km 82-84, Cuzco, Perú. www.naturavive.com
5. The Manor (Países Bajos)
Internado, pero en un hotel
La historia de Ámsterdam está viva en este edificio que supo ser un hospital. Inaugurado como tal en 1891, en su momento fue el más moderno y equipado del país. Aquí nació una celebridad local como el futbolista Johan Cryuff y fue atendido Bernhard Lucas Emmanuel, Príncipe de Orange-Nassau, van Vollenhoven luego de tener un accidente de auto (de hecho, un ala completa del hospital fue reservada para él). Construido en épocas en las que Europa apenas comenzaba a florecer en esta clase de instituciones, el director médico y el arquitecto viajaron a Alemania en busca de inspiración para el proyecto. Factores como la importancia de la luz natural y las vistas a la naturaleza fueron tenidas en cuenta y hoy son doblemente apreciadas.
Más de un siglo después de su inauguración, el hospital fue usado como registro civil, por lo que algunos locales incluso tienen recuerdo de haberse casado allí. Hasta que en 2011 fue remodelado por completo y convertido en The Manor, un hotel de 4 estrellas. Fue necesario levantar el ático y recuperar por completo joyas arquitectónicas como sus escaleras y sus pisos, para en 2012 presentar un hotel que reinterpreta el estilo de 1890. Hoy tiene siete tipos distintos de habitación que combinan confort e historia y está inmerso en lo que se convirtió en uno de los barrios más efervescentes de la ciudad. “Y hay algo que no cambió: sigue estando abierto a todos los ciudadanos”, apuntan desde el hotel.
Linnaeusstraat 89, Ámsterdam. www.themanorhotelamsterdam.com
6. Conrad Maldives Rangali Island (Islas Maldivas)
Bajo el agua
Incluso en el increíble lujo que ostenta el resort Conrad Maldives, la experiencia Muraka es cosa seria. En este paraíso de aguas turquesas y arena blanca y suave, The Muraka es una residencia completa para huéspedes que quieren ir más allá. Está construida en dos niveles, y mientras arriba tiene dos cuartos y un baño con una bañadera que mira al océano, así como un deck con pileta de borde infinito, espacio de living, cocina y comedor, es en el piso inferior donde sucede la magia. Una escalera de caracol (aunque también un ascensor) conducen cinco metros bajo el agua a una habitación principal con un domo de acrílico de 180 grados. Y así, el cuarto entero está sumergido en el Océano Índico, incluidos el baño y el vestidor. De techo a piso, lo único visible es el océano y sus maravillosas criaturas, que se pasean con gracia alrededor del domo, dando una lección de vida natural y sostenibilidad.
En toda la residencia, los huéspedes también acceden a un mayordomo privado a disposición las 24 horas. Por supuesto, todo este agasajo tiene su costo: las tarifas para esta exclusiva suite comienzan en los US$10.000 y requieren un depósito del 50% previo a la estadía.
Isla Rangali 20077, Maldivas. www.conradmaldives.com
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