En 22.524 km2 condensa climas, cultura e historia. Es cuna de la independencia y sede de un certamen nacional que elige cada año a la Campeona de la Empanada. Guarda las alturas del Aconquija y el orgullo de sus quilmes.
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Guay de decirle “casita” a la Casa Histórica donde la Argentina selló su independencia de la corona española aquel 9 de julio de 1816. El diminutivo lo aprendimos en la escuela, pero no le cabe ni a la propiedad, ni a la institución, que integra la red de 27 museos nacionales y es uno de los más visitados del país. Tucumán es, además, una provincia aristocrática, devota y sumamente patriótica. De su memoria jesuítica da cuenta la localidad de Tafí del Valle. Claro que mucho antes fue habitada por los calchaquíes, cuyas tradiciones, leyendas y saberes pasaron de generación y generación para persistir aún hoy. Las Ruinas de Quilmes, a pocos kilómetros de la emblemática RN 40, son muestra cabal de su fortaleza. Resistieron al poder español durante décadas, en el siglo XVI.
Minúscula pero sumamente vasta, Tucumán se ganó el mote de Jardín de la República. Su pueblo es afable, con un particular uso del español: utilizan el pretérito perfecto compuesto (“he comido”) mucho más que el simple (“comí”). Tierra de ingenios azucareros, de limones, de artistas como Lola Mora, o Mercedes Sosa, la mejor época para visitarla es de marzo a noviembre, porque los veranos son muy calurosos.
San Miguel de Tucumán
El hito es, sin dudas, la Casa Histórica de la Independencia. Declarada Monumento Histórico Nacional en 1941, a principios del siglo pasado estaba en ruinas y hubo que repararla para que podamos verla como hoy. Edificada originalmente en 1760, recibe visitantes en ocho salas que conservan piezas originales, como la llave de hierro para entrar al salón de la jura, un sillón de Manuel Belgrano y el arcón de José de San Martín. Está a dos cuadras de la plaza Independencia, recientemente remozada, sobre una calle que se hizo peatonal para resguardarla del tráfico. Además de la Casa de Gobierno y el Museo Padilla destacan la figura neoclásica de la Catedral y la iglesia de San Francisco. Se puede visitar la plaza sólo para ver la magnífica estatua La Libertad, de la artista tucumana Lola Mora que se yergue en el centro, rodeada de lapachos.
También son imperdibles los sobrerrelieves en el patio de la Casa de la Independencia. Algo apartado del microcentro, el Barrio Norte es el eje de la noche tucumana, una de las más agitadas del noroeste argentino. Al este del centro, el Parque 9 de Julio es un oasis diseñado por Thays e inaugurado en septiembre de 1916 con reloj floral, pérgola, el lago San Miguel y calcos de esculturas famosas que Juan B. Terán (fundador de la Universidad de Tucumán) trajo de Europa. Este pulmón urbano hoy ocupa 100 hectáreas de las 400 originales. El otro espacio verde hay que buscarlo siguiendo la avenida Aconquija, que en minutos pasa del cemento a Yerba Buena, suburbio chic donde, pese a los shoppings y barrios cerrados que fueron apareciendo, se respira otro aire.
Para comer, alrededor de la Plaza Urquiza hay cervecerías artesanales y bares de moda. La comida regional –el locro, las empanadas– es un clásico, pero el sándwich de milanesa es una institución. Tiene que tener cebolla asada y picante de la casa, en pan tostado. Para reforzar la experiencia, hay variantes con jamón y queso, ají y huevo frito. Dónde comerlo es la cuestión. Hay varios boliches que se arrogan el mejor. Es como Boca vs River. Y encontrar el favorito es parte de la diversión.
Yerba Buena
Municipio contiguo a la capital, Yerba Buena está 12 kilómetros al oeste. Suburbio coqueto, tiene casonas que se erigen elegantes en las faldas del cerro San Javier, locales comerciales de moda y restaurantes bien atendidos. Sobre las avenidas Aconquija y Juan Domingo Perón se concentra la vida nocturna. Sobre el cerro San Javier, que es súper convocante de día, se mezclan runners, caminantes, ciclistas y hay quienes practican yoga. Desde acá salen los más valientes para hacer parapente y así ver desde el aire lo pujante de esta zona que durante años fue solo cañaveral.
Villa Nougués
A 50 minutos de San Miguel de Tucumán, se llega por la RP 340 y RP 338. Es una urbanización que nació a fines del siglo XIX con un propósito muy práctico: huirle al calor de la capital. Fue entonces que el ingeniero Luis Nougués construyó su casa en tierras de su familia que eran una extensión del ingenio San Pablo. La villa se fue armando a semejanza de Boutx, en los Pirineos franceses. Sumamente exclusiva, a más de 1.300 msnm, cobró identidad a medida que Nougués vendía o regalaba porciones de tierra cercanas a su casa a parientes y amigos. La capilla del Sagrado Corazón, de estilo neogótico, es más que pintoresca, sobre todo con las hortensias florecidas en verano.
Simoca
A una hora de la capital provincial, la Feria de Simoca tiene más de 300 años de historia. Los sábados eran de sulky y aún se mantiene la fiesta provincial en noviembre, pero desde que las motos ganaron adeptos, estos carruajes quedaron sólo para mayores. La feria se transformó en un gran paseo con puestos montados sobre fardos de paja donde artesanos del rubro que sea venden lo suyo. Hay también comida al paso y regional, y novedades tipo “todo por dos pesos” que vuelan de las manos de los comerciantes. Reconvertida y todo, es una de las ferias más auténticas y tradicionales del país.
Famaillá
Hace más de 40 años la Fiesta de la Empanada de Famaillá ascendió a Fiesta Nacional y se celebra en septiembre. Desde entonces, Tucumán tiene su campeona anual, y muchas se instalan en ranchos o carpas que van conquistando adeptos. Desde hace unos años, el pueblo tiene, además, un Paseo Temático Histórico que algunos llaman “del Bicentenario”. Está al costado de la RP 301y exhibe figuras de todo tipo: desde réplicas del Cabildo de 1810 y la Casa Histórica de la Independencia hasta Diego Maradona y el Chavo.
Raco y El Siambón
Raco habla de los orígenes de Tucumán. Nació en el siglo XVIII cuando los jesuitas montaron una estancia productiva hasta que fueron expulsados y sus propiedades subastadas. Entonces la familia Ruiz de Huidobro tomó posesión del lugar y muchos de los actuales habitantes son sus descendientes. Queda a 55 kilómetros al noroeste de San Miguel, a 1.100 msnm, en un paraje tranquilo. Similar a Villa Nougués y Yerba Buena en el hecho de reunir casas de fin de semana y veraneo, se trata de una localidad pequeña y sumamente agreste. Punto de partida para una cabalgata al cerro Cabra Horco, aquí se realiza la Fiesta del Caballo Cerreño que reúne jinetes empilchados y pingos de todas partes de la provincia. Es una fiesta que refleja el sentir norteño. Antiguas casonas devenidas en casaquintas y cascos de estancias completan el paisaje. A cinco kilómetros, El Siambón tiene el Monasterio Cristo Rey que construyeron los monjes benedictinos con piedras y madera en 1955. Ahora, además de rezar, hacen dulces y entonan cantos gregorianos.
Tafí del Valle
A casi dos horas de San Miguel, después de trepar la Quebrada de los Sosa, esta localidad condensa lo más vernáculo de la idiosincrasia tucumana. Supo ser lugar de paso al Alto Perú y estancia jesuítica allá por el 1.700, para luego quedar en manos de un puñado de familias patriotas que aún persisten. Algunas de las estancias se convirtieron en hosterías y guardan tesoros invaluables. El Museo Jesuítico La Banda rescata anécdotas y datos de aquellos comienzos. Tafí ofrece también una Ruta de los Artesanos que pone en valor el trabajo de ceramistas, teleros, carpinteros y orfebres que honran oficios que aprendieron de sus padres. En El Mollar, a 20 minutos de Tafí, se puede visitar el Museo a Cielo Abierto Los Menhires que conserva 125 moles de piedra –de mica, cuarzo y granito– que se estima que fueron hechas entre el 300 a. C. y el 900 de nuestra era por los indígenas de la zona.
Amaicha del Valle
La RP 307 trepa, en dirección al oeste, y va al encuentro con la RN 40, que conecta Cafayate, en Salta, con Santa María, en Catamarca. En el camino, un desvío valioso es el que propone el observatorio de Ampimpa. Amaicha del Valle es una localidad pequeña que organiza su turismo de manera comunitaria. Los guías locales invitan a conocer Tiu Punco, con sus asombrosas formaciones de greda. El paraje está habitado por unos pocos ancianos aislados de la civilización, que cuidan sus vides, su ganado, sus cultivos, y siempre están dispuestos a compartir una copla con los recién llegados. En la entrada del pueblo está el Museo de la Pachamama que reúne la obra –pictórica y escultural– del polémico artista Héctor Cruz, que durante años explotó el hotel de las Ruinas de Quilmes, hoy cerrado. La iglesia San Ramón Nonato tiene el techo confeccionado en madera de cardón.
El Bañado
La Ciudad Sagrada de los Quilmes está en esta localidad y a unos metros de la RN 40, en los valles Calchaquíes tucumanos, que corren en paralelo al río Santa María. Junto con Colalao del Valle y la minúscula Talapazo, que está arriba del cerro, es núcleo urbano que merece pormenorizada visita. Impactante por cómo se levantaba a lo alto y a lo an cho de la montaña, de la Ciudad Sagrada solo quedan las ruinas –muy bien reconstruidas–, que se recorren con guía para entender la grandeza de este pueblo que tardó años en rendirse a la conquista y fue castigado con una fatídica caminata hasta donde hoy está la localidad bonaerense que de ellos tomó su nombre. Viñas y pequeñas bodegas se suman a los atractivos de esta zona signada por la aridez, el sol radiante y las tradiciones ancestrales.
Datos útiles
San Miguel de Tucumán
- Garden Plaza. Uno de los hoteles más jóvenes y mejor ubicados de la ciudad: frente a la Plaza Independencia, con vista a la Catedral y a pocos pasos de la Casa Histórica. Laprida 35. T: +54 9 (3812) 15-4741.
- Hilton Garden Inn. Ubicado en el Central Tucumano –ex Mercado de Abasto–, el hotel de cadena internacional tiene piscina, gimnasio, sauna y jacuzzi. El menú del restaurante El Mercado es regional, pero también hay platos de impronta internacional. Miguel Lillo 365. T: +54 9 (3814) 53-2000.
- Sheraton. Hotel recomendable, con doble vista verde (al Parque 9 de Julio y al cerro San Javier). El restaurante Mora Bistró es una de las paradas foodies imperdibles, con platos creativos. Av. Soldati 440. T: +54 9 (3815) 51-1000. IG: @sheratontucuman
- Los Eléctricos. Es uno de los lugares señalados para comer los mejores sándwiches de milanesa de Tucumán. Despachan 800 por día. De lunes a sábado, de 20.30 a medianoche. Batalla de Suipacha 950. + 54 (3814) 23-8363.
- Don Pepe. Se especializa en el sándwich de milanesa y es el elegido de muchos. De 11.30 a 15 y de 20.30 a 1 de la madrugada. General Paz 463. IG: @don_pepe_sanwicheria.
- La Sirio. En la Sociedad Sirio Libanesa, en Barrio Norte, festín de labneh, hummus, kebbes, sfijas, niños envueltos y kebabs. Café a la turca y “dedos de novia” de postre. Todos los días, de 11 a 15, y de 20 a medianoche. Maipú 575. T: +54 9 (3813) 50-3808.
- Casa de la Independencia. Se puede visitar el salón donde se juró la independencia, que se mantiene en estado original, y las muestras transitorias. De martes a domingo de 9 a 13 y de 15 a 19 horas. Las visitas guiadas son de martes a domingos a las 10, 11.30, 16 y 17.30 horas. Congreso de Tucumán 141. T: +54 9 (3814) 31-0826.
- Fundación Miguel Lillo. Museo de ciencias naturales, museo histórico y jardín botánico. Creado por el naturalista “prócer” de la provincia, cuya valiosa colección de plantas y animales configuró la creación de la fundación que lleva su nombre. Además de las exposiciones, hay juegos interactivos temáticos. De martes a viernes, de 8.30 a 12 del mediodía. Miguel Lillo 251. T: +54 9 (3814) 86-3120.
Yerba Buena
- Casa Lola. Hotel boutique de siete habitaciones (cada una decorada con temática diferente) en una casa de 60 años en el casco viejo de la localidad, con gran jardín y piscina. Florida Sur 167. T: +54 9 3815 47-9146
- Los Hornos. Las empanadas al horno de barro son insuperables desde hace más de 30 años. La receta tucumana tradicional que se come “a pata abierta” se puede disfrutar en el salón y también comprar congeladas para llevar a casa. De martes a domingos, de 11 a 15.30 y de 19 a 1. Av. Aconquija 2419. T: +54 9 (3814) 25-0301.
- Chacho. Su nombre hace referencia a “el rey de la milanesa”, José Norberto Leguizamón, autor del mítico sándwich. Tan importante fue el personaje que el Día del Sándwich de la Milanesa se conmemora el 18 de marzo, en honor a su muerte. Lunes, miércoles y jueves de 20.30 a medianoche. Viernes, sábado y domingo de 20.30 a medianoche. Av. Aconquija 40. IG: @chacho.tuc
Raco y El Siambón
- La Pedrera Hotel Boutique. Una ex casa de veraneo perteneciente a una familia tradicional de Raco, transformada en hotel boutique con seis habitaciones y dos cabañas separadas del edificio principal. Ubicada en un terreno de 12.700 m2, el parque con añejos alcanfores, tipas, acers y eucaliptus, es protagonista. Quincho, piscina, galería, bar y living. Almuerzos y cenas. Atahualpa Yupanqui s/n. T: +54 9 3815 17-9486. IG: @lapedreraraco
- Cabra Horco Expediciones. En Raco, Nicolás Paz Posse coordina cabalgatas por puestos precordilleranos y cerros. Los precios son con pensión completa, bebidas, guías, caballos y alforjas individuales. T: +54 9 (3816) 53-6200.
- Monasterio Cristo Rey. En El Siambón, habitado por 12 monjes benedictinos de semiclausura, se los puede escuchar durante sus cantos y comprar productos en su tienda: miel, polen y propóleo, dulces artesanales y postres en conserva. Todos los días, de 9 a 12 y de 15 a 21 horas. RP 341 Km 27. T: +54 9 (3814) 92-5000.
Tafí del Valle
- Las Tacanas. Es una estancia jesuítica de principios del siglo XVIII que fue convento y quedó emplazada a pasos del circuito gastronómico y comercial de la ciudad. Tienen habitaciones muy bien puestas de diversos tamaños y baños a nuevo. Se destacan por la cordialidad en los servicios. Sirven desayuno. Av. Juan Domingo Perón 372. T: +54 9 (11) 6425-5534.
- Las Carreras. Es un antiguo puesto jesuítico de 1730 que hoy funciona como hotel de diez habitaciones (algunas dobles, otras triples o cuádruples). Parte de la construcción permanece original y el resto fue construido a nuevo, respetando la arquitectura del lugar. Decoran con textiles elaborados por los artesanos de la zona. Hay caballos mansos para salir de cabalgata y un tambo con fábrica de quesos. Sirven comida regional para el almuerzo y la cena. RP 325 Km 13. T: +54 9 (3816) 09-9607.
- Rancho de Félix. Desde 1963 ofrece minutas, comida regional y se lucen con la humita que solo se hace entre diciembre y junio, porque lleva choclo criollo. El salón es amplio. Todos los días, de 11 a 15 y de 19 a medianoche. Av. Pte. Perón y Belgrano. T: +54 9 (3867) 42-1022.
- Arismendi. A metros del dique La Angostura, el cocinero tucumano Álvaro Arismendi tiene aquí su restaurante escuela. Su sello es la elección de sabores locales para servir en versiones arriesgadas, y siempre abundantes. El ambiente es elegante, pero para nada rígido. De martes a domingo, de 12 a 15 y de 20 a 23 horas. RP 307 Km 57. +54 9 (3815) 52-3942. IG: @arismendi.restaurante.
- El Puesto. Jerónimo Critto lidera esta empresa que coordina cabalgatas por la zona desde hace más de dos décadas. Hay circuitos para principiantes que duran una hora: hasta La Mesada y con vistas de Tafí. Hay otros de una tarde completa, y también de varios días, con campamento. Av. Lola Mora 500. T: +54 9 (3814) 09-5900. FB: /ElPuestoCabalgatas.
- Los Menhires. A 20 minutos de Tafí del Valle. El recorrido tiene 125 moles de piedra –de mica, cuarzo y granito– que pudieron haberse hecho entre el 300 a. C. y el 900 de nuestra era por los antiguos habitantes de los cerros. De martes a domingo, de 9 a 19. Av. Los Menhires s/n, El Mollar. T: +54 9 (3814) 30-7678.
Amaicha del Valle
- Finca Albarossa. A pocos kilómetros del límite con Catamarca, coqueto hotel boutique sobre viñedo. Consta de 11 habitaciones con vista a los cerros calchaquíes. Hay bicicletas disponibles y una galería generosa. La cosecha de febrero es un plus para los huéspedes. Buena cocina. RN 40 Km 4282. T: +54 9 (3838) 60 1786.
- Museo de la Pachamama. En la entrada al pueblo, tiene una sala dedicada a la geología y otras históricas. Además, en los patios internos hay esculturas gigantes y salas con cerámica, tapices y pinturas del dueño del museo, Héctor Cruz. De lunes a sábados de 9 a 18. RP 307 Km 118. T: +54 9 (3816) 81-3935. FB: /MuseoDeLaPachamama
El Bañado
- Río de Arena. A unos minutos del límite con Salta, es un hotel con viñedo y bodega. Josefina Carro, hija de Roberto Pelín Carro, está a cargo del lugar. Cuenta con seis habitaciones que se distribuyen en dos casas bonitas. Son para entre dos y seis personas. Tienen además salones de uso común. Ofrecen el desayuno, y con previo aviso, sirven almuerzo y cena. RN 40 Km 4295,5. T: +54 9 (3815) 87-0037.
- Comedor El Corral de Piedra. A minutos de la Ciudad Sagrada de los Quilmes, es un típico restaurante de ruta con propuesta local. Hay empanadas de queso, además de carne, y tamales deliciosos. Todos los días de 8 a 20 horas. RN 40 Km 4298. T: +54 9 (3813) 55-5464.
- Ciudad Sagrada de los Quilmes. A unos metros de la ruta, se recorre entre senderos reconstruidos y muy buenas vistas panorámicas. El pago es a voluntad a los guías locales e incluye la entrada al Centro de Interpretación que está junto al acceso y muy bien montado. Todos los días, de 9 a 18 horas. RN 40 s/n. T: +54 9 (3815) 77-6314. IG: @ciudadsagradadequilmesarg
- Casa Amancay Ecoturismo. Sebastián Pastrana coordina salidas de turismo rural comunitario. Guía paseos al desierto Tiu Punco, a los pueblos indígenas de Altos El Cajón y a las fincas productoras de vino patero de la zona. Comparte anécdotas y hábitos que permiten entender la vida de campo en los valles calchaquíes. RP 307 s/n. T: +54 9 (3816) 74-3596.
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