A 113 kilómetros de Buenos Aires, la chef formada en Le Cordon Bleu abrió Corazonada, donde se especializa en platos de estación y cocina con flores.
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No hubo marketing ni business plan. No hubo estrategia de marcar tendencia al sumarse a un pueblo al que van llegando cada vez más propuestas de porteños. No hubo inversores de por medio. Lo que sí existió, fue la necesidad de salir de la ciudad y encontrar refugio y una vida diferente en el verde. Eso dio inicio a Corazonada, el nuevo restaurante de la chef Paula Méndez Carreras, esta vez en San Antonio de Areco.
Fue, verdaderamente, una intuición. Hace 12 años, apenas tres semanas les alcanzaron a Paula, su marido y sus hijas para organizar la mudanza a San Antonio de Areco. Estaban recién llegados de Australia, donde probaron suerte por unos meses, pero decidieron que no era lo que les gustaba y, mientras Paula veía los carteles de su programa en Elgourmet en la avenida Lugones, pensaba que ya no quería esa forma de cocina. A la vez, una alergia extraña había atacado a una de las chicas a partir de una ida a la plaza, y cada vez salían menos. “Mi marido pensó que no podíamos vivir más así, y mientras estábamos decidiendo qué hacer, surgió un proyecto para producir flores comestibles en San Antonio de Areco. No lo dudamos”, relata.
El emprendimiento de flores no funcionó, o al menos no lo hizo desde el inicio, pero fue el puntapié para empezar a pensar Corazonada. Ya instalada en el pueblo y feliz con la decisión, al tiempo encontró una casona desde cuyo jardín se veía la cúpula de la iglesia. Y fue suficiente para comenzar a imaginar el siguiente sueño. “No buscaba una casa, pero apareció. Nos la mostraron y sentimos algo inexplicable”, recuerda la chef hoy. También el tiempo fue maestro: pasó una década hasta la versión de puertas abiertas y clientes felices de hoy. “Fueron muchos años de frustraciones, de proyectos, de soñar y que las cosas no salieran. El tiempo lo fue moldeando”, apunta.
En ese lapso también fueron decantando sus gustos y deseos para hacer el restaurante fiel a su esencia. Todo aquello aprendido en sus años en Francia (estudió en Le Cordon Bleu), Londres, Líbano, Singapur y también en los restaurantes que comandó en Buenos Aires fueron influyendo en su estética y propuesta gourmet. “Pero también tuve que esperar, porque para hacer un proyecto en Areco me era muy importante conocer su gente, su cultura, su idiosincrasia”, describe. Esa paciencia le proveyó a Javier Jordan, arquitecto; a Florencia Lagos, paisajista; a Virginia Lagos, decoradora; y a Celina Volin, parte del equipo de paisajismo y quien se encargó de la iluminación.
Lo que estuvo desde el principio fue el nombre, parte de esa intuición que había llevado a toda la familia a Areco. Pero cuando empezaron a trabajar la casa y lo primero que hicieron fue llamar a un podador especialista en frutales, para que se ocupara con cuidado de una higuera y un ciruelo de muchísimos años, se llevaron una lindísima sorpresa: en el centro de la higuera había un corazón. “Fue muy conmovedor. Me hizo reafirmar que todo tiene un sentido”, cuenta Paula. Al día siguiente de ese descubrimiento comenzaron la obra.
El resultado fue un espacio sumamente fresco y natural, respetuoso del tiempo y la tradición pero pleno de funcionalidad y confort. “No tuvimos que hacer una gran transformación, porque la casa hablaba. Me importaba mucho su zaguán, que me recuerda a la casa de mi abuela, y lo quería completamente libre”, relata. También dejó despojadas varias paredes, porque la idea es no distraer las miradas y dejar que descansen en las texturas del espacio. Dos pantallas grandes de ratán fueron el disparador para continuar con un interiorismo con protagonismo de las fibras naturales. “Quise que todo fuera muy orgánico y natural”, sintetiza la cocinera.
La propuesta
Un buen equipo, ideas que fueron decantando y el tiempo suficiente para ser una vecina más finalmente dieron vida a Corazonada en abril de 2022. Fiel a la cocina de Paula, lo describe como una propuesta a base de flores comestibles, con acento en los productos de estación. Esas mismas flores que soñó producir a su llegada a Areco hoy componen y adornan sus platos, combinadas con vegetales que cosecha en su huerta o compra a productores locales. El menú ofrece cuatro entradas, platos principales y postres, de los que se puede combinar para realizar dos o tres pasos.
“En la pandemia me di cuenta de que hace 30 años que toda mi cocina es atravesada por las flores. Hace 20 hacía helado de polvo de orquídeas, o un conejo con flores de Centaurea. Pero jamás lo pensé desde el lado de la tendencia, aunque luego lo fue, y ahora estoy volviendo a disfrutarlo”, cuenta. Es a partir de las flores de cada estación que nacen sus cartas, que cambian no solamente con las temporadas sino también con los ingredientes que van apareciendo y su tiempo de frescura. Así, las protagonistas de primavera son las amapolas californianas, las rosas, la flor de sauco y aquellas de hierbas como el cilantro y la salvia. En tanto su plato preferido de estos días es la ensalada Lou Lou, con hinojo, pepino, palta, durazno y frutilla. “Me gusta mucho combinar frutas y verduras”, describe.
Creada a su imagen y semejanza, Corazonada es un espacio que se adapta a la vida de la chef, que ante todo asegura ser madre (de tres adolescentes). Por eso, no abre todos los días, aunque desde noviembre lo hará de miércoles a sábados al mediodía y ciertos domingos. En su página, www.corazonada.com.ar, puede chequearse el calendario mensual, porque además de estar abierto como restaurante, la chef aprovecha un generoso espacio de cocina para dar clases especiales. Es lo que sucederá todos los viernes de este mes, de 10.30 a 14.30, para cocinar y luego almorzar.
“Llega gente de Junín, Pergamino, Rojas, de varios pueblos alrededor. Y por supuesto, de Buenos Aires. También del mismo Areco, aunque ellos prefieren no venir los fines de semana, que se llena más”, ilustra Paula. Siempre con reserva -aunque los lugareños pueden probar suerte los mediodías de semana-, si la chef tuviera que elegir, no duda: su mesa preferida es una redonda, con vista directa al jardín y a aquella cúpula de la iglesia que la enamoró hace 10 años.
Belgrano 569, San Antonio de Areco, www.corazonada.com.ar
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