Los reductos tradicionales, los más nuevos y otros reeditados en la capital de provincia.
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Combinación infalible de masa con carne o con queso, las empanadas son y serán ese bocado perfecto que se deshace entre jugos, picantes y texturas. En Salta, donde salir a comer es parte fundamental de la propuesta turística, las empanadas chorrean, llevan la carne cortada a cuchillo y combinaciones de queso que nunca necesitan del jamón. Con pequeñas variaciones de tamaño, ingredientes y repulgue, son un placer a mano de cualquier bolsillo. Y como la oferta es múltiple, saber cuáles son las más ricas es clave para una celebración gastronómica sin fisuras.
La Nueva Criollita
Con treinta años como La Criollita, hoy son la nueva versión del local que manejan los ex empleados del lugar. Ahora como cooperativa, impidieron el cierre en pandemia y se rearmaron para seguir ofreciendo las mismas empanadas de siempre, preparadas por la misma cocinera.
Las de carne son jugosas, con papa y la carne cortada a cuchillo en el tamaño justo. Son chicas –como la mayoría en Salta–, pero lo suficientemente contundentes como para que alcance con comerse cuatro. Claro que la masa es casera, como en el caso de las de queso, que es mucho más hojaldrada. Sabrosas al extremo, se las puede combinar con tamales o humitas. Todo en zona gastronómica, en un espacio sencillo, pero muy agradable. Abren todos los días de 12 a 15.30 horas, y de 20 a 24 horas. Zuviría 306. T: (387) 431-7342.
La Tacita
Queda hace casi treinta años frente a la Basílica de San Francisco. Porfidio Aucachi, de 64 años y nacido en Bolivia, es el dueño y quien atiende este bolichito que figura en las guías de viaje internacionales. Buscavidas, tenía una heladería cuando cansado de vender solo en verano, apostó al café. Estaba en rentas patentando el negocio cuando lo apuraron y le puso La Tacita.
No imaginó que una compañera del bar le daría la receta de empanadas que hoy prepara su señora en la parte trasera del local. Y que como viene del mundo del helado, ejecuta con precisión. La de carne es cortada a cuchillo, bien finita, con cebolla de verdeo, papa y huevo. Ofrece también empanadas de pollo y de queso. Tiene una opción de jamón y queso “para los porteños”. Entre tres y cinco es una ración lógica. Abre todos los días de 8 a 23 horas. Caseros 396. T: (387) 431-8289.
La Salteñería
Javier Briones es el dueño de este local que hace tres años ofrece empanadas de carne y de queso en las inmediaciones del Convento de San Bernardo. La de queso con papa y cebolla de verdeo está particularmente increíble, y no se queda atrás la de carne cortada a cuchillo, que es de colita de cuadril con papa, cebolla de verdeo, cebolla común y pimientos.
Las sirven entre el salón y los patios internos, donde cocinan en hornos de barro. Las hacen también fritas y se organizaron para venderlas congeladas y que los turistas las puedan transportar a cualquier destino del país. Para aquellos que las prefieren más grandes, tienen una variedad que se llama Salteñas Potosinas, con carne, pollo, papa, cebolla y aceitunas.
Abre de martes a sábados de 11 a 16 horas y de 19 a 23. Los domingos, de 11 a 16. Catamarca 7. T: (387) 636-8403. IG: @lasalteneria
El Buen Gusto
Con más de cincuenta años en el rubro, son posiblemente las más elegidas por los salteños que viven aferrados a los usos y costumbres de la ciudad. De aspecto perfecto, con el repulgue diminuto y apretado, las hacen de carne, queso o de pollo. Chiquitas y livianas, hay quienes se limitan a cuatro o cinco, pero muchos aseguran que hay que comerse 10 para darse por alimentado.
El salón de estilo club social hace a la sobriedad del ambiente. Tienen mesas afuera. Poco afectos al marketing y la publicidad, debido a la alta demanda y a lo concurrido del lugar, muchas veces las empanadas –que es lo único que sirven, además de bebidas– se acaban y no se reponen. No queda otra que volver al día siguiente. Abre de martes a sábado de 11.30 a 15 horas y de 19.30 a 23. Los domingos, de 11.30 a 15 horas. O’ Higgins 575. T: (387) 421-4861.
La Casona del Molino
Este clásico de los clásicos funciona sobre una construcción de 1671 que en algún momento fue almacén de ramos generales. No es un boliche de empanadas, sino un punto de encuentro, una verdadera peña, mucho más auténtica que las de la calle Balcarce, “for export”.
Aquí a las empanadas de carne o de queso se les suma la chance de abrazar el verdadero espíritu folclórico de los salteños. Porque entre salones que se distribuyen alrededor de patios, suenan distintas zambas, al son de la guitarra y bombo, todo de forma espontánea. Artistas casuales que cada tanto se cruzan con consagrados, para sorpresa de los comensales. Las empanadas son apenas más grandes que la mayoría de las que se sirven en la provincia, con un leve horneado más intenso de la masa. Y pueden comerse con algún locro, tamal o humita en chala. Abre de martes a domingo desde las 12 hasta las 15 horas, y desde las 21 hasta las 2 de la mañana. Coronel Luis Burela 1. T: (387) 434-2835. FB: LaCasonaDelMolino
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