Con las nuevas restricciones, varios restaurantes adaptan sus propuestas y ofrecen menús originales y tentadores cuando cae el sol.
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Flexible. Así podría describirse la agenda de salidas de los habitantes del AMBA estos días. Tras casi dos semanas de las nuevas restricciones a la circulación, son muchos los que se han adaptado a los horarios más tempraneros y convirtieron a la tardecita en su momento de disfrute. Del otro lado, los bares y restaurantes levantaron el guante y afilaron sus propuestas para seducir y no perder ventas en tiempos difíciles.
1. DOC
Desestructurar el ritual del vino
El auge de los bares de vinos es un hecho este 2021, y DOC es uno de sus mejores exponentes. Aquí se invita a descubrir el vino que más se amolda a cada paladar y disfrutarlo de manera relajada, lejos de la pretendida formalidad que muchas veces rodea este rito. En ese camino, convoca sobre todo a jóvenes, en un ambiente similar al que podría hallarse en una cervecería, pero copas en mano.
¿Qué ofrecen? Etiquetas de productores pequeños y medianos y de bodegas de distintas latitudes del país, con uvas tradicionales y otras no tanto. Todo, a precios accesibles y con la posibilidad de tomar por copa algunas variedades y la carta completa por botella. Incluso ofrecen una degustación previa en la barra, para asegurarse de dar con la selección ideal. En ese momento es posible pasar por el “desafío del corchito” y jugar, a lo Sábado Bus, a embocar un corcho en un copón y así poder llevarse una copa de regalo.
En DOC también ofrecen generosas picadas, panes de queso, empanadas caseras, sándwiches artesanales (el Lonza, con lomo horneado con hierbas, queso, albahaca y orégano en pan ciabatta con aceitunas negras es muy recomendable) y hasta postres con el toque justo de dulce, como una degustación de chocolates.
Con espacio en la vereda y un patio con gradas de madera y una exuberante enredadera, se anticipa como un buen punto de reunión para las tardes de otoño.
Cabrera 4977, Palermo. T: 2534-4166. Martes a domingos de 12 a 19.
2. Lardo & Rosemary
Lo callejero no quita lo gourmet
En el tranquilo barrio de La Lucila se ubica Lardo & Rosemary, un restaurante que hace rato dejó de ser reducto de conocedores. ¿A qué debe su fama? Una carta rica y distinta, que cambia cada 45 días pero siempre mantiene la impronta de tapeo callejero con guiños de la alta gastronomía. Una que por este tiempo ofrece platos como el bao negro, un pan al vapor con tapa de asado desmenuzada y braseada con cocción bien larga, remolacha cruda y cilantro. “Fue uno de nuestros primeros hits y ahora volvió”, relatan desde el emprendimiento.
Otra estrella de estos días son las gyozas, dumplings vegetarianos a base de cebolla de verdeo, zanahoria fermentada, achicoria y hongos de pino. Sus porciones son ideales para compartir y así poder probar un poco de todo, algo muy propicio tanto para los indecisos como para los tentados.
Si bien para maridar sus platos cuentan con distintos tipos de gin tonics y vermut, podría decirse que el vino es la opción más natural. Además del restaurante, aquí funciona una vinoteca llamada Club Vilardo, que acompaña la propuesta y ofrece etiquetas a precios imbatibles.
“La gente de a poco se va acostumbrando a venir mas temprano, quizás directo de la oficina a comer y beber algo. A mí me parece súper sano, siempre y cuando el clima acompañe a la experiencia de tarde”, sostiene Pipe Colloca, encargado. Para apuntalar estas ventas decidieron retomar el delivery y take away de la noche, así como abrir los sábados al mediodía. “Mientras, en la vinoteca lanzamos combos diarios de vinos con un importante descuento”, agrega.
Av. Del Libertador 3810, La Lucila. 3255-2270. Martes a viernes de 17 a 19 y sábados de 13 a 19.
3. La Fuerza
Recuperar el vermú
Fue uno de los pioneros en devolverle a la ciudad el encanto del vermú o vermut. La Fuerza nació precisamente con esa premisa y fue creado por un grupo de amigos amantes de esta bebida, mezcla de bartenders, periodistas gastronómicos y emprendedores. De hecho, lo hizo como parte del proyecto de crear un vermut con impronta local, el homónimo La Fuerza. Esa versión es la que sale de sus canillas, elaborada en Mendoza con cepas locales (malbec y torrontés) y hierbas autóctonas.
En una casa de 1933 en la que supo vivir una familia italiana –tal el origen de esta tradición vermutera– la propuesta es pedir platos para ponerlos en el centro de la mesa y compartir.
“Lo que más servimos son buñuelos, tortilla, fainazzeta, milanesa y la provoleta”, describe Martín Auzmendi, uno de los socios. El espíritu de recuperar la tradición pisa fuerte también en este punto: ofrece variantes de triolet como el de la casa, con lupines, aceitunas y batatas fritas, o uno especial con salame Génova Pietro Sorba, pategrás y aceitunas con pan de masa madre.
“No nos gusta pensar en maridajes, sino en una situación en la que el vermú va muy bien, con comida rica, bien preparada, que se lleva con nuestras tres versiones”, agrega Auzmendi. Aunque detrás del vermut con soda o tónica (ganador absoluto entre los pedidos), también se inscriben los partidarios del Spritz con La Fuerza y el Negroni.
En plena reinvención, extendieron su apertura a las 12 también a los días de semana, y redoblaron las propuestas: hay promociones de almuerzos para compartir, “hora vermú” de 17 a 18 y descuentos en el almacén contiguo al bar para llevarse botellas y seguir el happy hour en casa.
Av. Dorrego 1409, Chacarita. T: 4772-4874. De lunes a domingo de 12 a 19.
4. Lutero Bar
Tapear mientras cae el sol
Lutero se presenta como un bar de tapas y su menú lo demuestra con creces: papas crocantes con crema de cilantro, hummus con pan de masa madre, fainá al verdeo con babaganush y crema de zanahoria y provoleta con tomates cherry confitados, albahaca y pesto. En una esquina de Chacarita y con varias mesas al aire libre, además de estos tapeos también hay generosas pizzas napolitanas de masa madre, sándwiches y tartas.
Para brindar, algunos recomendados de la tarde son un vermú Lunfa rosado de verano, el gin tonic Heráclito botánico o el Aperol primavera Spritz, reversionado con jugo natural de pomelo rosado. “También tenemos una carta de vinos orgánicos riquísimos, cerveza artesanal y tragos más clásicos”, apuntan. Por estos días además están incluyendo un muy fresco Bloody Mary, una buena transición hacia la nueva temporada.
Y para aquellos que quieran anticipar aún más su salida, bien vale un almuerzo. Con el clima benévolo de este otoño porteño y el sol perfecto que pega en esta esquina pasado el mediodía, la cita es puro disfrute, ya sea con un plato hecho y derecho, un café o un trago que relaje la tarde.
Av. Jorge Newbery 3801, Chacarita. T: 4177-2882. Miércoles a domingo de 12 a 19.
5. Ronconcon
Sabores latinos
Un tapeo distinto propone Ronconcon, este restaurante que se ubica lejos del ya obvio circuito palermitano. En el barrio de Caballito, planta bandera con un menú de cocina latina en el que fusionan productos autóctonos y recetas típicas de Venezuela, Colombia, Perú, México y Ecuador con guiños a la gastronomía argentina. Su formato de carta corta y platos pequeños y medianos es ideal para esta premisa de salir a tapear y tomar algo temprano: ceviche de pesca curada con ají amarillo, maíz chuspillo, mango y chips; mollejas de degolladura sobre cachapas de chimichurri de huacatay y lima; y empanadas de osobuco en cocción lenta acompañadas de salsa de ají picante y suero costeño son algunos ejemplos tentadores.
En el plano de las bebidas, Ronconcon también se distingue de acuerdo a lo diverso de su propuesta. Ideada por el bartender y socio Emilio Bruno, la carta coctelera ofrece tragos como un gimlet con gin, flor de Jamaica, cilantro y lima, Tamarindo Daisy con tequila de chiles secos, cordial de tamarindo, triple seco y limón o un Zombie de Jalisco, con tequila silver, tequila oro, piña, Angostura, canela y pomelo.
De cara a las nuevas restricciones, la atención sucede en la vereda, con varias mesas en una clásica calle del barrio. Aunque para quienes quieran tapear en casa, también sumaron servicio de take away y delivery. El espíritu latino sabe viajar con fidelidad y calidez.
Beauchef 527, Caballito. T: 2085-5860. Martes a domingos de 12 a 19.
6. Vermutería La Vaca
Whisky y chimichurri
Vermutería La Vaca es un creativo desprendimiento de un clásico absoluto de San Isidro. Como celebración de los 40 años de la emblemática parrilla La Vaca, los bartenders Iñaki Olabarrieta y Wilson Pires (jefes de barra de Florería Atlántico) crearon una carta inspirada en la parrilla: el tradicional vermut. Está dividida en tres secciones y 20 cócteles que prometen sorprender.
Una de sus estrategias es la reversión de clásicos, como un whisky, tequila o vermut al que se le añade algún producto bien parrillero, como un almíbar de barbacoa en un Old Fashioned o un jugo de tomate asado con tomillo en un Bloody Mary. Salsa criolla, morrones asados, ají molido y hasta sal de chimichurri también pueden hacer al efecto imprevisto.
Otra sección ofrece bebidas con vino o vermut y la tercera se llama Compartiendo alegría y propone cócteles creados con vino pero pensados para compartir, como un clericó con gin, vino blanco, espumante, soda, néctar de sauco, menta y rodajas de pepino. Y no puede obviarse el vermut de la casa, Vermut La Vaca, aromatizado con hierbas.
Fiel al espíritu que le dio vida, La Vermutería resignifica los sabores parrilleros para tapear. Tortilla de papa con morrones asados, buñuelos de acelga con salsa de mayonesa de remolacha y lima y mollejas de gallo y de corazón a la parrilla acompañadas con salsa de pico de gallo son algunos ejemplos. Todo se puede degustar en el nuevo sector que alberga esta clásica parrilla sanisidrense, con identidad propia pero a la vez manteniendo la esencia campestre y vintage tan típica del lugar.
Pte. Roque Sáenz Peña 1017, San Isidro. T: 4747-0571. Lunes a domingos de 12 a 19.
7. Francisca del Fuego
Mucho más que pizza
Reconocida por su pizza de masa madre, Francisca del Fuego ofrece mucho más que una gran versión de este plato. De hecho, puede ubicarse entre los más dignos exponentes del tapeo con su oferta de “platitos”, como hummus, aceitunas sanjuaninas con pan de masa madre, coliflor al horno de barro, berenjena ahumada o cabutia de verano al horno de leña. También con sus sándwiches como el pita falafel o el pita carne braseada y con sus empanadas de carne, verdura, hongos, humita, queso de cabra y cebolla y jamón y queso.
Para acompañar, hay múltiples opciones: cerveza tirada, vinos, espumantes y lo que ellos denominan soft y hard drinks. Un ejemplo del primer grupo es el trago Eva, con sauco y sidra; en el segundo se ubica un Nativo, con Jameson, miel de eucalipto, jengibre y limón. Además, proponen mocktails para aquellos que prefieren algo sin alcohol, como agua de Jamaica o Indian Lemonade.
Abierto a partir del mediodía y con amplios espacios al aire libre para estos días de cuidados reforzados, ofrecen un ambiente cargado de vegetación, en el que se destacan ciclos de músicos y DJs invitados de jueves a domingos a partir de las 14. El happy hour es desde las 12.
Avenida Infanta Isabel 220, Arco 14. T: 5836-3195. Martes a domingo de 12 a 19.