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La tormenta viene del sur y tiñe de negro el final del camino sobre la RP 40. Atrás quedó Colonia Carlos Pellegrini. De mano derecha, un cartel anuncia la entrada a Estancia Rincón del Socorro. Cuando las primeras gotas caen sobre la camioneta, el colorado de la tierra cobra fuerza. Llegamos al casco de la estancia más afamada y exclusiva de Corrientes. Aquella que fue hogar durante seis meses de los últimos veinte años de vida de Douglas Tompkins, el empresario y filántropo que cambió para siempre el rumbo de los Esteros del Iberá. El hombre que se enamoró de este nutrido y exuberante humedal a fines de los 90 e ideó un plan estratégico para conservar e introducir especies extinguidas. El aventurero que para lograr su objetivo inspiró a lugareños y a extranjeros.
Entre los nacidos y criados en la provincia está Dahiana Mansilla. Tiene a cargo la hostería que hace 16 años funciona como con huéspedes y que pertenece a la Fundación Rewilding Argentina que nació de Tompkins. “No llegué a conocerlo pero siento como si lo hubiera hecho. Su legado se respira en el ambiente”, asegura la experta en Turismo que nació en Yatay Tí Calle, cerca de Goya, se crio en el campo y estudió en Buenos Aires para ser parte de la organización hace cuatro años. Fue solo por un par de meses que no conoció al conservacionista que murió de hipotermia en un accidente de kayak en los lagos de Chile, en diciembre de 2015. Fue tras 72 años signados por el deporte y dejando dos hijas y una viuda, Kristine McDivitt Tompkins, cómplice absoluta de sus aventuras.
“Doug pasaba el otoño y el invierno, en Rincón del Socorro. Cuando murió, sus botas quedaron en la entrada, sus abrigos colgados y nadie tocó nada. Para Kris fue difícil regresar. El primer invierno no vino; el segundo llegó acompañada de amigos íntimos y solo estuvo un mes; y recién el tercero se quedó tres meses”, revela Dahiana sobre el regreso de la viuda del filántropo a su casa argentina. Y agrega: “Perder a su marido de un día para el otro fue un golpe seco. Entonces se convirtió en la cara visible del proyecto. Siguió el legado de su marido, pero además nos impulsó a reinventarnos. ‘Algún día yo tampoco voy a estar y alguien va a tener que seguir con la obra de Douglas’, nos dijo. Había proyectos en ejecución y varios otros en el tintero. Doug solía tener varios objetivos en paralelo”, cuenta Dahiana. Apunta que este año Kristine estuvo en Iberá unos días del verano, que en Chile la sorprendió la pandemia y que después de algunos meses voló a su casa Santa Paula, California, desde donde extraña Iberá.
Esencia de estancia
Mientras guía la recorrida por la casa principal, nuestra anfitriona comparte detalles de la historia de Rincón del Socorro. “Este casco se estableció en 1896 en una estancia ganadera de la compañera inglesa Liebig. Varias familias y empresas la manejaron durante cien años con la misma modalidad. Fueron los Blaquier quienes se la vendieron a Tompkins en 1998. Él había llegado a Iberá un año antes, se había enamorado del lugar y había comprado la estancia San Alonso. Esta fue su segunda propiedad y la eligió por su ubicación estratégica. La convirtió en base operativa de su proyecto de conservación en Iberá”, cuenta Dahiana.
Cuando avanzamos por las galerías, detalla que por entonces el matrimonio se instaló en lo que había sido la casa de los mayordomos, porque el casco estaba venido abajo y funcionaba como un depósito. Que estaba abandonado, repleto de hormigueros y de murciélagos. Pero que, maestro de la convicción, Tompkins apostó a aquellos cimientos para instalarse y sacar adelante una hostería. Recién en 2004 completaron la remodelación que respetaba el estilo original: español clásico. “Doug estuvo en cada detalle. Desde la pintura que se usaría en las paredes hasta la elección de los juegos de cubiertos. Pensó qué cuadros irían dónde y qué libros se expondrían. Y todo se respeta a rajatabla. Si hay que reponer alguna pieza de la vajilla porque se rompió, se busca siempre la original que eligió Douglas. Para él la estética no era un tema menor… Al contrario, era muy importante”, apunta Dahiana.
La hostería abrió en diciembre de 2004 y funciona con 11 habitaciones. La estancia de 12.000 hectáreas se completa con galpones y casas de personal. Todas con un mismo estilo. Estuvo concesionada durante varios años y desde 2017 es administrada por la organización. Ofrece programas de pensión completa con cabalgatas, navegación, safaris y senderismo. El chef, quienes limpian, los recepcionistas y los guías son correntinos.
“De octubre a enero llegan huéspedes de todas partes del mundo. Muchos vienen a hacer avistaje de aves. Los argentinos suelen venir en vacaciones de invierno o fines de semana largos. El mejor elogio es que se sintieron como en casa”, apunta Dahiana. Y entre los extranjeros, tal vez el personaje más ilustre que haya pasado por acá sea la reina Máxima de Holanda, que vino para pasar unos días en octubre de 2017 con su familia. Quienes la trataron revelan que el clan se sumó a todas las actividades que les propusieron.
En el living de la hostería y con un té de por medio, Dahiana asegura que la propuesta de Rincón del Socorro es netamente sustentable. No tienen aire acondicionado. Hay galerías, ventanas y ventiladores que aseguran corrientes de aire. La clave, según explica, es adecuarse a los horarios que propone la Mesopotamia. Claro que tampoco usan plásticos, todo es reciclable y biodegradable.
Cuentan con una huerta orgánica de dimensiones generosas y por eso siempre tienen productos de estación para acompañar clásicos de la zona como mbeyú y chipá. La carta de Rincón del Socorro tiene una marcada impronta litoraleña. Y usan servilleteros, individuales y artículos de decoración fabricados por artesanos de la zona. ¿Televisión e internet? Sólo en áreas comunes. Porque la idea por estos lados es que el estero, con sus dimensiones y sus encantos, cautive a los huéspedes así como cautivó a Tompkins hace más de veinte años.
Rincón del Socorro. Está sobre la RP 40, a 38 km de Colonia Carlos Pellegrini, en Corrientes. T: (11)5272-0343 / (0379) 499-6868. Web: www.rincondelsocorro.com.ar IG: @rincondelsocorro
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