Son la esencia de la provincia de Buenos Aires, donde el tiempo parece detenerse y las historias brotan en cada rincón. Auténticos boliches centenarios, emporios familiares rescatados, tradiciones intactas. Un viaje culinario por el norte bonaerense para sumergirse en la rica herencia gastronómica y cultural de la región.
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Desde el emblemático Bar El 2 de Mayo en San Andrés de Giles, con sus paredes impregnadas de memorias bosteras, hasta el rescate del Boliche Bessonart en San Antonio de Areco, donde la fachada torcida es testigo de más de un siglo de historia, el encanto del Almacén de Ramos Generales en el mismo pueblo, la trayectoria secular de Los Ombúes en Chenaut, y el resurgimiento familiar del Almacén CT & Cía en Azcuénaga: un recorrido por cinco de las mejores pulperías y restaurantes en el norte de la provincia de Buenos Aires.
Bar El 2 de Mayo
Se lo detecta en las afueras de San Andrés de Giles, una realidad aparte donde basta con cruzar el umbral para sentir que el tiempo, mágicamente, se detuvo.
Aquí no hay paredes desnudas. Todos y cada uno de los rincones que le dan sentido a este espacio inalterado exudan anécdotas: leyendas, inscripciones, fotos de encuentros y mucha memorabilia bostera: la pasión late en Juan García, dueño del bar, y en su grupo de habitués que suelen cerrar el local para cumplir con el rito sagrado de ver un partido de Boca Juniors a puertas cerradas. El dato es importante: si se está por visitar este icónico boliche, ese día la puerta estará trabada.
Mientras corta en cuadraditos unas fetas de mortadela y las junta con un poco de queso, Juan apura un vermut y cuenta que esta esquina de ladrillos a la vista y aberturas pintadas de verde inglés fue construida en 1901. Fundado por Eleuterio Rodríguez, un inmigrante asturiano, el “Boliche de García” –como lo llamaron siempre– es un “testimonio material de una época”, según reza su declaratoria como Lugar Significativo.
En 1944 Eleuterio le vendió el negocio a Juan Pedro García, padre del actual propietario, quien no sólo preservó el nombre original del boliche, sino que dedicó su vida a sostener la esencia de este lugar.
- Abre de lunes a sábado de 11 a 13 y de 18 a 22; domingo, de 11 a 13. Acceso Morgan y Soldado Maciel, San Andrés de Giles. T: (02325) 44-0106.
Boliche Bessonart
Emblema de San Antonio de Areco, estuvo a punto de ser demolido, pero uno de sus herederos lo pudo rescatar. Y así salvó un pedazo de historia de la localidad gaucha.
Esta antiquísima casona dos veces centenaria alberga uno de los boliches más significativos de la provincia de Buenos Aires, cuya fachada está literalmente torcida. Augusto Bessonart, actual dueño, siempre estuvo convencido de que el lugar debía volver a ser epicentro de la vida arequera.
Ya lo había sido durante más de cien años como almacén de ramos generales, propiedad de la familia Castex, hasta que en 1951 pasó a manos de su familia. Hace poco más de 20 años, la sociedad se disolvió y entre idas y vueltas, el edificio se deterioró y la Municipalidad deslizó la posibilidad de demolerlo por peligro de derrumbe. Hoy sirven picadas, ensaladas y buenas empanadas que prepara el propio Augusto, quien recomienda especialmente las de cordero cortada a cuchillo.
Y un secreto que ya no lo es tanto: la preparación del Fernet es con Pepsi. “No es un invento mío, yo lo veía prepararlo así a mi viejo”, reconoce Augusto. “Y no sólo eso, un cliente de toda la vida me contó que mi abuelo ya lo preparaba así”.
- Abre de miércoles a viernes, desde las 17 hasta la medianoche. Sábado, domingo y feriados, a partir de las 11 en horario corrido. Zapiola 151, San Antonio de Areco. T: (2326) 65-5600.
Almacén de Ramos Generales
Un gran clásico de Areco. Aquí la parrilla se luce y desde el menú también emiten sus brillos la pesca de río y platos vascos.
Cuando en el año 2000 Juan María Aldasoro logró hacerse de una parte del viejo caserón que hoy ocupa su restaurante, supo enseguida lo que quería: un pasaje al pasado, ambientado de manera tal que pudiera rimar con la tradición arequera. Más de 20 años después, esa identidad luce intacta: mobiliario antiguo, utensilios de campo, objetos que rememoran otras épocas.
La casa, construida en 1850, funcionó como casco de una estancia de la familia Castex y era, literalmente, el borde del pueblo: a partir de allí, empezaba el campo. Un recomendado a los postres: la mousse de chocolate, que es bien casera y replica una receta de un amigo chef. Por Ramos Generales suelen pasar actores famosos, políticos, embajadores y productores audiovisuales de todo el mundo que ni siquiera se conocen en la Argentina.
Muchos eligen el restaurante de Juan como escenario cotidiano para sus comidas, como fue el caso de Ricardo Darín cuando grabó Kóblic junto a Oscar Martínez. “Acá se sienten como en casa, es lo que buscamos”, dice Juan.
- Abre todos los días, de 12 a 16 y de 20 hasta las 24. Zapiola 143, San Antonio de Areco. T: (2326) 41-4786. www.ramosgeneralesareco.com.ar
Los Ombúes
Una trayectoria secular abonada desde 1915 por los Inzaurgarat, en Chenaut, partido de Exaltación de la Cruz.
Detrás del mostrador de su pulpería-almacén, Elsa Inzaurgarat cuenta que “cuando era niña y pasaba el tren, no había luz, se hacían bailes con música en vivo alumbrados con faroles a kerosene”.
Los Ombúes sigue tan vigente como el primer día. Es donde se da cita la peonada, donde se juega al truco y al pool y donde se sirven picadas con tragos pampeanos que preparan ella y su marido, Jorge Horacio Rossi. Cinzano, Fernet y soda son los ingredientes que se mezclan una y otra vez sobre la barra de chapa para darle forma al cóctel, con la velocidad de la experiencia.
Elsa cuenta que este lugar “siempre fue una pulpería”, y que ya tiene más de 240 años. Dan fe de ese pasado evidente la reja que antes separaba al cantinero de los gauchos, intacta, empotrada en el sitio que ocupa hace un largo siglo; las viejas y anchas paredes de pesado adobe, y los palenques, oxidados, que resisten el transcurrir de un tiempo que aquí juega a detenerse.
- Abre de martes a domingo, de 9 a 12.30 y de 18 a 22. A 5,8 km desde la ruta 193 (pavimento en mal estado), en el ingreso a Chenaut. T: (2326) 47-2477.
El Almacén CT & Cía
Diez hermanos comandan el restaurante que funciona donde antes hubo un poderoso almacén familiar de ramos generales.
Esta es una historia de ascenso, caída y resurrección del clan Coarasa Terrén. Primero fue Rafael Coarasa Terrén, que llegó al país desde España con 13 años para trabajar en el almacén que sus tíos comandaban en Azcuénaga desde 1878. El negocio creció hasta convertirse en un verdadero emporio, al ritmo de las cosechas y el tren que pasaba justo enfrente.
Era un almacén de ramos generales, vigoroso y pujante, que además comercializaba granos y administraba campos. Pero como muchas de estas historias, la migración del campo a la ciudad, la tecnificación y la repentina muerte del tren, hicieron añicos el negocio que quebró en 1969. Los Coarasa Terrén fueron testigos del lento desguace del sueño de sus antepasados.
Hasta que, a mediados de los 90, Enrique, el hijo de Rafael, pudo recomprar la propiedad y salvar parte del legado. En su lecho de muerte, el padre les hizo prometer a sus diez hijos (Enrique, Juan Manuel, Mariana, Carolina, Santiago, Nicolás, Eugenia, Lucas, Agustín y Gustavo) que jamás volverían a desprenderse de la bella esquina que, pocos años después, generó el renacer de Azcuénaga.
- Abre los sábados, mediodía y noche. Domingo y feriados, mediodía. En verano (marzo incluido), también los viernes por la noche. Terrén y Vildósola, Azcuénaga. WS: +54 9 2325 65-1115. IG: @elalmacenct
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