PaRx es un programa que prescribe dos horas de contacto con la naturaleza a la semana para tratar afecciones psicológicas. Respaldado por la BC Parks Foundation, ha ganado apoyo masivo con más de 12 mil profesionales de la salud emitiendo más de 600 mil “recetas de naturaleza”.
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La primera vez que la doctora Melissa Lem recetó “naturaleza” fue durante la pandemia de Covid-19. La paciente tenía “una ansiedad significativa” que le impedía salir de su casa. Tampoco podía socializar y estaba teniendo problemas de desempeño en el trabajo. Además de prescribir un medicamento ansiolítico, Lem le sumó una visita a un parque nacional durante la semana. “Enseguida ella recordó cuánto disfrutaba pasar tiempo al aire libre”, cuenta. “Un mes después, estaba sorprendida del progreso que había logrado: le iba mejor en el trabajo, tenía más energía, estaba menos ansiosa y pasaba mucho más tiempo al aire libre”, agrega.
Así fue el inicio del programa ideado por Lem en Canadá, PaRx, que aporta un enfoque revolucionario para la medicina general, en especial, para tratar afecciones psicológicas. La iniciativa, respaldada por la BC Parks Foundation, insta a los médicos canadienses a recetar a sus pacientes dos horas en la naturaleza a la semana, en segmentos de 20 minutos. Desde su inicio, más de 12 mil profesionales de la salud se han unido, emitiendo más de 600 mil recetas de naturaleza para quienes buscan alivio para trastornos de ansiedad y otros problemas de salud mental. “Escuchar comentarios de los pacientes acerca de lo mejor que se sienten después de recibir este tratamiento es lo que me hace seguir prescribiendo naturaleza a mis propios pacientes e inspira mi trabajo continuo en este campo”, explica Lem, que en 2022 ganó el premio Nature Inspiration Award del Canadian Museum of Nature.
Lem se autodefine como “doctora de familia itinerante” y está más que convencida del camino que están trazando desde PaRx. “Mi motivación personal para crear y liderar el programa surge de mi trabajo como profesional de la salud para mejorar la salud de mis pacientes, basándome en evidencia científica y en mi propia experiencia”, revela. Ella se dio cuenta de la importancia que tenía el tiempo que pasaba en la naturaleza cuando se mudó de una zona rural, en el norte de Columbia Británica, hacia Toronto, un entorno bien urbano y mucho más caótico. “Eso me llevó a investigar y descubrir una enorme cantidad de evidencia detrás de los beneficios de la naturaleza para la salud que no tenía idea de que existían, y a querer compartir esa información con el público, los tomadores de decisiones y otros profesionales de la salud”, añade. El resto fue dándose con naturalidad: unió sus fuerzas con la BC Parks Foundation y pronto pusieron en marcha el programa de prescripción de la naturaleza.
El 90% de los usuarios se sienten “más felices” cuando están afuera, donde se produce una rebaja drástica de los niveles de cortisol (hormona del estrés). Se reduce el riesgo de desarrollar enfermedades cardíacas, diabetes e hipertensión. Produce beneficios para la memoria, la creatividad y el trabajo. Se reduce la inflamación general del sistema inmunológico. Hay un mejoramiento del estado psicológico y una reducción del desarrollo de enfermedades autoinmunes. Y hay un incremento de la expectativa de vida. Con toda esta evidencia se encontró Lem en sus investigaciones, que pueden chequearse en la web de PaRx, con los estudios que lo respaldan. “Casi no hay condición de salud para la que el tiempo en la naturaleza no sea bueno, desde hipertensión y diabetes hasta ansiedad, depresión y Trastornos por déficit de atención e hiperactividad (TDAH)”, asegura.
No es algo menor. Según Naciones Unidas, la situación de la salud mental en todo el planeta es extremadamente preocupante. Antes de la pandemia, casi mil millones de personas ya sufrían algún trastorno mental diagnosticable. Desde entonces, la pandemia del Covid-19 ha afectado a la salud y bienestar mental de muchas más personas, tanto las que ya padecían estos problemas como las que no. Se calcula que la pandemia ha incrementado entre un 25% y un 27% la prevalencia de la depresión y la ansiedad a escala mundial.
La respuesta de la comunidad médica en Canadá fue abrumadoramente positiva. Con más de 12 mil profesionales de la salud registrados en el programa, que representan más del seis por ciento de todos los médicos del país, la prescripción de la naturaleza se integró en el asesoramiento rutinario sobre el estilo de vida de los pacientes. Para Lem esto es tan “importante como una dieta saludable, el ejercicio y el sueño para promover un estilo de vida saludable”.
Desde que comenzó a operar, en noviembre del 2020 en Columbia Británica, PaRx no hizo más que crecer. Desde 2022 tiene alcance nacional y una encuesta reciente les arrojó que ya se prescribieron más de 600 mil recetas de naturaleza, incluyendo miles de Parks Canada Discovery Passes. Un éxito rotundo.
Déficit de Naturaleza
Hace ya 20 años, el periodista y escritor norteamericano, Richard Louv, introdujo un término que, desde entonces, viene tomando impulso en el ámbito académico: el trastorno por déficit de naturaleza. Para Lem, este concepto -aunque no sea un diagnóstico médico reconocido- permite hablar de la raíz de lo que nos aqueja hoy en día: “Hablamos de la falta de conexión significativa a la tierra y a los demás”.
En ese sentido, la doctora advierte que muchos padres se lamentan de presentarles las pantallas a sus hijos demasiado pronto y no poner límites suficientes. “Nuestros cerebros continúan desarrollándose desde la infancia hasta los 20 años y, desafortunadamente, de alguna manera estamos inculcando una predilección por el tiempo frente a la pantalla en el cerebro de los niños, porque los juegos, los videos virales y las redes sociales están diseñados para ser adictivos”, apunta.
“Creo que deberíamos dejar de incorporar deliberadamente más pantallas para desnormalizarlas y darnos más posibilidades de pasar tiempo sin ellas”, aporta. A modo de consejo práctico, sugiere desconectarse y encontrar formas de “incorporar el tiempo verde en la rutina, con la mayor frecuencia posible; salir a caminar con amigos por un parque sin tu teléfono, o al menos apagado para que tu atención no se distraiga con las notificaciones”.
En un mundo que enfrenta desafíos de salud mental cada vez mayores, programas como PaRx ofrecen una perspectiva innovadora y esperanzadora para el bienestar de las personas y comunidades. Y no están solos en su misión. Además de Canadá, Estados Unidos cuenta con un programa nacional de prescripción natural, y el Reino Unido ha invertido en proyectos piloto locales. Con el creciente interés global en las recetas de naturaleza, PaRx es un socio clave en dos importantes proyectos de investigación de terapias basadas en la naturaleza que han atraído una financiación de 10 millones de dólares canadienses. “Sólo puedo ver que esta práctica se expandirá en el futuro”, augura.
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