Nació gracias al aporte fundamental de un filántropo estadounidense. Se puede recorrer en kayak y dormir en cómodos refugios sobre pilotes.
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Son las cuatro de la mañana y vale la pena salir de la carpa, caminar unos metros hasta el muelle flotante del refugio en la isla Dolores (los otros dos se encuentran en las islas San Genaro y Campichuelo). El cielo está descubierto y estrellado. La noche, calma. Se adivina la silueta de los kayaks con los que navegaremos cuando salga el sol. La costa es un cordón negro arbolado y oscuro que serpentea por ambas orillas y parece unirse en un punto del ancho cauce. Todo está en silencio a esa hora; sólo se escucha el plácido y monótono sonido del golpeteo del bote en el muelle.
Hace tres años, en 2021, la ONG Banco de Bosques adquirió –con el aporte del filántropo estadounidense Gilbert Butler, de Butler Conservation– tres islas ubicadas en el Uruguay, a pocos kilómetros de la localidad de Colonia Elía, para llevar adelante el desarrollo del Parque Natural Provincial Islas y Canales Verdes del Río Uruguay. Creado el 15 de noviembre de 2023 por el Decreto 4320, se compone de unas 15 islas en un área total de 4.006 hectáreas, de las cuales 2.700 son las donadas por Butler Conservation y 1.306 eran fiscales. Butler Conservation canaliza sus aportes mediante la entidad de conservación global Wildlife Conservation Society (WCS), que supervisa técnicamente el proyecto que Banco de Bosques implementa en Argentina y Ambá en Uruguay.
Se trata de un proyecto binacional que se basa en tres ejes fundamentales: Restauración del Ecosistema, Programa de Kayak para Escuelas y Ecoturismo. La “media naranja” del lado uruguayo es impulsada por la ONG Ambá. En el departamento de Fray Bentos, las islas que se compraron fueron Ingá, Pinguino (sin diéresis) y Chalá, próximas a las localidades de San Javier y Nuevo Berlín, donde se construyeron refugios similares a los entrerrianos. El 14 de marzo de 2023, las dos flotas, argentina y uruguaya, se encontraron en la líquida frontera y desplegaron un cartel que decía: “Un solo río, un solo parque”.
La idea final del proyecto, si bien cada una de las ONG lo seguirá gestionando bajo los tres ejes mencionados, es donar las tierras y que pasen a ser patrimonio de los gobiernos de ambos países para incrementar la categoría de protección en las márgenes del tramo inferior del río Uruguay. El decreto que creó el parque en noviembre de 2023 será confirmado por ley de la Legislatura entrerriana el mes que viene.
Emiliano Ezcurra Estrada, exvicepresidente de Parques Nacionales y exdirector de Campañas de Greenpeace, es director ejecutivo de Banco de Bosques y profundo conocedor del territorio argentino. Trabaja activamente junto con la Butler Conservation Fund y es la cara visible del proyecto, puesto que Butler tiene 86 años y cultiva muy bajo perfil. Tan discreto es que pocos saben que su fundación está presente desde hace varios años en nuestro país. Arrancó en el PN Perito Moreno, donde construyó 10 refugios muy modernos y bien equipados, que han aumentado ampliamente, en variedad y cantidad, los senderos disponibles. Y así, callado, sin prisa, pero sin pausa, planea expandirse en la creación de nuevas áreas protegidas, como La Reina, en Jujuy, vecina al Parque Nacional El Rey (Salta). En la actualidad, Emiliano se reparte entre viajes a las yungas, los canales fluviales del Uruguay y la expansión de la Reserva Natural Estricta San Antonio, que gestiona la Administración de Parques Nacionales en Misiones, a través de un programa de pequeños y medianos donantes.
A remar
Esta vez, nos acompaña en la exploración del Uruguay. Empezamos por conocer el refugio Aguará Popé, el único hasta ahora bautizado por chicas y chicos de sexto grado de Colonia Elía. Salimos desde el puerto Campichuelo, navegamos hacia el extremo norte de la isla, donde hacemos una corta caminata entre vegetación nativa. Luego, Darío Cuenca nos lleva en lancha río abajo hasta el arroyo Solitario, el que separa la isla San Genard de la isla Dolores, donde nos quedamos hasta el día siguiente.
Tenemos un poco de miedo de pasar frío. Están previstos dos grados bajo cero para la noche. Cuando Estrella, la fotógrafa, sugiere dormir en carpa, en lugar de acomodarnos en el refugio, me dan dudas, pero la decisión fue excelente. Emiliano no sólo trajo ropa térmica para nosotras, sino que, además, apenas llegamos a la isla Dolores, a las cinco de la tarde, encendimos un fuego vivificante. Las llamas nos dan calor, sirven para brasear el asado de la cena y nos convocan a su alrededor en una charla que se estira hasta la medianoche. En ningún momento sentimos frío, y la frase de Emiliano –”acá se puede disfrutar en invierno, en primavera, en otoño y en verano: se puede disfrutar todo el año”– cobra sentido.
Es laborioso y admirable el trabajo que están haciendo de restauración del ecosistema y el control de plantas exóticas invasoras. Emiliano nos cuenta: “En una primera etapa, hubo distintos grupos de biólogos viniendo a hacer la línea de base de biodiversidad, que es un gran censo sobre distintos gremios: aves, mamíferos, flora”. Luego se sumaron Mariel Bazzalo, doctora en Ciencias Biológicas, y Dante D’Ambrosio, coordinador de Voluntarios y Logística de Banco de Bosques, junto con un equipo de voluntarios. “Ciertas plantas –cuenta Mariel–, como el fresno o la mora, son exóticas, que una vez que llegan aquí se reproducen con gran éxito en detrimento de las especies nativas”. Para combatir esto, es necesario hacer controles periódicos que restauren el ecosistema. “Cada vez que llega el equipo de voluntariado, recorre la isla e identifica dónde están las plantas exóticas invasoras. Les hacemos un anillado, se corta la corteza para que la planta en pie, en el bosque, se vaya muriendo y luego esas ramas se vayan reincorporando al ecosistema. Además, registramos todo y volvemos a ver cómo fue el anillado, o el tipo de tratamiento, y así vamos evaluando la eficiencia de nuestra extracción y control de exóticas”, detalla Mariel.
Al día siguiente, después de haber pasado una noche reparadora, salimos de la carpa. Nos espera un mate caliente al lado del fuego otra vez encendido. En un rato saldremos a navegar en kayak y Martín Castillo, el guía, nos da una breve clase. Iremos hasta el arroyo Solitario, donde se encuentra la “jaula” de los kayaks que utilizan para el Programa de Escuelas, una propuesta que realizan con alumnos de 11 años en adelante, y fue una condición innegociable que puso Gilbert Butler: era fundamental que el proyecto incluyera recreación de calidad y al aire libre para niñas y niños. Para eso, hay 80 kayaks a disposición de los chicos. Un detalle importante que hace que esto se pueda llevar adelante con seguridad y sin riesgo es el plan de gestión que incorporó la prohibición de la navegación de jet ski y motos de agua en todos los canales interiores de las islas y los arroyos.
Los micros escolares llegan hasta la base operativa en el continente. Se les cuenta acerca del proyecto y se los conduce a la playa, donde reciben una capacitación en maniobras de kayak. En 2022, la actividad fue tan exitosa que debieron habilitar el doble turno (recibían escuelas dos veces por día) y, por esta misma razón, contar con la ayuda de instructores del Club de Regatas de Concepción del Uruguay. Uno de los momentos más lindos de la actividad es la entrega de los diplomas de bautismo de kayak que se les da a los niños.
Navegamos durante 40 minutos hasta el arroyo Solitario. Martín nos asiste todo el tiempo desde otro kayak. Darío timonea la lancha que nos acompaña muy de cerca. La tranquilidad es absoluta, casi la misma que sentí a las cuatro de la mañana. Pienso en la importancia de regular el tránsito de estas aguas: no se oyen motores, la corriente tiene el movimiento natural, vamos a un ritmo que permite disfrutar de la observación de la vegetación de la costa bajo el sol otoñal.
Una vez que llegamos, Leandro Ríos, encargado de la guardería, recibe los kayaks y los ubica en la jaula. Seguimos en lancha hacia la isla San Genaro y luego hacia la isla Corazón, donde están los barcos a medio hundir de la época en que había una operación de canto rodado. Algunos asoman como la punta de un iceberg. Navegamos bordeando las embarcaciones y tomamos río arriba hasta la zona norte de la isla Campichuelo, donde hacemos un pícnic.
La tercera parte de este valioso emprendimiento que ha renovado la actividad de Colonia Elía es el ecoturismo. Durante 2022 se hizo la capacitación de guardaparques locales, quienes recibieron su diploma y uniforme de manos del gobernador, en la playa de Campichuelo. Una de las capacitaciones que tuvieron que realizar los flamantes guardaparques –siete de Colonia Elía y dos de Concepción del Uruguay– fue una visita guiada al Teatro Colón de la Ciudad de Buenos Aires. La idea de ese paseo era “inspirarse” en la pasión que transmiten los guías al contar la trayectoria del histórico teatro.
Para llevar adelante el desarrollo sustentable del turismo en el Parque Natural Provincial Islas y Canales Verdes del Río Uruguay, Banco de Bosques se asoció con Destino Naturaleza, una agencia de Gualeguaychú, liderada por Juan Martín Rivas, más conocido como Cucho. Los turistas amantes de la naturaleza que visiten esta maravilla vegetal y anfibia pueden elegir entre varias opciones: pasar el día, o pernoctar una, dos o tres noches, con o sin comidas incluidas.
Los refugios tienen una estructura metálica pintada de negro con revestimiento en madera, todo de excelente calidad; son cómodos y muy estéticos. Las panorámicas desde cada uno son distintas, frondosas y tranquilas. Tienen dos niveles. En la parte inferior son abiertos y cuentan con una mesa con bancos, y en la parte de arriba –por si hay crecidas– está lo que hace las veces de habitación, con buenas aberturas, bancos donde abrir la bolsa de dormir, percheros y otras comodidades.
Para conservarlos así de impecables es imprescindible hacer un uso responsable del espacio. Al llegar, un cartel estipula las reglas. Por ejemplo, quitarse el calzado antes de entrar, no pernoctar sin aislante ni bolsa de dormir, no generar ruidos molestos ni escuchar música a alto volumen.
El fuego sólo se debe realizar en el sector destinado a ello; está prohibido dañar la vegetación, cortar ramas y árboles vivos. Los baños, instalados a metros, y conectados por un camino zigzagueante de baldosones prolijamente colocados, funcionan con un sistema biodigestor con lecho nitrificante, que evita la contaminación de las aguas.
Al completar nuestro pícnic del mediodía, en una mesita gratamente colocada bajo la sombra y cerca de la orilla, subimos a la lancha para regresar al continente. Antes, nos queda una última parada, un paisaje que termina por coronar cada uno de los que ya vimos desde las islas, la lancha, el muelle bajo la noche estrellada. Darío conduce hasta la punta norte de la isla Osuna y echa amarras. Bajamos y caminamos sobre una arena tan blanca que me recuerda otras latitudes. Estamos en una preciosa playita aparecida como por arte de magia. El viento corre apenas, nuestra vista se detiene en los reflejos del sol sobre las aguas del gran río Uruguay.
Datos útiles
Parque Natural Provincial Islas y Canales Verdes del Río Uruguay. Navegación en kayak y senderismo con guías habilitados. Algunas opciones: Recorrido Expedición Isla Campichuelo (medio día, sin comidas) $25.000, Expedición Isla Campichuelo y Arroyo San Miguel (1 día) $55.000, Expedición Isla San Genaro (2 días) $140.000, Expedición Tres Islas (3 días) $240.000. Las tarifas indicadas son por persona para grupos de 4 personas, con comidas incluidas. Se reducen por contratación de más personas y si el pasajero se lleva su propia comida. Se puede hacer uso y pernocte en los refugios sin guía, pero para llegar a ellos, en kayak o en lancha, es imprescindible hacerlo con personal del parque. La navegación en kayak sin guía sólo se permite con el nivel ACA 3 aprobado y vigente. Puerto Campichuelo, a 11 km de Colonia Elía. T: (11) 2271-7122. IG: @dest.naturaleza y @bancodebosques.
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