Parquizados, silenciosos y con interesantes propuestas gastronómicas, los espacios verdes cotizan alto en primavera.
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La primavera comienza a desplegar su calor incipiente y la flora está en auge. El despertar de la naturaleza se siente en toda la ciudad, que de a poco se embriaga con el perfume de los jazmines e intensifica su verde a cada paso. Si bien hay muchos patios y terrazas para disfrutar este paisaje natural, los jardines son especialmente encantadores. Se los detecta en ciertos hoteles, bares, museos y restaurantes de la ciudad: además de aire libre y espacios abiertos, despliegan la frescura del pasto y árboles de copa frondosa. Aquí, siete versiones poco evidentes para agendar y disfrutar esta temporada.
1. Hotel Emperador
Silencio absoluto en pleno Recoleta
Es uno de esos íconos que se mantiene vigente a través del tiempo. Con 265 habitaciones y suites, el Hotel Emperador suele ser sede de eventos corporativos y sociales, y en muchos casos el lugar elegido es su jardín, llamado Terrazas del Museo. Este espacio verde lleno de palmeras, enredaderas, cascadas y canteros coloridos “está disponible para desayunar, almorzar o disfrutar del té de la tarde. Al caer el sol se preparan tragos y tapas, además de la opción de cenar al aire libre”, cuenta Cecilia Hovsepian, directora comercial. El acceso está permitido tanto a huéspedes como a clientes externos.
La propuesta es sentarse en una terraza con sillas de hierro, mesas de mármol y un gazebo que balconea al jardín, y allí disfrutar el momento, cualquiera sea la hora del día. Con un verde intenso que absorbe los ruidos, cuesta creer que está ubicado sobre la avenida Libertador. “Es un gran diferencial del resto de los hoteles”, destaca Hovsepian, “en pleno corazón de Recoleta, este jardín es un oasis en medio de la ciudad”.
Libertador 420, Recoleta. T: 4131-4000. www.hotel-emperador.com.ar.
2. Congo
De vacaciones en la ciudad
Cuando Congo abrió sus puertas en 2004, Palermo no era ni remotamente lo que es ahora. Había muy pocos locales, en su mayoría bares que se iban animando a poblar la zona. Entre ellos fue pionero este espacio, ubicado en una casona típica del barrio en la que también había lugar para un jardín de árboles añosos y bien tupidos. Y ese, su jardín selvático, como lo llaman, es una de las claves de su éxito y permanencia 18 años después.
“Aquí ofrecemos la sensación de estar de vacaciones en la ciudad, aunque sea por un ratito, mirar hacia arriba y ver solo árboles y cielo, brindar con un rico trago y escuchar linda música de todo el mundo, desde Brasil hasta África”, describen desde el lugar. En este sector siempre verde puede disfrutarse de DJ sets todos los fines de semana (algunos en vinilo), live sets electrónicos, shows en vivo casi todas las noches -de jazz, salsa, funk y soul- y ciclos de películas al aire libre. Acompañan una coctelería con especialidad tiki/caribeña, cerveza tirada, mocktails, vinos seleccionados, tapas para compartir y 11 variedades de pizza al horno de barro, en una versión bien finita y crocante.
Sobre su convocatoria con el jardín como fuerte, sostienen que no pretenden ser un lugar “solo para conocedores”. “¡Queremos ser el secreto peor guardado!”, sintetizan los dueños.
Honduras 5329, Palermo. T: 6185-9368. www.congoclubcultural.com.ar.
3. Palacio Noel
De otro tiempo
Una de las sedes del Museo Hispanoamericano Isaac Fernández Blanco, está en el barrio de Retiro y forma parte de la red de museos del Ministerio de Cultura de la Ciudad de Buenos Aires. En una casa que representa como pocas la arquitectura neocolonial de la década de 1920, el jardín posee una fuerte impronta andaluza gracias a sus patios revestidos de cerámicas, sus fuentes, sus generosos frutales (sobre todo cítricos) y sus olivos. Lo interesante es que no completa la idea con los típicos laberintos de esta escuela, sino que suma otras especies americanas como ombúes, palos borrachos y jacarandás. El resultado es una combinación tan ecléctica como única. Al ser dos lotes unidos por herencia, además, el jardín se extiende en desniveles de lo más sentadores.
Si bien aquí no es posible tener una opción gastronómica, sí puede ser una grata experiencia sentarse en sus bancos a leer, escuchar música, meditar o simplemente observar el paisaje. Esto puede hacerse después de visitar el interior del museo, donde se aprecian las colecciones de arte hispanoamericano y español de los hermanos Martín y Carlos Noel, fusionada a su vez con la colección de Isaac Fernández Blanco. En ese caso, la entrada cuesta $100. Pero si no se visita el museo y simplemente se accede al jardín, es gratuita. A completa disposición para disfrutar en el barrio de Retiro.
Suipacha 1422, Retiro. T: 4327-0228. www.buenosaires.gob.ar/museofernandezblanco/palacio-noel.
4. Sofitel Buenos Aires Recoleta
Té parisino
Desde hace cuatro años, la cadena Sofitel tomó posesión de uno de los hoteles más reconocidos y tradicionales de Recoleta, el Caesar Park. Adquirido por Accor Hoteles, el edificio de la calle Posadas, justo frente al Patio Bullrich, se caracterizó siempre por sus ambientes amplios y su gran servicio, pero lo que no tantos saben es que además cuenta con un jardín en un generoso pulmón de manzana.
“Nuestro jardín es un espacio verde increíble oculto en la ciudad. Se accede desde el primer piso del hotel, y tiene una fuente central y luego mesas y sillas distribuidas”, describe Noelia Benvenutto, gerente de marketing y comunicación del hotel.
En general, es utilizado para muchos eventos en formato de cocktail, pero a partir del 15 de octubre los sábados y domingos también se ofrecerá aquí el tradicional té de la tarde. Lo que antes solo podían disfrutar los huéspedes (que pueden acceder en cualquier momento y generalmente lo hacen para tomar sol o luego de utilizar el gimnasio o el spa), ahora también será de acceso para clientes externos. El servicio será dado por La Pâtisserie, el restaurante interno que ofrece lo mejor de la pastelería artesanal francesa. El menú perfecto para un té en uno de los rincones y barrios más parisinos de la ciudad.
Posadas 1232, Recoleta. T: 4819-1100. www.all.accor.com/hotel/8932/index.es.shtml.
5. Croque Madame Palacio Paz
Sentirse parte de la realeza
Ya es un sello de la cadena Croque Madame la búsqueda de locaciones distintas para ubicar sus restaurantes. En el pasado lo hizo en el Museo Larreta, el de Arte Decorativo y la Colección Amalia Lacroze de Fortabat, entre otros puntos icónicos. Y hace un año, su último desembarco fue en el Palacio Paz. “Es el Palacio de Buenos Aires con mayúsculas. Vemos como un gran logro esta alianza estratégica, y sentimos que de algún modo contribuimos a abrir las puertas de este sitio histórico a más personas, que hoy con la excusa de un café pueden disfrutar de un lugar de estas características”, relatan desde la cadena.
Esta apertura incluye a la gran joya, el jardín. Es uno de los mayores atractivos de esta, la que supo ser la residencia más grande de Argentina, construida en el 1900. Enmarcado por fachadas internas, cuentan que son muchos los clientes que se quedan deslumbrados antes de atravesarlas, fascinados por la belleza arquitectónica.
Una gran fuente principal y una vegetación omnipresente que se teje en enredaderas, palmeras y canteros son parte del encanto que recibe a los comensales. En este marco es posible aprovechar desde la mañana a la noche, con cafetería y repostería y también con sándwiches, ensaladas, risottos, pastas y carnes, entre otros. “Disfrutar de la gastronomía a cielo abierto entre la belleza de la arquitectura Beaux Arts es una experiencia inigualable y un plan imperdible en la ciudad”, alientan desde el restaurante.
Av. Santa Fe 750, Retiro. T: 155-934-4555. www.croquemadamepalaciopaz.com.ar.
6. Home Hotel Buenos Aires
Una casa en la ciudad
En diciembre de 2005, Home Hotel abrió sus puertas con una gran historia detrás: fue creado por un productor de música inglés y una RRPP argentina pero residente en Irlanda, a quienes al casarse en Buenos Aires en 2002 les costó encontrar un espacio con el clima que buscaban para alojar a todos sus invitados. Por eso, cuando decidieron venir a vivir a Argentina (para ella, Patricia O’Shea, era su regreso tras 16 años afuera), pensaron en crear aquello que buscaban y lo bautizaron “Home”.
Sin tantos exponentes de la hotelería boutique por aquel entonces, tuvieron éxito desde el comienzo. De hecho, lograron el premio Wallpaper al mejor nuevo hotel del mundo apenas inaugurados. Entre sus aciertos estaban sus habitaciones cálidas y silenciosas, su locación en un Palermo cada vez más burbujeante, y, por supuesto, su pool garden, un jardín de vegetación frondosa con una fresca pileta. Además de sus huéspedes, también cada vez más locales encontraron en este lugar un remanso de paz para degustar uno de los mejores brunch de la ciudad.
Este interés creció sobre todo después de la pandemia, cuando las salidas al aire libre se revalorizaron, y así la voz sobre el idílico jardín comenzó a correrse. “Antes tal vez costaba más que el público argentino cruce el lobby para ir a nuestro restaurant que no da a la calle. Fue entonces que nuestra propuesta cambió a brunch todo el día todos los días”, describen desde el hotel. ¿Con qué deleitarse entonces? El amplísimo abanico incluye desde avocado toast y distintas versiones de huevo a sopas, ñoquis, burritos, hamburguesas y ensaladas, además de bagels y postres varios. Todo, para disfrutarse entre pajaritos, mariposas y colibríes.
Honduras 5860, Palermo. T: 4779-1006. www.homebuenosaires.com.
7. Charqui
Íntimo y seguro
De las propuestas más nuevas de esta lista, Charqui nació a mediados de 2021 con la idea de unir la cocina autóctona con la contemporánea, en una combinación de técnicas milenarias y modernas, como el ahumado o el sous-vide. “Quisimos cuidar y resaltar siempre el producto, eligiendo productores locales que están en nuestra misma línea”, detallan desde el local. Ingredientes autóctonos como los papines andinos, la quinoa y el cayote son algunos de sus fuertes y distintivos.
En este camino, el jardín fue una parte central de la propuesta. Ubicado dentro del Palo Santo Hotel, se resguarda de la calle ofreciendo un ambiente íntimo, cálido y seguro, “un oasis en pleno barrio de Palermo”, como lo describen sus dueños. Con enredaderas, flores, arbustos y distintos rincones en los que disfrutar del verde (hasta una hamaca colgante), resulta un espacio sumamente idílico y tranquilo.
Es también el marco ideal para disfrutar en un plan distendido de una carta en la que se destacan los ahumados caseros, los sándwiches, las pastas, los diferentes cortes de carne vacuna (todos con trazabilidad) y el brunch, uno de sus grandes hits. Este último se compone de cinco pasos, combinados entre salados y dulces y con preparaciones absolutamente caseras, desde el pan hasta las tortas. Lo que se dice un goce para todos los sentidos.
Bonpland 2275, Palermo. T: 5280-6103. www.charquirestaurant.com.ar
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