En la lista de los cócteles más célebres de la historia, el itálico Negroni goza de una fama indeclinable: desde 1919 mantiene vivo el glamour con que fue concebido.
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Todo no comenzó hace ciento dos años, pero sí fue cuando el barman Fosco Scarselli vertió en el vaso mezclador la misma cantidad de Campari, vermut dulce y, en lugar de soda, gin. A rey muerto rey puesto, debe haber razonado el hombre, y obró sin titubeos: el tradicional Americano quedaba, así, apartado de la escena para dar paso al Negroni. Chau soda, responsable de tantos provechitos indeseados; bienvenido gin, paradigmático destilado inglés que, entre otras virtudes, mantuvo dignamente en pie la salud de la respetada Reina Madre hasta sus casi ciento dos años.
La nobleza en escena
Fue en la bella Florencia donde sucedió este golpe maestro; con más precisión, en el ex café Casoni, antes llamado Giacosa, y más tarde renombrado Cavalli, nombre vinculado a un negocio colindante. El momento, 1919. Y el autor intelectual, el conde Camillo Negroni, un habitué de esa tradicional barra quien, seducido en sus incursiones londinenses por el aromático alcohol que perfuman en su dosis justa las bayas de enebro, sugirió el reemplazo al buen Fosco. El barman no sólo obró en consecuencia, sino que se permitió reemplazar la rodaja de limón del destronado trago por una de naranja.
Del Americano se dice que éste deriva del Milano-Torino, a base de Campari (nacido en Milán) + vermut Punt e Mes, oriundo de Turín; la soda fue una consecuencia: sin ella, los turistas norteamericanos objetaban que fuera un tanto fuerte.
Cuánto de verdad, cuánto de fantasía hay en este argumento nunca se sabrá. Pasa con todas las historias que rondan barras y cocteleras, personajes y ejecutores. Al fin de cuentas, no es muy relevante si el conde en cuestión ostentaba ese título nobiliario (hubo unos cuantos Negroni en el pasado, pero de Camillo… ni rastros) y si inspiró o no la creación del trago que lleva su apellido. Algo que verifica es que su familia llegó a montar una fábrica en Treviso para elaborar un Negroni exprés etiquetado Antico Negroni 1919.
Hubo incluso un Negroni sbagliato (equivocado) en el que interviene el prosecco –espumoso italiano– en lugar del vermut, y hasta un Negroski, que sustituye el gin por vodka.
De todas las variaciones que pudo inspirar la fórmula original, la que mejor sintetiza cuerpo y espíritu de este combinado absolutamente rojo de probable linaje aristocrático es la que se apoya en cuatro líquidos, a partes iguales: Campari, vermut rosso, gin y jugo de naranja. El barman Scarselli llegó hasta la cáscara.
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