El creador de Virgin Records tiene en las British Virgin Islands un hotel de lujo que se alquila completo para 48 personas, y sólo en ocasiones, recibe de a dos.
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Las British Virgin Islands comprenden unas 60 islas e islotes en el Caribe. Están al este de Puerto Rico y son parte de las Antillas Menores. Hay que hacer zoom dentro de ese pequeño archipiélago para encontrar Necker Island, al norte de Virgin Gorda. Se trata del territorio insular de 30 hectáreas que pertenece al magnate Richard Branson, de 73 años, que pasa buena parte del año allí, practicando bicicleta, tenis y deportes náuticos.
Cuando compró la isla, en 1978, su fortuna no ascendía a 3.000 millones de dólares como hoy. Apenas comenzaba con Virgin Records y estaba lejos aún de tener Virgin Atlantic, Virgin Cruises y la compañía espacial Virgin Galactic. De hecho, pedían u$s 6 millones y él ofreció los únicos u$s 100.000 que tenía. Pasó un año, y como nadie había hecho una oferta mejor, la operación se cerró en u$s 180.000. En la actualidad, Necker Island es una de las islas privadas más caras del mundo, valuada entre u$s 100 y u$s 150 millones.
Después del devastador huracán Irma (2017) –que destruyó todo y no dejó palmera en pie–, tanto su casa como las propiedades que integran el hotel fueron reconstruidas. En poco más de un año volvió a abrir sus puertas y ya recuperó la tradición del torneo anual de tenis, la Necker Cup, que organizan en diciembre –para profesionales y amateurs– y al que han asistido desde Borg y McEnroe hasta Del Potro y Nadal. En esas ocasiones, se ocupan las 48 plazas que tiene la isla y deben apelar a la vecina Moskito Island para alojar a los demás participantes. Esos dos son los eslabones caribeños de la Virgin Limited Edition, su colección de hoteles de lujo, que se completa con propiedades en Marruecos, Kenia, Mallorca, el Parque Kruger y Franschhoek (Sudáfrica) y Verbier (Suiza).
Necker tiene un particular estilo balinés que suma exotismo con la presencia de lémures, tortugas gigantes de las Seychelles y una importante colonia de flamencos.
Estos fueron los primeros en ser introducidos desde Camagüey, en Cuba. Hoy son más de 600, y están acompañados de algunos ibis, de menor porte, que a veces se confunden con flamencos bebés. Para quien tenga noción de lo huidizas que son estas aves, es bueno saber que la colonia local está muy acostumbrada a la reducida presencia humana. No debe haber sitio en el mundo donde se puedan ver tantos flamencos y tan de cerca. Son la banda sonora del lugar, se los escucha chillar desde todas partes, especialmente cuando los alimentan.
En 2010 fue el turno de los lémures, primates endémicos de Madagascar, donde su hábitat viene sufriendo una progresiva degradación. Los expertos dijeron que el ambiente de Necker era muy compatible con el original, y Branson no lo dudó. Con sus largas colas y sus abruptos saltos, se han convertido en un ícono del destino, donde se comportan como amos y señores. Se suben a los carritos de golf, el único medio de locomoción disponible y hay simpáticos peluches para llevar de recuerdo a casa en el gift shop.
La vida en la isla
En los u$s 134.234 que cuesta rentar la isla completa por día están incluidas todas las comidas y bebidas, los tragos, clases de yoga y actividades náuticas con instructor: windsurf, kitesurf y hasta el nuevo e-foiling son parte del menú de actividades.
Quienes quieran conocerla en forma individual deben estar atentos a las Celebration Weeks, cuando se alquilan las habitaciones sueltas por semana (y, a veces, también por algunos días).
Se come cada día en un lugar diferente, con la mesa vestida de distintas maneras. Hay ocasiones más formales (nunca demasiado), veladas temáticas (india, por ejemplo), cenas de luna llena en la playa. Y, alerta spoiler, un clásico sorpresa: el almuerzo en la piscina, cuando el chef Kirby aparece con el agua al cuello, empujando personalmente la canoa de dos metros llena del sushi más fresco y sabroso que uno pueda imaginar. No es fácil manejar los palitos en el agua, pero es un desafío muy placentero de sortear.
Cada uno de los 165 empleados parecen entrenados en pasarla bien. Los más simpáticos incitan a los huéspedes más retraídos a perder la timidez. Descorchan el espumante propio de la isla y brindan con ellos. Apenas la sobremesa empieza a tomar un poco de temperatura, alguien hace sonar la playlist adecuada, y aparecen un guía, una camarera sonriente, o hasta el cocinero con unos shots que incitan a prolongar el baile. Los tragos son otro alto momento del día. Los hace Casper, campeón caribeño, que aplica en cada uno toda su destreza y creatividad.
En la isla, los carritos de golf se manejan “a la inglesa”, por la izquierda y es notable la cantidad de personal local y europeo –no norteamericano– que tiene el staff. Si bien el gran vecino del norte es huésped frecuente y todas las habitaciones tienen buen aire acondicionado (muy habitual en ese país), la cuestión ambiental es muy importante en Necker.
La isla es independiente del suministro de agua y electricidad de las BVI. Cuenta con una planta desalinizadora, un depósito para recuperar y reutilizar agua de lluvia, y sus propios motores diésel, que prevén apagarse para siempre en 2030. Actualmente se utilizan poco y nada. Según el clima y la ocupación del hotel, Necker tiene días en los que ya se está abasteciendo de energías renovables 100%, y estiman que el promedio actual ronda el 90%. En 2019 instalaron tres turbinas eólicas que cambiaron para siempre el paisaje de la isla. Ahora son su marca registrada, junto con los lémures. Gracias a ellas, y a los 1200 paneles solares rebatibles (pueden desmontarse si hay alerta de huracanes) han reducido en 2,5 toneladas las emisiones diarias de carbono. Los carritos de golf son eléctricos y los aires acondicionados se apagan solos apenas detectan que hay una puerta abierta.
¿Cuántas chances hay de ver y conocer a Branson en Necker? Muchas. Viaja, tiene casa en Londres, pero en Necker tiene su domicilio y una flamante mansión en la que elige pasar el mayor tiempo disponible. Suele recibir y despedir a los huéspedes en el muelle y quienes se levanten temprano tendrán muchas chances de verlo entrenando (si es bicicleta, la actividad incluye trepada sostenida en la isla de enfrente, acompañado de una ambulancia con desfibrilador). Los desafíos lo motivan. No por nada en 2021 les ganó a Elon Musk y Jeff Bezos la carrera por ser la primera línea comercial en llegar al espacio. No hay huracán que lo detenga. Siempre va por más. Match point.
Datos útiles
American Airlines. www.aa.com A mediados de noviembre, American Airlines retoma el vuelo directo desde Miami a Beef Island (3 horas) en las BVI.
Intercaribbean. intercaribbean.com Ofrecen conexiones desde San Juan de Puerto Rico o Santo Domingo, y otros destinos del Caribe, con Tortola. Es una opción, más larga, recomendable para quienes no tienen visa americana y quieran llegar vía Panamá, con Copa Airlines.
Necker Island. La propiedad tiene capacidad para 48 personas. La casa principal, llamada The Great House, cuenta con 11 habitaciones y un Bunkroom con tres cuchetas pensadas para seis niños. Distribuidas a lo largo de la isla, hay nueve casas de estilo balinés. Bali Beach, Bali Hi y Bali Cliff están agrupadas, con vista a la playa, y cada una tiene su propia piscina. En el Elders Temple hay dos dormitorios independientes: Temple Master Suite y Temple Sunrise. Muy cerca, Bali Lo, Bali Buah y Bali Kulila comparten una gran piscina. La tarifa diaria por la isla completa es de u$s 143.243 para 34 adultos, con todas las comidas y bebidas incluidas, transfer desde los aeropuertos de Beef Island o Virgin Gorda, y deportes acuáticos incluidos (con instructores). De julio a noviembre, hay fechas especiales (Celebration Weeks) en las que se pueden alquilar las habitaciones sueltas. Por lo general el mínimo es una semana, pero hay ocasiones de menos noches (incluso dos noches en algunos momentos del año). Desde u$s 5.751 la doble (con todo incluido).
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