Data de 1790 y es uno de los mejores exponentes de la arquitectura colonial rioplatense que se conservan en pie. Fue el esecenario de importantes decisiones y la visitaron muchos próceres argentinos.
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El Museo Histórico Municipal Brigadier General Juan Martín de Pueyrredón, ubicado en Rivera Indarte 48, en el bajo de San Isidro, fue la casa de Juan Martín de Pueyrredón, uno de los fundadores de la Patria y el primer Director Supremo de las Provincias Unidas del Río de la Plata entre 1816 y 1819. Dice la leyenda, que bajo la sombra de un algarrobo de más de 200 años, Pueyrredón y José de San Martín planearon el Cruce de Los Andes, dando inicio a la Campaña Libertadora de América.
Monumento Histórico Nacional desde 1941, la casa data de 1790 y es uno de los mejores exponentes de la arquitectura colonial rioplatense que aún se conservan. Allí vivió y murió J.M. de Pueyrredón, y fue frecuentada por Dalmacio Vélez Sarsfield, Domingo Faustino Sarmiento, Tomás Guido, Roque Sáez Peña, entre otros próceres e intelectuales de nuestra historia. Fue heredada por Prilidiano Pueyrredón, único hijo legítimo de Juan Martín y uno de los pintores más significativos del siglo XIX, quien solía pasar casi todo el día trabajando en el mirador de la planta alta, su atelier durante mucho tiempo.
Una casa colonial
Durante el gobierno de Pueyrredón, el paisaje del casco principal se transformó: se arbolaron las calles, se trazó un jardín al filo de la barranca, y la casa fue remodelada para adecuarse al nuevo rol de su dueño. Porque cuando se instalaba en San Isidro, trasladaba también a la chacra la actividad política y administrativa del gobierno.
Luego fue restaurada, en parte, en 1840. La casa principal tiene paredes de ladrillos encalados, pisos de baldosas inglesas y francesas de diferentes épocas, cerrajes artesanales, techos de lapacho y ventanas con rejas de hierro forjado. Y conserva el esquema original: todas las habitaciones dan al parque y están dispuestas en una sola planta cuadrada, alrededor de un patio con aljibe al que se ingresa por el zaguán. En la planta alta están las dependencias de servicio, y una habitación que también es un mirador. Además, tiene una gran galería abierta hacia el río, sostenida por ocho columnas de orden toscano, diseñadas por Prilidiano, que también era arquitecto. Se dice que una de las habitaciones de la casa era una capilla, pero no hay datos certeros.
En el enorme parque con árboles de más de 200 años, hay dos edificaciones complementarias que fueron reformadas cuando Pueyrredón y su esposa se mudaron a la propiedad: la caballeriza y la casa de los chacareros. Las caballerizas y los cuartos de servicio eran ranchos de paja y barro y fueron reconstruidos en ladrillo, según un plano de 1836, de Hipólito César Bache. En la casa de los chacareros, donde se conserva todavía el horno de pan diseñado por Prilidiano, se reconstruyeron los cuartos originales y el techo.
Eleonora Jaureguiberry, Directora del Museo y Secretaria de Cultura de San Isidro cuenta que la “chacra era una unidad de producción y no solamente una casa de veraneo. Se producía trigo, duraznos y leña, y el enorme horno de pan da a entender que también se hacía para vender”.
Los propietarios y sus historias
Denominada antiguamente “la casa del bosque alegre”, originalmente era una propiedad de mayor extensión que llegaba desde el camino Fondo de la Legua hasta las barrancas del Río de la Plata, y desde la actual calle Acassuso hasta Roque Sáenz Peña; el Hipódromo de San Isidro y el Club Atlético San Isidro eran parte del terreno.
La enorme parcela fue un reparto de suertes realizado por Juan de Garay en 1580. El primer propietario fue un carpintero de nombre Antón Roberto, y luego tuvo otros dueños hasta que en 1770 fue comprada por José Luis Cabral. En 1808, su viuda le vendió la propiedad al comerciante español Francisco Tellechea y, en 1812, su hija, María Calixta, la heredó. Una singularidad es que Francisco Telechea fue fusilado por conspirar junto a Martín de Álzaga, y uno de los que firmó la orden fue Juan Martín de Pueyrredón, quien, años después, en 1915, se casó con María Calixta Telechea. La casa fue aportada como dote y resultó el lugar ideal para la vida familiar. Un año después de la boda, Juan Martín fue elegido Director Supremo de las Provincias Unidas del Río de la Plata, y la casona se reformó para adecuarla a su nuevo rol. Al principio fue una casa de fin de semana hasta que años más tarde se mudaron definitivamente y allí vivió el Brigadier hasta su muerte, en 1850.
Único hijo de la pareja, Prilidiano heredó la propiedad y la modernizó sin abandonar el estilo colonial. Ensanchó la galería que da al río, reemplazó las columnas de lapacho por ocho columnas de orden toscano,y remodeló el mirador.
En 1856 le vendió la chacra a su primo Manuel Alejandro Aguirre, por 2.500 onzas de oro sellado. Según crónicas de la época, Prilidiano decidió desprenderse de la casa luego de una desilusión amorosa, porque no pudo casarse con su sobrina Magdalena Costa. Los Aguirre habitaron la casa durante casi un siglo, y luego la propiedad se fraccionó entre sus descendientes. Aguirre instaló la máquina para llevar agua a la fuente y regadíos y alambres de púa para delimitar en el terreno de la chacra y así aumentar su producción.
Los hermanos José Manuel y Victoria Aguirre heredaron la casa en 1912 y se la cedieron al entonces Presidente Saenz Peña como residencia. La casa fue decorada, las paredes de las salas empapeladas y los cielorrasos cubiertos de yeso.
En 1941 fue adquirida por la Municipalidad de San Isidro y rescatada de una posible demolición. En 1944, luego de un proceso de restauración, se convirtió en museo. Su primer director, el presbítero Francisco C. Actis, participó activamente de la etapa de reconstrucción que fue confiada al arquitecto Mario J. Buschiazzo, director de la sección Monumentos Históricos de la Dirección General de Arquitectura, bajo la dirección de obra de Jorge H. Lima.
Testigo de la historia argentina
La Quinta fue testigo de muchos hechos importantes de la historia de nuestro país: en 1806 fue el refugio de Liniers y parte de sus tropas camino a la reconquista de Buenos Aires, y allí se estableció el campamento de San Isidro en el que Liniers nombró a Pueyrredón Comandante de los Voluntarios de Caballería. Cornelio Saavedra partió desde esa chacra para asumir el primer Gobierno Patrio, y entre 1911 y 1912 la habitó el entonces Presidente de la Nación, Roque Sáenz Peña. Así, la chacra fue escenario de muchas decisiones políticas en los años de construcción de nuestra Nación.
El parque de una hectárea y media fue declarado Parque Natural Municipal en el 2009 y tiene diversas especies provenientes de la región chaqueña como el algarrobo blanco, y también espinillos, talas, coronillos, chañares, molles, y saucos. También tiene un aguaribay plantado por Sarmiento en 1870. Y una fuente de mármol de Carrara enviada desde Italia por un diplomático, por pedido de Prilidiano, que diseñó ese sector del jardín en la que abundan magnolias y cedros.
El museo
En sus orígenes, el Museo funcionó principalmente como biblioteca y archivo histórico, y tiene documentos que dan cuenta de la vida pública y privada de Juan Martín de Pueyrredón a los que se suman otros de la época colonial, y algunos firmados por la Primera Junta de Gobierno y el Primer Triunvirato. El museo creció gracias a donaciones que acrecentaron su colección, resultado de acciones particulares y algunas adquisiciones promovidas por las diferentes asociaciones de amigos, entre las que se destaca la labor de Fundación Juan Martín de Pueyrredón, que desde 1968 a 1973 tuvo a Victoria Ocampo como su principal miembro.
Hay retratos de Prilidiano Pueyrredón entre los que se destaca uno que es testigo del tortuoso amor no correspondido de Prilidiano por su sobrina Magdalena Costa, que el pintor dejó inconcluso cuando le faltaba terminar una mano. Dicen que abandonó la pintura cuando la familia le negó el matrimonio. Además, hay obras de pintores del siglo XIX, entre los que se encuentran Charles Durand, Ernst Charton, Raymond A. Quinsac Monvoisin y Joseph Fonteneau.
La colección de imágenes religiosas compuesta por más de treinta piezas es una muestra de la iconografía americana y europea más utilizada en el siglo XIX y en ella se destacan las imágenes de devoción privada e imaginería popular. El mobiliario, textiles, vajilla, elementos de labranza y otros objetos que completan la colección son originales y se exhiben en las salas ambientadas con el objetivo de dar cuenta de la sociabilidad y vida cotidiana del siglo XIX.
Eleonora Jaureguiberry explica que “el museo tiene una puesta de montaje sofisticada con la curaduría de Patricio López Méndez y guion de Roberto Amigo, dos expertos en siglo XIX. A veces pienso que la importancia del museo pasa todavía un poco inadvertida. Y es importante por muchas razones: en primer lugar, porque es uno de los pocos edificios de la época que se mantienen y todo está muy documentado. Juan Martín de Pueyrredón fue el primer Director Supremo que nombra el Congreso de Tucumán, en la Patria Libre, y desde esa casa gobernó. Y por otro lado tuvo este único hijo, Prilidiano, que fue el primer pintor argentino de importancia. El museo tiene una densidad histórica inmensa: San Martín iba a esa quinta a discutir la liberación del Perú. Y es uno de los pocos monumentos históricos de la era de la revolución que siguen en pie tal y como eran en esa época. Además, tiene otros encantos como la barranca, la vista al rio, 99 variedades de aves, plantas autóctonas y exóticas, la casa está impecable y hay una colección con varias obras de Prilidiano Pueyrredón, una colección de pintores viajeros, documentos históricos, muebles originales, una gran colección de imágenes religiosas, un laboratorio de arqueología para los chicos, un programa educativo súper potente y una vez por año hay muestras de diferentes temas. Este año se cumple 200 años del nacimiento de Prilidiano Pueyrredón y vamos a hacer una muestra sobre quién era, más allá de su obra, y podrá verse a partir de septiembre”.
El museo es gratuito y puede visitarse los martes y jueves de 10 a 18, y los sábados y domingos de 15 a 19.
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