Queda a minutos de los saltos del Moconá y a una hora de El Soberbio, en plena Reserva de Biósfera Yabotí.
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No era una tierra cualquiera: era colorada. León Laharrague podía describírsela a Michel, su padre, pero nada sería tan efectivo como que la viera, la tocara. Por eso aprovechó un alto del viaje en el barco a vapor que lo llevaba hasta las Cataratas del Iguazú por el río Paraná (en ese entonces no se llegaba por tierra), se bajó y en un frasco de vidrio juntó tierra colorada. Corría 1925, acababa de casarse con la francesa Pierrette de Gouy D’ Arsy y estaba de Luna de Miel. “Quería que su padre supiera qué era lo que había comprado”, cuenta Carlos Scarnichia, nieto político de León Laharrague y gerente general de Les Basquets S.A., propietaria de Moconá Virgin Lodge. Así recapitula un pasaje de la saga que había empezado en 1870, cuando el empresario vascofrancés Michel Laharrague arrancó a comerciar con la Argentina, para luego comprar tierra en Misiones –en 1907 y en un remate– y regentearlas desde el Viejo Continente, con su hijo León en zona.
“Puntualmente estas propiedades junto al río Uruguay, donde hoy están los saltos del Moconá, fueron adquiridas por León Laharrague, abuelo de mi mujer (María Isabel Laharrague), en 1930. Las compró junto a Juan Alberto Harriet, su socio y amigo. Se dedicaban al cultivo de yerba y tung. Todo era selva”, detalla Carlos Scarnichia. Y agrega que ya en 1941, durante la Segunda Guerra Mundial, la familia estaba totalmente instalada en nuestro país.
Con influencia sobre buena parte de Misiones, audaces para apostar y estratégicos a la hora de decidir, en la década del 70 los Laharrague y los Harriet decidieron dividir sus negocios. En ese entonces, además, le donaron al estado provincial las 1.000 hectáreas de lo que hoy es la reserva que contiene los saltos del Moconá. “Lo que por entonces era el lote 8 quedó para Marta Harriet, que estaba casada con Edmundo Donnelly. Ellos fueron quienes armaron el Refugio Moconá para cobijar aventureros que andaban por esta zona que era muy linda, pero también salvaje y de difícil acceso”, comenta Carlos. Agrega que era un refugio sencillo, que estaba en lo que hoy es el salón principal del Moconá Virgin Lodge, con las columnas de madera nativa y los techos que permanecen hasta el día de hoy. Dice que las habitaciones estaban en lo que hoy es la cocina y área de personal.
Unidos por una amistad que atravesaría generaciones, en 2010 los Laharrague volvieron asociarse con los Harriet. “Unos años más tarde, en 2014, se empezó a asfaltar la ruta hasta Moconá y eso impulsó a las dos familias a invertir en el refugio y convertirlo en hotel para inaugurarlo ese mismo año”, rememora Carlos sobre las 14 habitaciones que construyeron bordeando el arroyo Yabotí, hasta donde se llega por pasarelas de madera que atraviesan la selva.
“Uno de los principales atractivos de Moconá Virgin Lodge es la proximidad con los saltos. Sin embargo, no siempre se deja ver la caída de agua. Si el río crece, no se forman. Por eso es importante destacar otro dato clave: el hotel está en medio de la Reserva de Biósfera Yabotí, un lugar único para vivir la selva, creada por la UNESCO en 1995. Nuestro valor agregado es que organizamos actividades como salidas en kayak, tirolesa y rapel por el monte. Nuestro hotel no es de lujo, pero tiene todas las comodidades para que los huéspedes se sientan bien atendidos. Y si bien ahora nos manejamos con generador, se estima que este año finalmente llegará el tendido de luz eléctrica”, se alegra Carlos Scarnichia. Y vuelve a recalcar que reservar en Moconá Virgin Lodge es mucho más que reservar una habitación en un hotel misionero: es adentrarse en la selva para sentir cómo late.
Datos útiles
Moconá Virgin Lodge. A una hora de El Soberbio, en plena Reserva de Biósfera Yabotí, frente al arroyo del mismo nombre y a pocos kilómetros de los saltos que le dan nombre al hotel, es un complejo con habitaciones cómodas, que ofrece programas con todo incluido. Tiene buen desayuno y restaurante, además de senderos muy atractivos, coordinación de actividades como kayak –por el calmo y bellísimo arroyo–, pileta y traslado a los saltos del Moconá. Cuenta con certificaciones por sustentabilidad. Desde $80.000 la doble con pensión completa y actividades. RP 2 s/n. T: (11) 5263-0280. @moconavirginlodge
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