Patrimonio Histórico de la Ciudad, el histórico edificio se puso en valor para alojar un mercado gastronómico a la altura de las capitales europeas. Qué ofrece en sus puestos.
- 6 minutos de lectura'
El Mercado de los Carruajes no es una exhibición de vehículos antiguos, como sugiere su nombre, sino el primer mercado minorista gourmet de alimentos frescos del país, con puestos de gastronomía, rotisería, cervecería, pastelería, coctelería, dulcería, pero también florería, quesería, carnicería, verdulería y pescadería, entre otros.
Con reminiscencias del Chelsea Market de Nueva York o el Borough Market de Londres, este mercado gastronómico también pretende ser un fiel reflejo del trajín de Buenos Aires, de sus aromas y sabores, sus platos típicos y productos locales.
Una historia de 120 años
Fue el empresario Horacio Blanco –ahora presidente de la sociedad Mercado de los Carruajes– quien, viajando por el mundo, comenzó a gestar la idea de armar un mercado gourmet porteño y presentó al Gobierno de la Ciudad una iniciativa público-privada que fue aprobada y ganó la licitación para convertir un edificio que es Patrimonio Histórico en un paseo gastronómico.
Alem entre Córdoba y Tres Sargentos son las coordenadas del edificio elegido para alojar el paseo gourmet inaugurado a fines de febrero. No se trata de una construcción cualquiera y su proximidad con la Casa Rosada tampoco es casualidad. Lo inauguró Julio Argentino Roca en 1900 con el propósito de guardar los carruajes presidenciales. Por entonces, tenía caballerizas, un picadero, la flota de carruajes y toda la infraestructura que ello implicaba, incluyendo el personal que vivía allí y se dedicaba a la manutención de los equipos. Con la llegada del automóvil, se transformó en la cochera de la flota presidencial y supo ser el hogar de, entre otros, los míticos Cadillacs de los expresidentes. Luego funcionó como el taller mecánico donde se reparaban y mantenían los autos, hasta que finalmente cayó en desuso.
En 2018 un equipo integrado por especialistas en restauración, arquitectura, finanzas, legales y marketing tomó posesión del edificio –codo a codo con Patrimonio de la Ciudad– para garantizar la correcta puesta en valor del edificio. Se respetó la totalidad de la estructura y se reforzó la construcción, de modo que, visto desde afuera, realmente diera la impresión de un edificio de 1900.
El emblemático portón de ingreso sobre Alem 852 es el original restaurado y también se mantuvieron las arcadas de la fachada, ahora iluminadas. En el interior, se conservan las mayólicas de la entrada, el vitral del primer piso y hasta los ladrillos San Isidro originales. Al tratarse de una construcción decimonónica, se reforzó la estructura para poder albergar las nuevas cocinas y extracciones, así como garantizar la total seguridad de la circulación de la gente. La pandemia retrasó la obra, que se retomó con vigor en septiembre de 2021 y abrió sus puertas recién a mediados de febrero.
El resultado final es un predio de dos pisos con 43 locales gastronómicos y una terraza con huertas ornamentales y verticales. Mientras que la planta baja funciona como paseo de compras, escaleras arriba hay locales con todo tipo de comida y bebidas. Además, se prevé la apertura de más locales, ya que el mercado se inauguró con un 70% de ocupación y sigue creciendo.
Otra próxima incorporación es la de una terraza en el segundo piso, que apunta a funcionar como espacio para eventos. Tendrá un llamativo mural y reflejará el auténtico espíritu de la urbanización porteña: un edificio de finales del siglo 19 desde donde se aprecian las edificaciones de mediados del siglo 20 (hacia la Avenida Córdoba) y las torres Catalinas de principios del siglo 21 (mirando hacia el puerto). “Esa linda mixtura te lleva a hacer un clic para dejar de pensar un ratito y dedicarte a sentir y probar los sabores y los aromas. Te permite viajar y disfrutar”, resume Adrián Batovaz, uno de los responsables detrás de este ambicioso proyecto.
De fiambres premium a comida asiática
Junto a El Club de las Flores, cuyos ramos y plantas alegran la entrada del mercado, se encuentra The Shop, la tienda oficial del mercado que exhibe manjares regionales de productores de todo el país, importados y de elaboración exclusiva (incluye vinos y espumantes de etiqueta propia), productos de bazar y artículos de decoración producidos artesanalmente y en suelo argentino.
Más allá, De Cosecha es una boutique de frutas y verduras y la chocolatería San Ginés desembarca fuera de Madrid para deleitar a los porteños con sus churros, porras y chocolate casero. Cabrales hace lo suyo con todas las variedades de café y una réplica pequeña de la tostadora original de su planta en Mar del Plata. “Cuando tuestan los granos, es una experiencia única. Todo el edificio se inunda de un aroma a café tostado exquisito”, remarca Batovaz. Los dulceros también encuentran aquí toda la variedad de productos Cachafaz: dulce de leche, alfajores y conitos.
Si bien las crêpes son francesas, en este caso tienen acento inglés, porque llegan directo de Londres de la mano de L’Amuse Bouche, que también hace waffles y galettes. Lo propiamente galo es la pastelería de Gontran Cherrier, franquicia que Renato Civelli (exfutbolista) trajo a la Argentina luego de jugar varios años en Francia y enamorarse de su panadería.
Picá, a cargo de Diego Gera, es mucho más que una despensa. Reúne una curaduría exquisita de los mejores productos nacionales en materia de fiambres, quesos y encurtidos premium y elabora picadas y sándwiches frescos todos los días.
De la parrilla se encarga Gastón Riveira con La Cabrera Al Paso y una selección de carnes perfectas y sándwiches insignia. Obvio que la estrella es el choripán.
Juan Matsuoka presenta su nueva propuesta de omakase con Nozomi, que en japonés significa esperanza. “Una esperanza hacia el futuro, a tener buena vibra”, agrega Batovaz. Con la pesca blanca argentina, el chef de familia japonesa elabora a diario las más frescas creaciones. Y Francisco García Moritán abrió un nuevo local de Amazonia, su propuesta de cocina fusión latina. Sabores peruanos y brasileños se amalgaman en sus imperdibles ceviches y piqueos selváticos.
En concepto de tienda orgánica y comida natural, está Summa, en tanto que los pescados y mariscos son de manos de Tinos (tanto en sándwiches, wraps y picadas como congelados para llevar). Pampanada & Vermuteando se encargan de las empanadas y el vermú. Recomendadísimas sus tapas y una mención especial para las croquetas de osobuco con papas al natural.
Además de café y vermú, hay islas de cerveza tirada, mientras Vico Wine Bar está a cargo de la propuesta de vinos, con sus característicos dispensers italianos para pedir por copa y sus sommeliers expertos, listos para asesorar en materia de maridaje. Esta vez, el bar de copas fue por más y también dispuso una barra de tragos en la terraza y otra de espumantes, con productos Chandon por botella, en formato 187 ml o bien por copa.
+ INFO
Av. Leandro N. Alem 852.
Domingos a miércoles de 8.30 a 22. Jueves a sábados de 8.30 a 24.
IG: @mercadodeloscarruajes
Más leídas de Revista Lugares
Joya porteña. La biblioteca que parece salida de Harry Potter, un libro de 1600 y el misterio del fantasma
Trevelin. El pueblo que ganó, logró imponer la temporada de tulipanes y es un boom turístico
Hay cuatro argentinos. Estos son los mejores pueblos del mundo 2024
¿Cuál es? La provincia argentina que reúne dos de los pueblos más lindos del mundo