El epicentro está en El Alto, a unos minutos de La Paz, y es uno de los principales atractivos para quienes visitan la zona.
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El Alto, municipio contiguo a La Paz, en Bolivia, tiene uno de los espectáculos predilectos de los turistas: Cholitas Wrestling. En el cholet Havana, sobre la Av. 16 de julio, la cita es a las 17 horas. Cuando entramos, un locutor está presentando la primera pelea y dos mujeres con ropa de chola suben al ring. “El espectáculo nació hace doce años, un poco por casualidad, cuando la lucha libre de varones estaba en decadencia. Fue en el Centro Multifuncional de La Ceja. Uno de los luchadores se vistió con pollera y a la gente le gustó. Entonces a uno de los maestros se le ocurrió entrenar cholitas para ver qué pasaba con el público. Por eso las antiguas luchadoras de lucha libre se volvieron cholitas y este género se volvió una atracción”, me cuenta Mary Llanos, una de las organizadoras de Cholitas Wrestling, mientras la pelea toma forma.
Sobre el cuadrilátero hay dos mujeres que pelean, un poco en chiste, otro tanto en verdad. Los golpes son buscos, hasta toscos; el sonido del impacto de sus cuerpos contra la carpeta del ring es vibrante; y el rebote sobre las cuerdas por momentos resulta tragicómico. “Liman sus asperezas sobre el ring. Algunas lo hacen por tradición, otras por deporte, y también por dinero. En esta categoría, que es senior, cobran bien. Necesitan un año de entrenamiento. Y se lastiman mucho. Ahora tenemos dos bajas porque María José Simonini se sacó el hombro, y Juanita “La Cariñosa” se lastimó la rodilla. Es lucha libre: ¡todo vale! Excepto golpes con sillas o latas de cerveza”, resume Mary cuando Yolanda Junior –hija de una luchadora histórica– vence en la contienda a Nelly “La Pankarita”, que es de las más jóvenes.
Entre medio centenar de extranjeros –sobre todo, hombres– que gritan entusiasmados, Jennifer “Dos Caras” –antigua luchadora de malla– compite con Fernanda Romero. El árbitro ya miró sus zapatos para chequear que no tuvieran clavos, cuando la carpeta del cuadrilátero sigue retumbando con cada golpe. Las mujeres del público se impresionan más que los hombres, pero en la vorágine el aliento general a las luchadoras va in crecendo. Por momentos la pelea sigue abajo del ring, con poses divertidas y revoleo de bebidas alcohólicas.
“Este espectáculo es una forma de empoderamiento de la mujer andina”, sentencia Denise Sanguinetti, manager de Cholitas Wrestling. “Este es un deporte de dinastías y herencias, que en un principio estaba sexualizado. Las subían a escena para que mostraran su cuerpo. Ahora son protagonistas y superprofesionales. Ganan más que los hombres. Algunas además son enfermeras, profesoras y comerciantes”, apunta la impulsora del espectáculo que gira alrededor de 30 cholitas luchadoras, que ofrece dos horas de show –cuatro contiendas– y que muestra una cara poco conocida de lo que se puede vivir de viaje por Bolivia.
Datos útiles
Cholitas Wresling
El espectáculo (bastante “for export”) de lucha libre de cholitas dura dos horas. Tiene algo de humor, pero bastante de pelea real. Si tolera la violencia, por lo original puede resultar atractivo, pero no es apto para impresionables. El servicio incluye traslado desde y hasta el hotel, bebidas y souvenirs. Desde u$s 25. Consultas por web.
Dónde dormir
Hotel Boutique El Consulado
Si la pregunta es dónde dormir en La Paz, Juan Carlos Cárdenas es anfitrión en esta gran casona de 1942 que antes fue hogar de un cónsul y hoy tiene preservación patrimonial. Dedicado al turismo con su agencia Pukina Travel, recibe huéspedes en seis habitaciones amplias distribuidas en planta baja y primer piso. Atendido con calidez por él, su esposa y sus dos hijos, ofrece un muy buen desayuno, además de coordinación de actividades. Situado sobre un callejón que está próximo a una de las avenidas principales, permite ir caminando a la Plaza San Francisco. Desde u$s 45 con desayuno. Carlos Bravo 299. T: +591 7308-8333.
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Revista Lugares 343. Noviembre 2024.