Algunas razones cuantitativas que hacen que este país sea extraordinario a nivel geográfico y cultural.
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Amantes de los extremos y triunfalismos, los argentinos coleccionamos una lista de “los más” –algunos míticos, como “la Avenida 9 de Julio, la más ancha del mundo”, que pelea el título con una arteria de Brasilia– y nos jactamos de ellos. Acá, sólo algunos de esos registros excepcionales, tesoros de la naturaleza o de intervención humana que, por sus condiciones fuera de lo común, nos distinguen del resto del mundo.
1. El dinosaurio más grande: Titanosaurio
Trelew
La mayor criatura que pisó esta tierra fue desenterrada en 2013 en la estancia La Flecha, a 260 km de Trelew: se trata del saurópodo hallado más grande del mundo hasta el momento, con 20 metros de altura, 40 metros de largo entre la cola y la cabeza y unas 70 toneladas de peso estimado. Sólo un fémur de este herbívoro de cuello largo y cabeza mínima se expone en el Museo Paleontológico Egidio Feruglio. Con el objetivo de mostrar cómo habría sido este dinosaurio en vida –hace 101 millones de años– se mandó a construir una réplica a escala real, que llegó desde Alemania a Puerto Madryn (desarmado en siete containers) y fue colocada en el acceso a Trelew. Desde 2017, es parada obligada para fotos, especialmente para los más chicos.
2. El río más corto: Correntoso
Villa La Angostura
Nace en el lago Correntoso y desemboca en el lago Nahuel Huapi y, en su corto curso, de poco más de 200 metros de longitud (varía de acuerdo a la altura de los lagos), concentra aguas cristalinas y rocas basálticas que lo hacen correr caudaloso. La boca de este río es un imán para los pescadores mosqueros, por la gran cantidad de truchas que concentra y se dejan ver con facilidad. El antiguo puente peatonal de madera que lo cruza es uno de los puntos turísticos más conocidos de Villa La Angostura. Desde allí se aprecian ambos lagos y se accede a una atractiva playa.
3. La duna más alta: Federico Kirbus
Tatón, Fiambalá
Un inmenso mar de médanos que suben y se pierden en los cerros se extiende a pocos kilómetros de la ciudad de Fiambalá, en Catamarca. Con una altura promedio de dos mil metros, figuran entre las dunas más altas del mundo. Una de ellas, la duna Federico Kirbus (en honor al periodista, escritor e investigador argentino que la descubrió), se eleva por encima de los 2.800 metros (teniendo su base en los 1.600, por lo que supera los 1.200 metros de altura total).
La zona (que comprende Saujil, Medanitos y Tatón) se popularizó en 2009, cuando el rally Dakar la eligió como epicentro de una de las etapas de la carrera. Paraíso para los cultores del offroad, también es una meca del sandboard, con guías y alquiler de tablas disponible.
4. La ciudad más austral: Ushuaia
Tierra del Fuego
Es un rubro polémico: aunque “el fin del mundo” es el slogan oficial de la ciudad fueguina, desde hace unos años se disputa el título con la localidad chilena de Puerto Williams, en la orilla sur del Canal Beagle. Desde Ushuaia cuestionan su condición de ciudad por su escasa población fija. La consideran, en cambio, un asentamiento administrativo. Por ahora, Ushuaia es considerado el último confín y la ciudad más austral del continente. Conjuga glaciares, lagos, bosques y la increíble belleza del mar austral. Su famoso faro Les Éclaireurs invita a acercarse a las islas tomadas por los lobos marinos y aves marinas. Acá llegan los viajeros para conocer el Tren del Fin del Mundo (otro récord), el Parque Nacional Tierra del Fuego y el resto de la isla, con paisajes extremos y alucinantes como la Península Mitre.
5. El sitio arqueológico más alto: Llullaillaco
Salta
En 1999, en la cima del volcán Llullaillaco (Salta), a 6.736 metros sobre el nivel del mar, una polémica expedición descubrió tres momias –los “niños momia”, enterrados en el marco de una ceremonia de la cultura inca– que se conservaron intactas en el hielo de las alturas. El sitio del increíble hallazgo se ubica en la cordillera de los Andes, justo en el límite con Chile, y de dicha hazaña participaron montañistas y arqueólogos peruanos y argentinos, liderados por el científico estadounidense Johan Reinhard y por la antropóloga y arqueóloga argentina Constanza Ceruti, que trabajaron durante días en condiciones verdaderamente extremas: con temperaturas bajo cero y la falta de oxígeno propia de la alta montaña.
Las momias se exhiben en el Museo de Arqueología de Alta Montaña (MAAM) de la ciudad de Salta bajo meticulosas técnicas de asepsia –otro récord, quizás, el de las momias mejor preservadas– y tienen un enorme potencial científico.
6. La colonia de pingüinos de Magallanes más grande: Punta Tombo
Chubut
Primero, una aclaración: se trata de la más grande a nivel continental, porque se considera que hay otras mayores en las islas. Los pingüinos llegan de septiembre a abril a esta reserva natural (a 110 kilómetros de Trelew), a preparar sus nidos. Cada año se establecen a orillas del mar cerca de 210.000 parejas para reproducirse y alimentar a sus crías. En octubre ponen los huevos; los pichones nacen los primeros días de noviembre, y recién se independizan entre enero y marzo. Así, las graciosas aves anidan, duermen y dan alimento a los pequeños y es posible verlos de cerca en su deambular: son muy amigables y no se asustan si se les acercan, hasta se dejan sacar fotos.
7. Los viñedos más altos: Colomé
Salta
En las afueras de Payogasta se encuentra el viñedo más elevado de la bodega Colomé, que alcanza los 3.111 msnm. Nobleza obliga, fue recientemente superado –por muy poco– por otro, ubicado en el Tíbet, China. El salteño se llama, justamente, Altura Máxima. Allí donde las uvas soportan heladas y se endurecen ante los rayos de sol que pegan de modo implacable se consigue la mejor expresión de los Malbec, Pinot Noir, Sauvignon Blanc.
Los otros dos viñedos más altos son La Brava (1.750 msnm), cerca de Cafayate –donde se encuentra la bodega Amalaya–, y Colomé (2.300 msnm), la piedra fundamental de esta historia que lleva más de 20 años. Se trata de la bodega del suizo Donald Hess, una base ideal para conocer los Valles Calchaquíes, con hotel, bodega y el Museo James Turrell que permite descubrir las obras de luz del artista norteamericano.
8. El río más ancho: Río de la Plata
Por sus enormes dimensiones, sus descubridores creyeron en un principio que se trataba de un brazo de mar. Aunque algunos expertos lo siguen considerando más un estuario que un río en sentido estricto, es innegable su anchura máxima de 230 kilómetros en la línea trazada entre Punta del Este (Uruguay) y Punta Rasa en el Cabo San Antonio, la punta inferior de la Bahía de Samborombóm (Argentina). Límite natural entre ambos países a lo largo de todo su recorrido, está formado por la unión de los ríos Paraná y Uruguay y tiene una forma triangular de 290 km.
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