Se creó en 1874 para educar mujeres y su primera directora vino de Estados Unidos por iniciativa de Sarmiento. Cada día circulan 4.000 personas por esta escuela formadora de docentes. Por aquí pasaron Rosario Vera Peñaloza, Alicia Moreau de Justo, Cecilia Grierson, Otto Krause e Hipólito Yrigoyen.
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Emma Nicolay de Caprile tenía 27 años cuando conoció a Domingo Faustino Sarmiento. Fue en Nueva York en 1865. Forjaron una fuerte amistad sustentada en lo educativo y la lectura, lazo que continuó por medio de una fluida correspondencia postal. Emma nació en la ciudad polaca de Poznan, estudió en Florencia, se casó en Trieste (Italia), aprendió cinco idiomas y se perfeccionó en docencia en varias ciudades europeas.
Cuando Sarmiento asumió la presidencia la convocó para ejercer en la Argentina. Así, en 1870, a los 32 años, desembarcó en el puerto de Buenos Aires. Dirigió los estudios superiores del Colegio de Huérfanas de la Merced, que dependía de la Sociedad de Beneficencia. Cuando el 30 de julio de 1874 el gobernador bonaerense Mariano Acosta fundó la Escuela Normal de Maestras de la Provincia, la insigne polaca fue nombrada directora. Un mausoleo en el Cementerio de la Recoleta, con una hermosa estatua obra de Lucio Correa Morales, la homenajea merecidamente.
En ese entonces, hace 150 años, la institución funcionó en la quinta de la familia de Antonio Cambaceres del barrio de Barracas, hasta que en 1880 el arquitecto Ernesto Bunge (el primero en recibir tal título en nuestro país, aunque se graduó en Berlín) proyectó el imponente edificio en la manzana formada por avenida Córdoba, Paraguay, Riobamba y Ayacucho. Una década después en la vereda de enfrente se inició el fabuloso Palacio de Aguas Corrientes.
En un principio, tenía la modalidad de internado para las profesoras y alumnas que vivían lejos, las cuales recibían una beca. Cursaban primaria, secundaria y se recibían de maestras a los 17 años. Tuvo varios nombres hasta adquirir el definitivo de Escuela Normal Superior N°1 de Lenguas Vivas “Presidente Roque Sáenz Peña”, nombre que se le había adicionado en 1914.
A tono con los lineamientos de arquitectura escolar de la época, los claustros se enmarcaron en una planta simétrica ocupando toda la cuadra. Sin embargo, en 1974 fue parcialmente demolido y se conserva original la fachada sobre la avenida Córdoba y dos tramos sobre Riobamba y Ayacucho.
El edificio, declarado Monumento Histórico Nacional en 1975, fue concebido dentro de una corriente ecléctica con estilo Tudor e influencias neogóticas alemanas en los pináculos, ojivas y muros almenados. En el frontispicio se impone la gran puerta central de cedro con rosetones de hierro y en el interior se mantienen algunos vitrales.
Su reconocida reputación se explica por quienes pasaron por sus aulas. Tras la huella iniciática de la directiva polaca, a lo largo de la historia dejaron su impronta la pedagoga Rosario Vera Peñaloza; Otto Krause, que fue profesor de dibujo e Hipólito Yrigoyen, profesor de historia y educación cívica, quien (como consta en documentos) donaba su sueldo al Hospital de Niños.
Como alumnas y luego profesoras resuenan el de la médica, feminista y política Alicia Moreau de Justo y la primera médica argentina, Cecilia Grierson, quien cuando ejercía la docencia renunció para estudiar medicina tras la enfermedad y muerte por tuberculosis de su mejor amiga y compañera de estudio, Amalia König, que llegó a ser vicedirectora. Entre las primeras maestras superiores también figuran: Ursula Llames de Lapuente, Máxima Lupo, Elina González Acha de Correa Morales, María López Gascón, Amalia Gramondo, Josefa López Francia y Teresa Villarino.
El presente moderno y multitudinario
Integrantes de la conducción del establecimiento, Gustavo Daniel Verde (rector), Fernanda Covián (una de las dos vicerrectoras), junto al ex rector y profesor de lengua y literatura Hugo del Barrio y Guillermo Dezi (del Archivo Histórico Rosario Vera Peñaloza), fueron entrevistados por LUGARES. Hablaron con singular entusiasmo y orgullo del pasado y del presente de esta cuna del normalismo. De destacar, el equipo puso de relieve el papel de quien los lideraba, que fue rectora y murió en diciembre de 2018, Débora Kozak.
Las amplias y numerosas instalaciones son sede de diversos niveles y modalidades: inicial (desde los 2 años), primario, secundario y terciario. Comparten además instalaciones con el Liceo N° 4 Remedios de Escalada de San Martín de bachillerato en el horario de la tarde y con la Escuela de Comercio N° 10 Islas Malvinas que funciona de noche.
Dato que sorprende… ¡unas 4.000 personas circulan cada día hábil durante el año lectivo!, entre alumnos, docentes y no docentes. Con una superficie total de 9.000 m2, cuenta con dos edificios, el original de dos plantas y el nuevo con cuatro plantas. Entre ambos suman 80 aulas y 30 baños, la biblioteca, el archivo, comedor, salones de música, entre otras dependencias.
Y ahora las autoridades tienen en sus planes un gimnasio para educación física y un nuevo salón de actos cubierto, a la vez de incrementar los talleres optativos, promover la ludoteca y formar un coro. Bandas musicales ya tienen y hasta hicieron funciones de comedia musical en el Centro Cultural San Martín. Un lujo.
En el primer piso, la Biblioteca Estímulo Argentino, nacida en 1876 con 1.000 libros, se despliega en un excelente marco donde reina la madera y el buen cuidado de los más de 23.000 ejemplares, en tanto que en otro sector se guardan celosamente volúmenes valiosos por su edición, pasado y valor bibliotecario.
Por otra parte, la profesora Daniela Pelegrinelli, una de las responsables del centro de recursos didácticos para profesores y alumnos, se entusiasma al mostrar la cantidad y variedad de piezas pedagógicas modernas e históricas y se apasiona al explicar los lineamientos de los conocidos métodos Froebel y Montessori (implementado en 1915 en el jardín de infantes) y mostrar materiales que ellos crearon.
Por su parte, Dezi coincide en el fervor al compartir el Archivo Histórico Rosario Vera Peñaloza, que maneja y donde el acervo documentario y de imágenes está digitalizado; además de estar estampados en su buena memoria cuando refiere cualquier hecho o dato. En ese sitio se atesora como pieza relevante el cortometraje “Un día en la Escuela Normal”, del año 1922, y la filmación de una escena de la visita de Eva Perón el 1 de junio de 1948.
En términos del pasado lejano, en la planta superior se extiende un museo con pupitres antiguos, un bolillero, cuadros, piezas y bustos de directoras de los primeros tiempos.
Mientras que en aras de una mayor difusión es interesante una publicación del alumnado de nivel terciario, Territorios Escolares, una iniciativa digital que ya lleva cuatro ediciones donde escriben actuales y ex docentes y estudiantes con el propósito de que circulen ideas en el ámbito académico.
Festejar, conservar el patrimonio y la jerarquía pedagógica
Como se avecina la celebración de los 150 años el 30 de julio, se formó una comisión con profesores, directivos y miembros de la Cooperadora (“que colabora en muchísimas instancias”). Se están planificando actividades y eventos; pero prefieren guardar secreto hasta cerrar cada iniciativa. Por lo pronto, es seguro que las acciones comenzarán el Día de la Memoria, el 24 de marzo y concluirán en octubre con las puertas abiertas al público en la próxima edición de La Noche de los Museos.
Al recorrer tanta superficie, conocer la oferta educativa, palpar el empuje pedagógico y valorar el punto de partida cabe pensar si en rigor el nombre del profesorado no debería ser el de la profesora polaca Emma. Asimismo, como las instalaciones son muy buenas es evidente que requieren de un mantenimiento constante.
Tanto es así que se observan algunas muestras de deterioro o deslucimiento por cuestiones del clima o por el paso del tiempo perdiendo su calidad y nobleza; evidencias que reclaman de parte del Estado mayores partidas específicas para preservar la integridad de este tesoro educativo argentino y embellecerlo.
El lema imborrable de “Educar al soberano” porque el progreso depende de la educación pública, late en esta Escuela con el objetivo silencioso de formar maestros capaces, educados con libertad, innovación y fomentando la creatividad. “En 2024 se cumplen 150 años de dos escuelas normales y con varios rectores de otras instituciones queremos hacer una conmemoración por los también 150 años de la formación docente en la Ciudad de Buenos Aires”, concluyó el rector Verde.